Cifras que confirman una economía Argentina en plena recuperación

La economía argentina está creciendo y no sólo por la suba en el precio de la soja

Las cifras son contundentes, inconstrastables. La economía argentina está en franca recuperación, a la que algunos califican como rebote, pero con más que buenos sustentos económicos que a esta altura sólo una nueva oleada del coronavirus podría arruinar. Y a riesgo de aburrir veamos:

La economía cayó menos de lo esperado en 2020, lo que de por sí es una buena noticia, pero tiene aspectos aún más positivos. Resulta que el Gobierno había presupuestado un derrumbe en el año pasado del 12,5%, pero el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) del Indec  señaló que acumuló una caída de 10,0% y con la suba de 0,9% registrada en diciembre, el nivel de actividad acumula 8 meses consecutivos de crecimiento, superó el nivel de marzo y se ubicó 3 puntos por debajo de febrero de 2020 previo al Covid.

Si bien es cierto que la caída es la más importante desde 2002, el año posterior a la crisis del 2001, cuando bajó 10,9%, también es cierto que el ciclo positivo de la economía se muestra muy consolidado en algunos sectores mientras otros recién comienzan a recuperarse.

En efecto en el acumulado de 2020, sólo dos sectores exhibieron un incremento: Intermediación financiera (2,1% interanual) y Electricidad, gas y agua (0,8% interanual). El resto de los sectores económicos registraron caídas en el año, entre las que se destacó la disminución de Hoteles y restaurantes (48,6% de caída interanual) y la de Otras actividades de servicios comunitarios, sociales y personales (37,5% interanual de caída) a causa de la pandemia, pero todas recuperándose mes a mes desde el pico de los niveles más bajos de marzo y abril pasado.

Incluso en el renglón de Hotelería entre la segunda quincena de diciembre y fines de febrero, 22,4 millones de turistas eligieron vacacionar en destinos locales y realizaron gastos por $201.158 millones.

“Si bien cayó 28,9% la cantidad de gente que viajó fronteras adentro, en relación con el verano pasado, en muchas ciudades los empresarios consultados marcaron que la temporada fue mala, pero esperaban algo peor”, por la pandemia, según un relevamiento hecho por CAME al analizar el rubro turismo.

AUTOS Y OTROS INDICADORES POSITIVOS

Además en lo que va del año la venta de automóviles creció casi 10% respecto del año anterior con una participación de modelos nacionales del 46,7%, la cifra más alta de participación de modelos made in Argentina desde 2016. Las de motos también crecieron en los dos primeros meses un 11% con amplia participación de los modelos producidos en el país (ver sección autos).

Otros indicadores también son positivos, el índice de producción industrial manufacturero (IPI manufacturero) en diciembre muestra una suba de 4,9% respecto a igual mes de 2019.

El acumulado enero-diciembre de 2020 presenta una disminución de 7,6% respecto a igual período de 2019, menos de la mitad de la caída del 16,2% de mayo pasado, con rubros muy golpeados como textiles, prenda de vestir, cuero y calzados (con una merma acumulada interanual del 28,5%) y rubros que ya dejan un saldo positivo como alimentos, bebidas y tabaco que registra una suba del 0,2%.

El presidente de la Cámara de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma), Néstor Cestari, confió en que el sector continuará con un incremento en las ventas en 2021, después de haber cerrado el año pasado con un aumento de «entre el 35% y 40%».

También en diciembre el indicador sintético de la actividad de la construcción (ISAC) muestra una suba de 27,4% respecto a igual mes de 2019. El acumulado de 2020 del índice serie original presenta una disminución de 19,5% respecto a 2019, muy lejos del 42,2% de caída que se registraba en mayo.

EL ARRANQUE DE 2021

Mientras tanto, la economía argentina comenzó el 2021 con un crecimiento del 1,3% en enero respecto de igual mes del año anterior y tuvo una expansión del 2% con relación a diciembre anterior, según la consultora de Orlando Ferreres, que proyectó para los doce meses del año un período de crecimiento, quebrando el proceso recesivo de los últimos tres años.

