50 años de la Escalera al Cielo de la Música

Cumple medio siglo la que para muchos es la mejor canción de rock de todos los tiempos: Stairway To Heaven (Escalera al cielo), de Led Zeppelin. Una auténtica obra de arte que, al mismo tiempo, se convirtió en la pieza musical contemporánea más estigmatizada. Lo cierto es que más de una generación, al escucharla, toca ese cielo con las manos

Escalera al cielo

Es perfecta. La introducción con guitarra acústica. Una melodía que eleva el espíritu. La suave voz de Robert Plant, casi susurrando a los oídos que “hay una dama que está segura de que todo lo que brilla es oro, y ella está comprando una escalera al cielo”. La guitarra eléctrica y el bajo entran en el momento exacto, ni un segundo antes ni uno después. Y la batería… ¡por Dios! Luego, aquella dulce voz y esa encantadora melodía estallan en el fragmento de hard rock más sublime, con la voz de Plant desgarrándose y con un excelso Jimmy Page dándole forma al ¿mejor solo de guitarra del rock?. Y todo concluye al fin, suavemente, con Robert cantando a capella: “Y ella está comprando una escalera al cielo”.

Son ocho minutos y tres segundos de una auténtica obra de arte. El grupo británico Led Zeppelin demostró con Stairway To Heaven que una canción no tenía que durar tres minutos para gustar y vender. Que no era necesario sacar primero el sencillo y después el álbum: nunca fue grabada en un disco simple. Que un elepé, aunque fuese el cuarto de la banda, no tenía porqué llevar un título.

Con el tiempo se lo conoció popularmente como Led Zeppelin IV. Pero lo cierto es que los músicos sólo querían una imagen en la portada, y apenas cedieron ante la discográfica agregándole cuatro símbolos. Cada uno representaba a un integrante del cuarteto. ¿Qué significaban? Algo más para descifrar, como si al disco, pero sobre todo a Escalera al cielo, le hubiesen faltado halos de misterio.

ESTIGMATIZAR EL ARTE

¿Cómo aquellos pelilargos que venían a hacer tanto ruido y a pervertir a los buenos chicos y chicas londinenses, seguramente embriagados con alcohol y drogas, iban a ser capaces de componer una canción tan desmesuradamente bella? ¿Una melodía tan maravillosa? ¿Un solo de guitarra tan perfecto? Tenía que ser obra del mismísimo satanás. Y aunque hoy parezca increíble, en aquel año de 1971 se llegó a decir que los Led Zeppelin habían vendido su alma al diablo a cambio de Stairway To Heaven.

Es que Jimmy Page era seguidor del ocultista Aleister Crowley y, sobre llovido mojado, en la biografía sobre el grupo titulada Cuando los gigantes caminaban sobre la Tierra, de Mick Wall, el discípulo de Crowley y amigo de Page, Kenneth Anger, dijo que “Stairway To Heaven es la canción más luciferina (sic) de la banda. Para cualquiera que sepa de ocultismo, ‘las sombras más altas que nuestras almas’ y ‘mi espíritu que llora por marcharse’ sugieren un deseo de vuelta al mundo perdido”.

No obstante, la letra la escribió Robert Plant, quien durante una entrevista con la revista inglesa Q afirmó que “todo eso de que es satánica es una basura”. Respecto a la teoría de que pasando la canción al revés se escucha “aquí está mi dulce satán”, el cantante de Led Zeppelin admitió que hizo la prueba: “Y no hay nada, es todo una chorrada”, casi exclamó.

Pero el tema llegó a tratarse en un congreso. ¿Cómo? Sí, así es. En 2004, en el V Congreso Mundial de Escépticos, el psicólogo inglés Christopher French puso las grabaciones y los 400 asistentes salieron convencidos de esos oscuros mensajes.

El propio Plant nunca fue claro ni quiso serlo respecto de la letra. Habló de abstracción, de que cada uno debe sacar su propia conclusión, de que todas las palabras siempre tienen más de un significado, y hasta llegó a insinuar no hace tanto que era un tema instrumental perfecto (“podría volver a triunfar sin nadie que lo cantase, estoy seguro; ahora mismo no me siento identificado con la letra”). O sea, ambigüedades. Sí contó que la escribió “rápido”, que fue “un golpe de inspiración”. “Por alguna razón estaba enojado, tomé un lápiz y me puse a escribir. Las palabras empezaron a salir”.

Ojo. Hay muchas personas y hasta seguidores que creen aquello de los mensajes ocultos a pie juntillas. Pero también en EEUU está muy extendido el grupo QAnon, que piensa que existe una conspiración mundial liderada por políticos demócratas -incluido Joe Biden, por supuesto-, funcionarios de alto rango y actores progresistas de Hollywood que participan de una red internacional dedicada al tráfico sexual de niños y a la pedofilia. ¿Quién los iba a salvar de todos ellos? Donald Trump. No es broma. Son millones y millones y hasta participaron de la toma del Capitolio.

Nos fuimos de tema, pero había que poner un ejemplo sobre las teorías conspiracionistas. En música, vale decir que un número sorprendentemente alto de grupos exitosos y sus más populares canciones han sido puestos en alguna lista satánica. Y como veremos, la misma está lejos de circunscribirse al rock duro y al heavy metal. Simpatía por el diablo, de The Rolling Stones; Hotel California, de The Eagles; Helter Skelter, de The Beatles; El Dorado, de Electric Light Orchestra; Otro muerde el polvo, de Queen, son apenas un puñadito. Las hay en español y a montones, como María de Ricky Martin, Querida de Juan Gabriel, El Chamán de Maná, Inevitable de Shakira, Aserejé de Las Ketchup, El baile y el salón de Café Tacuba… Sería tema de otra nota o de un libro, pues tampoco faltan las canciones infantiles (todo está en YouTube).

¿PLAGIO? NO

Por si algo le faltase a Escalera al cielo, durante un tiempo se acusó a Led Zeppelin de plagio, pues el inicio del tema Taurus (1968) del grupo Spirit suena de manera muy similar al de Stairway To Heaven.

Randy California, compositor y guitarrista de esa banda, nunca tomó una medida legal contra Led Zeppelin. Pero al morir, el bajista del grupo y un periodista iniciaron un proceso judicial. La tajada que podían sacar, aunque fuese pequeña, no era para desaprovechar: la canción lleva facturados más de 550 millones de dólares. Pero tras miles de idas y vueltas, la Justicia determinó que no hubo plagio alguno, sentando un precedente que valió para otras demandas a otros grupos y solistas.

En fin, para qué perder el tiempo en “chorradas”, usando la expresión del propio Robert Plant, y qué mejor que escuchar esa maravillosa canción que nos regalaron los Led Zeppelin.

Antes, una breve ficha técnica. Disco (cuarto LP de Led Zeppelin); integrantes de la banda: Jimmy Page (guitarra), Robert Plant (voz), John Paul Jones (bajo y teclados) y John Bonham (batería); publicación: 8 de noviembre de 1971; grabación: diciembre de 1970-inicios de 1971 en los estudios Island Records (Londres) y Headley Grange (Hampshire); ventas: lleva vendidas más de 40 millones de copias y es el tercer disco con mayores ventas en toda la historia de la industria fonográfica estadounidense. El álbum contiene otros temas que se convirtieron en grandes clásicos del rock, como Perro negro y Rock and roll entre otros.

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