29 de junio, primer grito independentista

La historia oficial, la de Mitre, López, Urquiza, etcétera, nos ha indicado siempre que la fecha del 9 de julio es indiscutible, ocultando lo ocurrido antes y después de ese día

El 29 de junio de 1815 se reúne el Congreso de los pueblos Libres (Ilustración histórica)

Muchos, para la gran mayoría, nuestra Independencia fue proclamada el 9 de julio de 1816. Formalmente parece que ello es así pero veamos el mismo hecho desde otra óptica.

La historia oficial”, la de MitreLópezUrquiza, etcétera, nos ha indicado siempre que la fecha del 9 de julio es indiscutible, ocultando lo ocurrido antes y después de ese día. Como también nos ocultaran la gran y epopéyica gesta emancipadora de La Vuelta de Obligado. Habré de referirme, entonces, a la revisión intentada ahora, a la traición del pasado y del presente a ambas.

Como la fecha oficial tiene una gran ventaja, no habré de explayarme sobre la misma celebrada en Tucumán bajo la presidencia de Narciso Laprida en la “Casita Histórica” de la capital de dicha provincia y la ausencia de muchos representantes. Y la presencia de una provincia que se destaca en los dos eventos a los que nos referiremos: Córdoba  (no es un dato menor)

Lo cierto es que, como ocurriera con La Vuelta de Obligado, se ha puesto a debate que la primera declaración independentista fue concretada el 29 de junio en el denominado Congreso de los Pueblos Libres convocado por el prócer oriental don José Gervasio de Artigas en el año 1815 en Concepción del Uruguay, se dice en el paraje Arroyo de la China, concurriendo representantes de lo que hoy es Misiones, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba y, por supuesto, la Banda Oriental. (Conforme lo narra el historiador Pacho O´Donnell)

No faltará quienes minimicen esta discusión, se dirá livianamente qué importancia tiene si la declaración fue el 29 de junio de 1815 o 9 de julio de 1816? .

José Gervasio Artigas

No quedan dudas de la activa participación de Artigas en los actos tendientes a lograr la efectiva independencia, que motivara -entre otras hostilidades- en declararlo (ya antes de 1815) “traidor a la patria”, “bárbara y sediciosa su conducta y se “indulta y perdona”  a quien lo elimine, según un bando de Sarratea del 2 de febrero de 1813.

La idea de la revolución nacionalista de 1810 había sido sustituida por un gobierno formado por la “clase decente” y la “gente principal” del puerto (esto tampoco es un dato menor)

Es decir, cambiar a los funcionarios españoles por los decentes porteños en desmedro (resulta obvio) de los bárbaros caudillos ArtigasRamírez, etcétera.

En julio de 1816 ni la Banda Oriental ni las provincias ligadas al “Protector de los Pueblos Libres” enviaron representantes a Tucumán, creo que persuadidos de la temible expedición que se estaba preparando en Cádiz, (derrotado Napoleón y repuesto Fernando VII) bajo las órdenes de William Beresdford (el mismo invasor de 1806), supervisada por Manuel J. García y bajo la complicidad de Buenos Aires con tal de sacarse de encima al caudillo oriental (hasta hoy execrable para muchos).

¡Si lo hizo Córdoba¡

Dice el gobernador correntino Pedro Ferré (obviamente opacado por la historia oficial): “Si alguna vez se llegasen a publicar los documentos que aún están ocultos se verá que Artigas no hizo otra cosa que reclamar primeramente la independencia de su patria y después sostenerla con las armas, instando en proclamar el sistema de federación y entonces resulte Artigas el primer patriota argentino”. Algo así como ocurriera con la batalla de la Vuelta de Obligado, Lucio V. Mansilla y el maldito de la historia oficial, don Juan Manuel de Rosas.

Para ello, y a fuerza de ser objetivos, veamos qué dice Vicente Fidel López, en “su” historia de la República Argentina: “Artigas fue un malvado, un caudillo nómade y sanguinario, señor de la horca y cuchillo, de vidas y haciendas, aborrecido por los orientales que un día llegaron hasta resignarse con la denominación portuguesa antes de vivir bajo la ley del aduar de aquel bárbaro”.

La primera declaración de la independencia

El historiador Pacho  O ´Donnell lo cuenta claramente en su trabajo “La Primera Declaración de Independencia Argentina “ en un revelador estudio de los años posteriores a la Revolución de Mayo, anclado en los hechos determinantes a ambas márgenes del Río de la Plata, Buenos Aires, el Litoral y la Banda Oriental.

Señala que el 29 de junio de 1815, en Concepción del Uruguay, convocados por Artigas, casi exactamente un año antes que en Tucumán, los Pueblos Libres declararon la independencia bajo un régimen constitucional democrático que garantizaba el voto popular, la reforma agraria, la libertad de culto y el federalismo. Las  actas del Congreso se han perdido o fueron destruidas.

Durante doscientos años la historiografía oficial ha negado aquel hecho crucial, protagonizado por el enemigo, “ el traidor Artigas y los gobernadores federales” según el léxico oficial. Sin embargo, no existe el crimen perfecto: quedan rastros, indicios, evidencias, cartas y documentos que permiten reconstruir lo que la historia ha ocultado.

Se ha sostenido que “los pueblos que no tienen memoria suelen repetir sus errores”.  Aun hoy en nuestro Congreso Nacional no ha prosperado un proyecto reivindicando el 29 de junio de 1815.

 

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