De acuerdo con el indicador del Centro de Estudios Económicos, el impulso provino, por orden de su aporte al crecimiento, por el  avance registrado en la industria manufacturera, sector que explica más de la mitad del avance general, con un crecimiento de  4,8%. También se destacaron el comercio, el cual avanzó 3,6%, la intermediación financiera, con una suba de 12,0% y la construcción, que registró una expansión interanual de 6,6%.

Pero si los datos de la economía real son satisfactorios, también lo son la reducción del déficit de las cuentas públicas. En la Argentina, actualmente aumentan los ingresos y disminuyen los egresos fiscales, sobre todo por el aumento de la liquidación de exportaciones.

En efecto los datos difundidos este lunes por el Ministerio de Economía destaca que la recaudación tributaria durante febrero alcanzó los $716.595 millones, con un crecimiento interanual del  51,9%, impulsada por el contexto internacional favorable para los principales productos de exportación, la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva y el desempeño de tributos como IVA, Ganancias e internos coparticipados.

Martín Guzmán, ministro de Economía

El Ministerio de Economía informó que con los resultados de febrero, la recaudación tributaria nacional acumuló seis meses consecutivos de variación real positiva, es decir de crecimiento por encima de la inflación. Los tributos del comercio exterior registraron un aumento de 161% interanual, entre los que se destacaron los derechos de exportación que exhibieron una suba de 205% interanual y recaudaron un total de $ 64.434 millones, un incremento que respondió al sostenimiento del contexto internacional favorable para los principales productos de exportación, con precio de la soja por encima de U$S 500 la tonelada y del maíz casi en los 220 dólares.

Argentina registró en enero pasado un superávit fiscal primario de 24.074 millones de pesos que contrasta con el déficit primario por 3.766 millones de pesos registrado en enero de 2020.

Según el Ministerio de Economía, el pago de intereses de la deuda pública fue en el primer mes del año de 27.104 millones de pesos. De esta forma, el resultado financiero del pasado mes fue deficitario en 3.030 millones de pesos, que la cartera económica atribuye a “la mejora de los ingresos de la mano de una progresiva recuperación económica, la reestructuración de la deuda pública en moneda extranjera y la normalización del mercado de deuda en moneda local que han permitido un fortalecimiento de las finanzas públicas durante este mes», destacó el ministerio de Economía en su comunicado.

Argentina había cerrado el 2020 con un déficit fiscal primario de 1.749.957 millones de pesos, lo que equivale al 6,5 % del Producto Bruto Interno (PBI). El Presupuesto 2021 proyecta que el déficit primario será este año equivalente al 4,2 % del PBI. También prevé un resultado financiero negativo equivalente al 5,7 % del PBI para 2021.

Por otra parte también se destaca la capacidad oficial de captar recursos genuinos para financiar los vencimientos de deuda interna. En la última licitación de títulos de febrero captó casi $222.000 millones, suma que cubrió la totalidad de los vencimientos de deuda que enfrenta en los próximos días y agregó a la caja del Tesoro otros $12.000 millones, que se agregan a los más de $31.000 millones obtenidos en la primera licitación del mes. Así acumuló en el mes un financiamiento genuino por $43.250 millones, que eleva a $76.733 millones la caja «extra» conseguida vía nuevo endeudamiento en el primer bimestre del año, según detalló el ministerio de Economía. Esa cartera destacó que se logró así el «octavo mes consecutivo en que el Tesoro obtiene fondos por encima de los vencimientos acumulados del mes».

De esta forma, la situación fiscal de enero mostró una mejora que se plasmó en el nivel más cercano al equilibrio de por lo menos los últimos diez años, con ingresos totales de $605.671 millones y gastos de $608.791 millones.

El Índice de Equilibrio Fiscal que mide el Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano registró en enero una mejora del 67,1% respecto del nivel que había verificado en diciembre del año pasado y del 22,4% con relación al de igual mes del 2020.

Y como si fuera poco, el intercambio comercial cerró enero con un superávit de U$S 1.068 millones, por encima de los U$S 1.044 millones registrados en igual mes del 2019, según siempre los datos oficiales del indec.

