Disparen al peronismo

“Le tengo más miedo al frío de los corazones de los compañeros que se olvidan de donde vinieron, que al de los oligarcas” (Evita)

El ex canciller y actual senador Jorge Taiana, de 70 años, y el diputado Eduardo Valdés, de 65 (Agencia 4P)

“El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) es un organismo de derechos humanos argentino creado en 1979, durante la última dictadura militar, que promueve la protección de los derechos y su ejercicio efectivo, la justicia y la inclusión social, a nivel nacional e internacional”.

Primer párrafo de la presentación institucional del CELS. Un ente emblemático en la lucha por los derechos humanos dirigido, desde el 2000, por el periodista Horacio Verbitsky, quien también integra la junta directiva de Human Rights Watch-Americas y el Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación.

Tiene un curriculum vitae impactante. Brillantes libros. Miles de artículos de investigación de excelencia. Admirador de Rodolfo Walsh, el padre del periodismo de investigación en la Argentina y hombre de convicciones tan profundas que, al cumplirse el primer aniversario de la dictadura cívico-militar el 24 de marzo de 1977, escribió una carta pública a la Junta Militar que implicó su asesinato al día siguiente y que quedó como símbolo del periodista comprometido hasta con su propia vida.

En los últimos días, Verbitsky tiró toda su carrera a la papelera de reciclaje por ponerse la vacuna contra la Covid-19 en una vacunatorio vip que funcionaba en el Ministerio de Salud de la Nación, cuando aún esperan por la vacuna médicos y enfermeros que están cada día junto a pacientes infectados, así como adultos mayores, personas de riesgo por enfermedades previas, habitantes de barrios vulnerables, docentes y auxiliares que ya empezaron las clases en CABA y el 1º de marzo lo harán en la provincia de Buenos Aires y el resto. ¿Qué estará pensando Walsh en este momento?

Por lo pronto, se supo lo que piensan los trabajadores del CELS, quienes en un mensaje difundido por redes sociales subrayaron que “como organización comprometida con los derechos humanos y con las urgencias de la situación social actual, consideramos que las únicas salidas a la pandemia son la responsabilidad colectiva y el compromiso con las etapas del sistema de vacunación a nivel federal”.

“Por esto, hemos sostenido en diferentes espacios y ante el Estado la necesidad de que el proceso de vacunación responda a criterios de inclusión social que atiendan en forma prioritaria a los grupos más vulnerables de nuestra población, de acuerdo a factores sanitarios y no discriminatorios”, agregan.

En ese contexto, puntualizan que “el equipo de trabajadores del CELS rechaza esta o cualquier otra acción o privilegio que vaya en otro sentido”. “Nada de lo ocurrido representa el trabajo y el pensamiento de quienes integramos y hacemos a la organización en su día a día, sentencian.

Como informa 90lineas.com en la nota sobre la renuncia de Ginés González García al ministerio de Salud, a la polémica se sumó el periodista Roberto Navarro, quien anunció a través de las redes sociales que Horacio Verbitsky “no continuará con sus columnas” en El Destape Radio. “Es una inmoralidad que con 50 mil muertos haya vacunados VIP. Es inmoral quien lo autorizó y quien se vacunó”, escribió Navarro en su cuenta personal en Twitter, y agregó: “aquí no hay inocentes, y alguna opereta atrás seguro habrá”.

Disparo a quemarropa

El canciller Felipe Solá, el senador Jorge Taiana, el diputado Eduardo Valdés, hombre muy cercano al Papa Francisco (¿qué estará pensando el ex Padre Jorge en este momento?), el sindicalista Hugo Moyano y parte de su familia, entre otros, también se vacunaron.

Taiana y Valdés ya fueron bajados de la comitiva que acompañará al presidente Fernández a México. Solá irá porque “se vacunó en el Hospital Posadas”, dice el diario La Nación.

No hay excusas para nadie. En absoluto. “Solá (70 años) había recibido la recomendación de vacunarse a la brevedad por parte del equipo médico de la Cancillería, debido a los compromisos y prácticas habituales derivadas de su función específica”, dice la nota que publicó anoche La Nación en su web.

¿Cuántos hombres y mujeres de 70 años corren riesgos por su actividad específica? Decenas de miles. Y vaya a saber cúando serán convocados para vacunarse.

¿No va a renunciar? ¿No van a renunciar Taiana y Valdés? ¿No?

Por si no lo saben señores, son cientos y cientos de miles los ciudadanos de a pie -reiteramos: incluyendo médicos, enfermeros y demás trabajadores de la salud; portadores de enfermedades prevalentes que los convierten en personas de alto riesgo; adultos mayores que confiaron, se anotaron con gran esfuerzo y aguardan con esperanza la vacuna; maestras, auxiliares docentes y un largo etcétera- que están indignados.

Su actitud egoísta, inmoral como dijo el periodista Navarro, le pegó un tiro en el pie al gobierno que integran y que la mitad de la población votó con la esperanza de enterrar la nefasta experiencia de la derecha/ultraderecha que dejó al país devastado. Y la mayor parte de ese gobierno viene haciendo cosas bien, remando en dulce de leche en medio de una pandemia atroz para todo el planeta (poner a todos en la misma bolsa, en este gobierno y en el anterior, es un error garrafal). Pero ustedes le pegaron un tiro en el pie. Y, al mismo tiempo señores, dispararon contra el peronismo.

Si las consecuencias llegan a ser -no se puede hacer futurología- que esa más que justificada indignación popular vuelva a poner al país en manos de especuladores financieros, devaluadores baja-sueldos y endeudadores seriales, los libros de historia les reservarán un capítulo negro.

Dijo Evita: “Le tengo más miedo al frío de los corazones de los compañeros que se olvidan de donde vinieron, que al de los oligarcas”.

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