garrahan y discapacidad
Carta de la Conferencia Episcopal Argentina (máxima autoridad de la Iglesia Católica nacional) por el desfinanciamiento y los salarios de pobreza del personal del Hospital Garrahan
Al personal médico y de apoyo del Hospital “Prof. Dr. Juan H. Garrahan”
Queridos hermanos y hermanas:
En estos días hemos recibido mensajes de algunos de Uds. poniéndonos al tanto de la dramática situación que atraviesan los médicos del Garrahan. En esta respuesta, queremos acercarles nuestra adhesión al pedido que hacen en relación con sus salarios y la situación general de la pediatría en el país.
Jesús dice claramente en el evangelio que no quedará sin recompensa el que atienda a alguno de los pequeños (Mt 10,42). Para nosotros, los cristianos, la prioridad de los niños y de los que sufren, junto a los pobres, es un mandato sagrado. Ustedes atienden cotidianamente la dolorosa combinación de estas realidades, y eso los hace particularmente valiosos para quienes nos llamamos cristianos. Estamos seguros de que Dios, que es fiel a su palabra, los ha recompensado innumerables veces por el servicio que prestan en situaciones límites.
¿Qué nos ha pasado como sociedad que nos hemos vuelto insensibles al dolor de los más vulnerables: los niños y las personas con discapacidad?
Les compartimos nuestra perplejidad. ¿Qué nos ha pasado como sociedad que nos hemos vuelto insensibles al dolor de los más vulnerables: los niños y las personas con discapacidad? ¿Cómo podemos decir que valoramos toda vida y queremos defenderla cuando está amenazada si no priorizamos a quienes cuidan de la vida en todas sus formas? ¿Qué tipo de sociedad y de gobierno son capaces de no valorar adecuadamente la misión de los médicos?
Les aseguramos nuestra cercanía fraterna y nos ponemos a disposición para extender, a través de nuestra voz, un pedido tan justo como impostergable.
Pidiendo para Uds. y sus pacientes la protección de la Virgen de Luján, los abrazamos fuerte y les hacemos llegar nuestra bendición.
Firman: Raúl Pizarro, Obispo Auxiliar de San Isidro y Secretario General de la Conferencia Episcopal Argentina, y Marcelo Daniel Colombo, Arzobispo de Mendoza y Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina.
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Comunicado de la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina: «Las personas con discapacidad no pueden esperar»
«Cuando un miembro sufre, todo el cuerpo sufre con él” (1 Cor 12,26)
Ante el desconcierto y desamparo de muchos hermanos y hermanas con discapacidad, los obispos de la Comisión Ejecutiva queremos hacernos cercanos a sus dolores e inquietudes y a las de sus familias. “Una dignidad infinita, que se fundamenta inalienablemente en su propio ser, le corresponde a cada persona humana, más allá de toda circunstancia y en cualquier estado o situación en que se encuentre”.1
Como discípulos de Jesús y su Evangelio seguimos convencidos de que es necesario que “rescatemos” a la persona y su dignidad, que la pongamos en el centro de nuestros intereses, de nuestros servicios y proyectos.2
El esfuerzo cotidiano de las familias que los acompañan muchas veces se realiza en soledad, sin el reconocimiento suficiente de la sociedad ni el apoyo adecuado del Estado. Esta realidad no es una cifra estadística: tiene nombres, rostros, historias
El acceso a servicios esenciales como la salud, la rehabilitación, la educación, el acompañamiento profesional y los apoyos necesarios para la vida cotidiana de las personas con discapacidad, se han vuelto inciertos y limitados. El esfuerzo cotidiano de las familias que los acompañan muchas veces se realiza en soledad, sin el reconocimiento suficiente de la sociedad ni el apoyo adecuado del Estado. Esta realidad no es una cifra estadística: tiene nombres, rostros, historias; son niños, jóvenes y adultos que ven cercenadas sus posibilidades de desarrollo, participación e inclusión plena.
Nos sorprende constatar el desconocimiento y desinterés hacia la realidad de la discapacidad, la cual debería ser una prioridad ineludible de toda política pública. Llamamos a la reflexión a quienes, desde el ámbito del Gobierno Nacional, deben apoyar con los recursos necesarios para que el área de Discapacidad pueda cumplir con responsabilidad y eficacia su tarea. El cuidado de las personas con discapacidad no puede ser postergado ni subordinado a otras urgencias: es un deber ético, una exigencia de justicia y un acto de humanidad.
Frente al dolor y la angustia de tantos hermanos y hermanas concretos deberían evitarse “actitudes y expresiones que lastiman, esos lenguajes despreciativos, por momentos no exentos de crueldad, que atentan seriamente contra aquella unidad que tanto necesitamos como pueblo, para ponernos la patria al hombro, para salir adelante”.3
Nos ponemos a disposición en cuanto podamos ser útiles desde nuestro lugar de servicio.
La Virgen de Luján nos ayude a salir al encuentro de los que sufren para comprometernos con ellos.
Firman: Mons. Marcelo Colombo, Presidente; Card. Ángel Rossi SJ, Vicepresidente 1º; Mons. César Fernández, Vicepresidente 2º; Mons. Raúl Pizarro, Secretario General. Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina
1Declaración dignitas infinita, n. 1
2Transformar los signos de los tiempos en signos de esperanza, mensaje de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal, 12 de marzo 2025
3Ídem
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