“La clave de los nuevos créditos hipotecarios es que se ajustan a la inflación de manera dinámica a lo largo del tiempo. Debido a ello, la proporción de la cuota respecto del nivel de ingreso debería mantenerse relativamente estable”.
Así presentaba un banco internacional los créditos UVA cuando fueron lanzados con bombos y platillos por el gobierno de Pro-UCR. Luego vendrían las brutales devaluaciones que pauperizaron ese “nivel de ingreso” y una inflación galopante. Así, cientos de miles de familias que pidieron préstamos se enfrentaron a la imposibilidad de pagarlos.
Hoy, en el marco de una nueva protesta del colectivo bonaerense de deudores en la Plaza San Martín de La Plata, los perjudicados dijeron a 90lineas.com que el gobierno que encabeza Alberto Fernández no les ha acercado ninguna solución.
Afirman que las autoridades realizan “un razonamiento equivocado, pues mantienen una mirada propia del sector financiero en lugar de la mirada política que deberían tener”.
El dato que dio una mujer frente a Casa de Gobierno, asusta. “(El gobierno) no le pone límite a la voracidad y la usura de los bancos. De modo tal que hoy no existe tope alguno para subir el monto de los cuotas; las posibilidades de aumento son infinitas”, remarcó.
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“En el inicio, en 2016, la UVA (unidad de valor adquisitivo) tenía un valor de 14 pesos, mientras que el 10 de marzo ese valor será de 70 pesos. Es decir que en este corto plazo las personas recibieron un impacto de aumento en la deuda y en la cuota del 400%. No hay ninguna economía, ninguna actividad económica, que arroje ese nivel de ganancias”, sentenció.
Entre los tomadores de los créditos hay una profunda desazón con el Ejecutivo nacional. “Reconocen el problema pero no hacen nada al respecto. Creemos que no quieren entrar en litigio con los bancos”, opinó un hombre de mediana edad.
En promedio, cada familia estaría destinando entre un 60 y un 70 por ciento de sus ingresos a pagar el crédito. Para colmo, ahora se anunció un gradual descongelamiento de las cuotas sin que se hayan efectuado cambios en la modalidad del crédito.
“Lamentablemente, en lugar de aprovechar el tiempo durante el cual las cuotas estuvieron congeladas para estructurar un cambio de sistema, el gobierno anunció recientemente el inicio del descongelamiento para retomar la dinámica de los créditos UVA sin modificaciones de ningún tipo”, apuntaron.
“Cabe recordar que el modelo crediticio UVA impulsado por el gobierno de Cambiemos resultó atractivo al inicio, por permitir que las primeras cuotas fueran más accesibles que las de cualquier crédito tradicional comparable que se ofrecía en el mercado en ese momento. (Pero) es necesario entender que el éxito de esas colocaciones tuvo que ver con una estrategia deliberada de la anterior gestión; fue una política de Estado en materia de vivienda”, puntualizaron.
En esa línea, añadieron que “los bancos ofrecían los créditos en forma compulsiva”.
Cambia, nada cambia
En un documento, los tomadores de préstamos UVA afirman que “la postura del actual gobierno nacional frente a este problema sigue siendo sorprendente y decepcionante, más aún teniendo en cuenta que ya desde la misma campaña electoral se había coincidido en un diagnóstico irrefutable: el modelo UVA es inviable”.
Después resaltaron que “el Ejecutivo impulsa una nueva línea de créditos PROCREAR con un sistema de actualización del capital en base a una fórmula denominada HogAr, basada en un coeficiente de variación salarial, con el objetivo de abandonar al UVA como mecanismo de ajuste de valor”.
“Al ofrecer un mecanismo diferente para la nueva línea de préstamos PROCREAR con el fin de evitar que, ante una caída sistemática del salario real, los valores de las cuotas futuras se disparen tal como sucedió con los UVA, el gobierno está reconociendo la inviabilidad de este esquema”, recalcaron.
Propuesta
El colectivo de deudores de la Provincia indicó que “frente al anuncio del gobierno de que dará por concluido el período de congelamiento, proponemos en carácter de urgente las siguientes medidas alternativas: dejar sin efecto las medidas anunciadas y extender el congelamiento de la UVA hasta la restructuración de la deuda; establecer mecanismos de migración de los actuales créditos UVA a créditos con un esquema basado en la fórmula HogAr que impulsa el gobierno (variación por evolución salarial), y establecer un esquema de empalme entre los créditos actuales en UVA y los nuevos con fórmula HogAr que logre compensar, de algún modo, los desproporcionados saldos de deuda de los prétamos UVA vigentes”.
Finalmente, opinaron que “(las autoridades) hoy parecen más preocupadas por asegurarle a los acreedores (los bancos) las condiciones de rentabilidad, que en pensar en un esquema sustentable y equitativo para todas las partes”.
“Erróneamente se trata a los tomadores de estos créditos como si fueran especuladores financieros o inmobiliarios, cuando la inmensa mayoría apostó a proyectos importantes para sus familias”, remataron.