La comunidad científica se planta.- El proyecto colonialista de la extrema derecha argentina necesita, entre otras cosas, que no haya ciencia nacional. La máxima del ingeniero e investigador platense Guillermo Garaventta, quien enfatizó en diálogo con este medio que “todo lo que puede hacerse acá, hay que hacerlo acá”, está en las antípodas del plan “factoría de Estados Unidos” que lleva adelante el gobierno ultra. Y es por ello que, desde el mismo día que asumieron, están matando por asfixia (presupuestaria) al mundialmente prestigioso sistema científico-tecnológico argentino y echando (por sueldos miserables y condiciones laborales imposibles) a cientos y cientos de investigadores.
Pero desde cientos de institutos y laboratorios del país han empezado a decir “basta”, y este miércoles 28 de mayo, en la Ciudad de Buenos Aires pero también en muchas del interior, ese grito comenzó a ganar las calles (ver La resistencia del siglo XXI). Y lo hizo de una forma muy original, con una gran manifestación de Eternautas que finalizó, en torno a las 13 horas, en el Polo Científico ubicado en Godoy Cruz 2320 (o Godoy Cruz y Paraguay), el cual fue intervenido.

Organizada por la Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología (RAICYT), que nuclea a autoridades de más de 400 institutos de investigación del país, la protesta tuvo más de una idea fuerza, aunque dos de las más potentes rezaron: “No es ficción (en alusión al cómic y a la serie): la ciencia y la universidad están bajo amenaza”, y “La tormenta avanza, la resistencia también”.
Muerte por asfixia de la ciencia argentina es la estrategia ultraderechista. Así de cruel y cínica. Como con los jubilados, (cada vez más) los asalariados, las pymes nacionales, y, en definitiva, el país todo
La verdad “Nadie se salva solo” está en la base de este movimiento que fue creciendo y creciendo a lo largo de este año y medio de pesadilla ultraderechista. Y que recién empieza.

Cuando despuntaba marzo de este año, el investigador principal del Conicet y decano de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP, Mauricio Erben, nos decía que “la falta de financiamiento compromete la continuidad de grupos de investigación completos y el desarrollo de líneas de trabajo de gran impacto. Muchos equipos han quedado paralizados por la imposibilidad de comprar insumos o reparar equipamiento”. Criminal.
El biólogo molecular e investigador superior ad-honorem del Conicet, Alberto Kornblihtt, lo resumió en una lapidaria frase: “El gobierno de Milei ha implementado una política de aniquilación de aquello que llevó décadas construir”.
“Nunca en democracia la inversión en ciencia y tecnología fue tan baja. Es aún menor que en 2002, y se acerca a la aplicada por la última dictadura militar”
La RAICYT apuntó que desde diciembre de 2023 hasta marzo de 2025, es decir, en sus primeros 15 meses de desgobierno, la ultraderecha echó del sistema científico a 4.148 investigadores. “De estos, 3.666 fueron despedidos durante el 2024 y otros 531 en los primeros meses del 2025”, aclaró el colega Enrique Garabetyan, redactor especializado en Ciencia, Salud y Tecnología, en un artículo publicado en Perfil.

Desde el RAICYT subrayan que “nunca en democracia la inversión en ciencia y tecnología fue tan baja. Es aún menor que en 2002, y se acerca a la aplicada por la última dictadura militar”. Tenebroso.
Garabetyan especifica que, según datos del grupo EPC, la función Ciencia y Tecnología (CyT) en el presupuesto cayó:
- Del 0,302% del PBI en 2023 al 0,21% en 2024
- Y se dirige a un mínimo histórico en 2025: 0,157% del PBI
- Una cifra que perfora el piso alcanzado en 2002 (de 0,177%)
Los datos citados demuestran que el gobierno no está cumpliendo con la ley nacional 27.614 de Financiamiento del Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación del año 2021, aprobada en su momento en el Congreso de la Nación por unanimidad. Pero bueno… dos cosas: 1) El gobierno ni siquiera respeta la Constitución Nacional; 2) Los integrantes del Pro y la UCR, que en aquel momento levantaron la mano, hoy están armando una alianza con la extrema derecha en territorio bonaerense. En fin…

“Una gran cantidad de jóvenes científicos que se forman en universidades nacionales tienen que emigrar o dejar sus carreras” debido a que han sido “bloqueados los ingresos al Conicet, incluídos 845 aspirantes cuyas incorporaciones ya habían sido aprobadas en 2022”, puntualizan desde el RAICYT.
En materia salarial, “entre diciembre de 2023 y abril de 2025, con una inflación acumulada de 204,9%, los salarios de investigadores y becarios del Conicet cayeron un 34,7% en términos reales”. En tanto, “los salarios en universidades nacionales sufrieron una baja del 28% (27,9), o sea, por debajo del nivel de 2002”.

Otras “perlitas”:
- “No pueden pagarse servicios esenciales de luz, limpieza y seguridad en los laboratorios y centros de investigación”.
- “No hay insumos ni mantenimiento de equipamientos e infraestructura”.
- “No se ejecutan créditos internacionales otorgados durante el gobierno anterior”.
Muerte por asfixia es la estrategia. Así de cruel y cínica. Como con los jubilados, (cada vez más) los asalariados, las pymes nacionales, y, en definitiva, el país todo.
