“Vos sos la mejor cantante de rock. Pero no lo puedo decir porque los rockeros me matan”. Vos era ella. Y ella era Valeria Lynch, la reina de la música melódica. ¿Y el autor de la frase? Nada menos que Pappo Napolitano.
El destino los retó y, por suerte, dejaron grabada para siempre una interpretación a dúo. Fue en 1994, once años antes de que el Carpo se fuese para siempre con su magia a cuestas.
Algunos creen en las casualidades. Pero ese encuentro no fue casual. Valeria y Pappo se conocían, aunque no se frecuentaban, y se admiraban mutuamente en silencio.
Aquel año, la cantante condujo en televisión “Soñando con Valeria”, y le dijo a la producción que en el primer programa quería como invitado a Pappo. “Toda la producción detrás de él, hasta que un día dije ‘voy yo, que lo conozco’. Llegué a la casa y estaba tirado en la cama, con la pierna fracturada y enyesada tras un accidente que tuvo en Córdoba”, contó ella.
“Pappo, por favor, quiero que vengas a cantar conmigo -le dije-. Todos me aseguraban que no iba a querer. Me miró y me contestó ‘sí, claro’. ¿Y cómo querés estar vestido?, le pregunté. ‘¿Y cómo me voy a vestir? ¡De esmoquin! Vos andá como quieras’, me largó, con esa voz áspera que lo caracterizaba”, relató Valeria entre risas.
-¿Qué tema querés cantar?
-El tema de (la película) Reto al destino.
-Pero es en inglés –le hizo notar Valeria.
-Me encanta –lanzó el Carpo.
Así quedó sellado el que sería un momento inolvidable de la música popular argentina, aquel que juntó a la voz por excelencia de la música romántica (nada bien vista por el público rockero) y a quien llegó a estar considerado como uno de los 10 mejores guitarristas del mundo según los especialistas, abanderado del rock duro y el heavy metal nativo (nada bien visto por el público fiel a Valeria Lynch).
Pero detrás de esta historia hay una Valeria que, entre adolescente y joven, se codeó con todo el mundo del rock nacional cuando éste daba sus primeros pasos. Hasta fue compañera de escenario de la chica que inspiró el tema Muchacha ojos de papel y “hermanita” de Luis Alberto Spinetta.
Antes de remontarnos a esa época, vale subrayar que finalmente se grabó la versión vernácula de Up Where We Belong (Hasta donde pertenecemos), tema central de la banda de sonido del filme Reto al destino (1982) protagonizado por Richard Gere y Debra Winger.
La canción original, interpretada por el emblema del rock, del blues y del soul, Joe Cocker, y la cantante pop Jennifer Warnes, llegó a estar tres semanas en el puesto uno del Billboard Hot 100, la lista de cien sencillos más vendidos en EEUU, ganó un Oscar y se convirtió en uno de los mayores clásicos de todos los tiempos.
Retomando aquel encuentro con Pappo en su casa, Valeria Lynch confesó que “nos sorprendió a todos, porque dijo e hizo todo lo contrario a lo que pensábamos (…) ¿Cómo no llevar en el corazón a ese hombre que nos dio todo musicalmente hablando y que además era un tipazo?”, se preguntó.
Lilian, la hermana de Pappo, recordó que “él no se podía mover, entonces Valeria venía todas las tardes y ensayaban acá, en casa. Ella traía las facturas y yo les cebaba mate. La pasábamos muy bien. Norberto tenía un humor muy grande y ella también”, narró.
“Mi hermano la admiraba mucho. Siempre decía que era una mujer excelente, que era una señora con mayúsculas, y que tenía una voz privilegiada”, confió Lilian.
LA MUSA DE “MUCHACHA” Y EL HERMANITO LUIS
Finales de los años 60. Tiempos de utopías. Y tiempos duros a la vez. El rock nacional se estaba gestando en las habitaciones de muchos adolescentes. En garajes. En algunos bares en forma clandestina, para evitar la represión policial.
Valeria contó: “la musa que inspiró Muchacha ojos de papel era una compañera mía de Hair (el emblemático musical de la era dorada del hippismo), Cristina Bustamante (la novia de Spinetta en aquellos años, quien también inspiró tiempo después el Blues de Cris, de Pescado Rabioso). Cristina era actriz y el Flaco la iba a buscar todos los días al teatro. En esa época yo era muy flaquita y estaba llena de rulos, y él también, entonces él me decía que parecíamos hermanitos (risas). También fui a la casa de sus papás en Belgrano, donde ellos (Almendra) ensayaban. Después le perdí el rastro, por supuesto. Pero mirá cómo es la vida que su hijo Dante, cada vez que me lo encuentro en algún evento, me dice que su hija canta mis canciones. Eso es muy emocionante para mí”, rememoró Valeria Lynch en una entrevista que le realizó Carolina Taffoni para La Capital de Rosario, el 11 de agosto de 2018.
También contó que en sus comienzos su ambiente fue el del rock nacional y que de él se nutrió. Valeria, como la mayoría de los jóvenes de esa “tribu”, escuchaba a Janis Joplin, King Crimson, Cream, entre otros. El rock en castellano recién asomaba.
“Era marginal y estaba prohibido. Nos metíamos en los sótanos, único lugar donde podíamos cantar, con Horacio Fontova, con el Negro Rada, con un montón de gente que estaba dando sus primeros pasos, como yo”.
Valeria comentó que después se volcó a un estilo pop porque quería vivir de su vocación. “Pasé a hacer un género más internacional, porque el rock seguía en los sótanos y me moría de hambre (risas). No era fácil vivir acá en la época del hippismo y el flower power”, le dijo a Carolina Taffoni.
Con su extraordinaria voz y un irreconocible Pappo de esmoquin, en 1994 cantaron juntos. La reina de la música melódica y el rockero más duro. Once años después, en un accidente automovilístico, Pappo murió.
Si bien la voz de Valeria resaltó -como no podía ser de otra manera-, Pappo acompañó emulando el áspero e inolvidable registro de Joe Cocker. Y si bien el fuerte del Carpo no era el canto, la versión nativa tiene el agregado de un solo de guitarra y de un punteo final que corona un momento memorable.
¿¡Pappo con Valeria Lynch!? ¿¡Valeria con Pappo!?, se habrán sobresaltado los fanas de uno y otro y preguntado ¿qué hacen juntos? ¿Y qué van a hacer? Música, maestro.