En las últimas semanas se dieron a conocer datos alarmantes sobre la caída de la natalidad en la Argentina: en 2023, hubo 460 mil natalicios, en comparación con los casi 780 mil registrados en 2013, lo que representa una baja del 41% a nivel nacional.
En La Plata, la situación no difiere, con 8.172 nacimientos en 2024, dos mil menos que los 10.831 bebés platenses que llegaron a este mundo en 2020.
Con salitas de jardín despobladas y una generación de jóvenes adultos que deciden formar una familia a una edad más avanzada, vale preguntarse: ¿Es preocupante este descenso en la natalidad?
Para responder a este -y otros- interrogantes, dialogamos con Alicia Cillo, Sandra Zapiola y Myriam Mulatero, profesionales de la salud, responsables de la Licenciatura en Obstetricia de la UCALP e integrantes del Colegio de Obstétricas de la provincia de Buenos Aires.
“Este fenómeno no es solo nacional: en todo el mundo ha descendido la natalidad. En Argentina, se lo podemos atribuir a distintos factores, como la disminución del embarazo en la adolescencia; el hecho de que las mujeres ahora esperan un poco más para ser madres, quieren estudiar y estabilizarse; y tenemos que sumar las razones económicas, con lo difícil que es formar y sostener un hogar”, enumeró Alicia.
Por su parte, Sandra incorporó un nuevo tipo de natalidad, que se profundizó en las últimas décadas: la maternidad después de los cuarenta años. “Por cuestiones laborales o por proyectos de vida, las parejas postergan la natalidad cada vez más. Lo que sucede acá es que esta opción, por cuestiones biológicas, te da un menor número de embarazos. Luego de esa edad, en general se tiene un hijo o como mucho dos”, explicó.
Las especialistas coinciden en que la edad fértil es un factor a tener en cuenta: en las mujeres, se da entre los 18 y 35 años; en los varones, este número se estira un poco más, llegando hasta los 40. “Para los que quieran concebir después de la edad fértil, nuestro trabajo es hacerles entender que, si bien el ciclo de vida se ha extendido, la biología es la misma. La prioridad de la fertilidad está siempre dentro del mismo marco. Por supuesto que se puede concebir por fuera de este periodo, pero las condiciones de los óvulos y los espermatozoides van a ser diferentes y hay mayores probabilidades de intentos fallidos”, agregó Zapiola.

Cambios culturales y preconcepción
Con el paso del tiempo, en las sociedades modernas surgen variaciones en el posicionamiento ante ciertos valores hegemónicos de antaño. Cuestiones que antes eran irrenunciables, ahora son discutidas o, por lo menos, replanteadas. Al reflexionar sobre la caída de la natalidad, Myriam Mulatero sostiene: “Culturalmente, cambiaron los modelos de familia y la presión por, rápidamente, formar una. La mujer ya no tiene ese pesar de que tiene que ser madre por mandato, sino que se respeta mucho que algunas decidan no tener hijos, porque no se sienten capacitadas o porque sencillamente no lo desean”.
Entre estos cambios culturales, desde la obstetricia se promueve, en la medida que sea posible, una especial atención a la etapa de preconcepción, que incluye instancias de consulta previa y chequeos médicos para que el cuerpo gestante esté preparado para el embarazo. “Es fundamental que se realicen estudios médicos para ver cómo están de calcio, ácido fólico, de anemia o si falta la aplicación de vacunas. De esta forma, si durante la gestación surge algún inconveniente, contamos con toda la información disponible”, declararon las obstetras.
(Pre)ocuparnos
Como se mencionó, la baja de la natalidad es un fenómeno mundial que se acentúa en cada año. Por ello, se recupera el interrogante inicial, que fue abordado por las tres obstetras: ¿Debemos preocuparnos?
- Alicia Cillo: “Por lo que entiendo, para que haya una reposición poblacional, una mujer tendría que tener mínimamente dos hijos. Como se ha prolongado la vida, los que somos más grandes vivimos más, por lo que va a haber poca gente que esté en actividad y que pueda aportar al sistema productivo. Entonces, yo creo que sí es una preocupación que ya está en otros países, sobre todo en el continente europeo. En unos años, vamos a tener la misma preocupación que hoy tiene Europa”.
- Sandra Zapiola: “Esto es cíclico. Como antes teníamos generaciones de muchos hijos, ahora estamos en un periodo de baja natalidad. Lo que nosotros tenemos que hacer es ocuparnos de educar a estas nuevas generaciones, ya que ellos van a ser quienes mantengan esta caída o, en un futuro, provoquen que vuelva a crecer el número de nacimientos. En Latinoamérica, somos pueblos emergentes que tenemos la inestabilidad de no saber si estamos en condiciones económicas para tener hijos, e incluso educativas. Por eso, tenemos que ocuparnos de brindar información precisa y acompañar a las familias”.
- Myriam Mulatero: “Este es un país muy característico, con una población y una cultura muy propias, en donde la gran mayoría de la población está concentrada en la zona del centro. Con las nuevas generaciones, que son más despiertas y concientes, podemos tener un salvataje para salir de la urbe y encontrar, en otros lugares, ambientes menos estresantes para concebir y criar a nuestros hijos”.