La mujer en la ventana: una mezcla que se queda corta

Un estreno que mezcla muchas películas y series en una sola cinta, pero ¿cumple lo que busca?

La cinta narra la historia de Anna Fox (Amy Adams), una mujer que padece agorafobia

Alguna vez el genio de la pintura Pablo Picasso dijo la siguiente frase “los buenos artistas copian, los grandes artistas roban” esto no quería decir que esté bien tomar ideas de otros, sino que estaba bien tomar elementos ya realizados y reinterpretarlos. Evidentemente es lo que este film quiso hacer, tomar una serie de películas para dar forma a una adaptación de una novela, que por sí sola tal vez no llamaría tanto la atención.

La cinta narra la historia de Anna Fox, una mujer que padece agorafobia, una fobia a los espacios abiertos que puede generar miedo a salir de casa, que es lo que le sucede a ella. En dicha situación, la protagonista será testigo de unos hechos que harán que el espectador, y ella misma, se cuestionen qué es real y que no lo es.

El film está dirigido por Joe Wright, un interesante cineasta británico que está ganando renombre tras la premiada Darkest Hour (2017) y que destacó en el pasado por Orgullo y prejuicio (2005). Además, está protagonizada por la mejor actriz joven de la actualidad (al menos para mí) Amy Adams, que más adelante veremos que sin ella este producto pudo ser algo totalmente diferente.

No se puede continuar estas líneas sin hablar del hombre en quien todos pensamos mientras veíamos el film, el maestro del suspenso Alfred Hitchcock. Hoy en día no se puede pensar la historia del cine sin él. Y esta cinta bebe completamente de dos cintas suyas, La dama desaparece (1938) y especialmente de La ventana indiscreta (1954), a tal punto que en algunos momentos creí estar viendo una remaike de esta última.

Es importante recordar de que tratan ambas cintas, La dama desaparece cuenta la historia de una mujer que toma un tren junto a una señora que conoció la noche anterior, luego ya en el viaje una trama turbia hará que todos los personajes nieguen la existencia de su acompañante y la traten de loca. En cuanto a La ventana indiscreta, contaba la historia de un hombre con una pierna rota que debe quedarse en casa y toma como pasatiempo espiar a sus vecinos hasta que descubre un crimen.

De este modo, vemos que la cinta toma dos elementos centrales de las obras del maestro del suspenso para narrar. Pero al mismo tiempo tiene su identidad y su autonomía, con lo cual me he llegado a cuestionar si no estamos en presencia de un nuevo género, las películas homenaje. Una cinta que toma muchos recursos de otra para contar su historia pero que hace constantes referencias para legalizar dichos recursos.

En cuanto a la película propiamente dicha, tiene dos elementos que la sostienen, una es la estética visual planteada por Joe Wright que da una atmosfera de sueño y onírica en muchos momentos. Pero por otra parte, está la actuación de Amy Adams, el punto más positivo del film, quien sostiene el clima y el ritmo en su performance, principalmente porque su protagonismo es muy grande.

Por otro lado, debo decir que el guión en muchos momentos carece de buen ritmo lo que deriva en un climax totalmente apresurado y más propio de una cinta de terror convencional y cliché. En muchos momentos se siente que algo grande está por ocurrir, ya sea para mal o para bien, pero al no llegar ese momento se siente como una historia que a la larga no fue tan bien contada como pudo. Hitchcock se ganó el mote de maestro del suspenso a base de utilizar el suspenso de forma precisa, es decir que ese homenaje a él no existió.

Finalmente, es una cinta de buena estética y actuaciones, y una dirección que a veces otorga planos interesantes, pero falla en el montaje de algunas escenas. Siempre es lindo ver algo que nos recuerde a grandes clásicos del cine, pero cada filme tiene su autonomía y debe ser valorada por lo que se vio en pantalla. En este caso se ven propuestas interesantes pero un final que nos dejó a muchos con gusto a poco.

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