EXPORTACIONES

Los ingresos por exportaciones aumentaron en términos interanuales 7,3% al sumar U$S 4.912 millones debido, fundamentalmente, a un aumento del 10,7% en los precios. Mientras tanto, las cantidades se redujeron un 3,1%, una cifra considerablemente menor a los derrumbes cercanos al 30% que se habían observado en noviembre y diciembre,  mientras que las importaciones crecieron 8,7%, por un monto de U$S 3.844 millones.

Una vez más la fuerte suba en el valor de los principales productos de exportación argentina, sumado a los ingresos demorados por el paro en los principales puertos explican estos buenos registros, que de todas manera parecen consolidar una tendencia, ya que el saldo comercial viene registrando un fuerte saldo positivo de U$S 12.528 millones  en 2020, luego de los U$S 15.990 millones de 2019, cuando comenzaron a aplicarse restricciones a las importaciones y que siguieron a dos años de déficit de U$S 8.293 millones en 2017 y 3.701 en 2018.

Así, la liquidación de divisas provenientes de las agroexportaciones alcanzó los U$S 3.950 millones en el primer bimestre del año, lo que representó la cifra más alta desde 2016 y la segunda más importante en 19 años, informó la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC).

El sector agroexportador aportó en febrero unos U$S 1.810 millones al mercado de divisas, lo que representó la segunda cifra más alta en 18 años, apenas por debajo del récord de 2014, cuando se registraron U$S 1.892 millones.

En tanto, la balanza comercial bilateral con Brasil registró un superávit de U$S 130 millones en febrero y acumuló el segundo mes consecutivo de balance positivo, después de ocho meses seguidos en rojo, producto de un fuerte avance de las exportaciones del 17,6% interanual y un leve retroceso de importaciones del 5,2%

De esta forma, el superávit comercial acumulado en 2021 alcanzó los U$S 150 millones, más de cinco veces mayor al observado en el mismo período del 2020, mientras que el total comerciado alcanzó los U$$ 1.650 millones en febrero, un 5,9% más que igual mes de 2020.

También fue el segundo mes consecutivo de aumento en el flujo comercial que, luego de una fuerte caída de importaciones por las sucesivas devaluaciones en 2018, volvió a resentirse por los efectos de la pandemia, encadenando así casi dos años y medio de caídas.

TODAVÍA FALTA MUCHO

Como decíamos al principio son datos, irrefutables que muestran una recuperación todavía incipiente de la economía, condicionada tanto por factores internos, como el rebrote inflacionario de los últimos dos meses que el Gobierno busca controlar de cuajo y externos con  un cronograma de pagos externos todavía impagable, pese a la exitosa renegociación con los acreedores privados.

Sin embargo estos buenos números que no sólo responden “al viento de cola” de la fuerte suba en el precio de la soja, sino también a una minuciosa ingeniería financiera que cada vez requiere de menos emisión monetaria, al tiempo que baja las tasas de interés y prorroga los plazos de los vencimientos de las obligaciones en pesos para financiar el gasto público. Y muy lejos del  despropósito de endeudarse en dólares para cubrir el déficit  fiscal.

Claro, quedan cifras alarmantes, las principales el alto nivel de desocupación y de pobreza e indigencia, que avergüenza a todos los argentinos.

Pero son datos que permiten a Alberto endurecer la negociación con el FMI en busca de un acuerdo imprescindible luego del desaguisado financiero externo que dejó la administración Macri, pero negociando “sin apuros” para lograr “el mejor acuerdo posible”, ya sin las presiones de un dólar desbordado.

Se trata de no avanzar en forma precipitada. Economía no busca un crecimiento “a tasas chinas”, en cambio se busca eliminar inconsistencias que con el tiempo volvió siempre incumplible cualquier plan económico. Se busca pisar sin apuros pero sobre tierra firme en base a acuerdos muchas veces difíciles con un empresariado que no siempre tiene como objetivo de mínima hacer viable al país donde logra sus importantes ganancias.
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