Masiva campaña por vacunas argentinas y soberanía sanitaria

El sector de la ciencia y la tecnología nacional, las universidades, centros de estudiantes, el personal de la salud y la educación, ONGs, entidades sociales, de trabajadores y productores de la ciudad y el campo, entre muchísimos otros, han juntado en pocos días casi 2.000 firmas para promover una inmediata y agresiva política de soberanía sanitaria con base en la investigación, desarrollo y fabricación de vacunas antiCovid argentinas. La enseñanza de la pandemia. La otra campaña (de la mentira y la confusión). Cómo adherir a la iniciativa

“No es porque los países son pobres que no pueden invertir en investigación e innovación. Precisamente porque son pobres es que deben hacerlo”

 

Representantes de distintos sectores del quehacer nacional se han expresado en apoyo a la investigación, desarrollo y producción de vacunas argentinas, de patente nacional, y para que las investigaciones y fondos imprescindibles para ellas sean prioridad para el Estado nacional.

La posibilidad cierta de la necesidad de terceras dosis, a la luz de lo que se observa en otros países, hace indispensable asegurarse para el futuro la provisión de vacunas.

En pocos días y hasta el 8 de agosto de 2021 se reunieron 1.990 firmas de apoyo (la página para incorporar las adhesiones es: http://www.change.org/la-VACUNA-ARGENTINA-para-COVID19-es-SOBERANIA)

La declaración cuenta con la firma de importantes personalidades de la ciencia, la tecnología y la cultura reconocidas a nivel nacional e internacional, de movimientos sociales, políticos y sindicales.

Han firmado, por caso, autoridades universitarias incluyendo a rectores de altas casas de estudios y decanos de facultades, consejos académicos, gremios, centros de estudiantes y agrupaciones estudiantiles, y un largo etcétera.

“Esperamos que se sumen otros consejos académicos y consejos superiores (órganos de cogobierno de facultades y de universidades nacionales, respectivamente), asociaciones científicas, sindicatos, centros de estudiantes, organizaciones gremiales de profesionales y técnicos de la salud y de la docencia, instituciones intermedias representativas de la ciudad y el campo, entre muchos otros”, dijeron en un comunicado quienes impulsan la campaña.

De la UNLP, por poner solamente tres ejemplos, estamparon su firma el decano de la Facultad de Ciencias Exactas, Mauricio Erben, el prestigioso investigador Carlos Della Védova,  el inmunólogo y codirector de la conocida popularmente como “vacuna platense” contra la Covid-19, Guillermo Docena.

Asimismo, se espera que “los Comités de Emergencia locales de lucha contra la pandemia hagan suya esta declaración”.

Los impulsores de la campaña invitan a “presentar la declaración y las firmas a distintas autoridades de los ámbitos nacional, provinciales y locales, a los medios de comunicación, a los organismos gremiales, científicos, profesionales, a las legislaturas y sus comisiones respectivas, universidades, organizaciones no gubernamentales (ONGs), etcétera”. “Es muy importante que las autoridades de instituciones educativas, de investigación científica, sanitarias, sindicales, docentes, estudiantiles, se expidan orgánicamente como ya lo han hecho algunas de ellas”, realzan.

Finalmente subrayan que “los proyectos de vacunas argentinas no están solos. La población los acompaña. Con sólo recorrer el listado de las firmas recolectadas se advierte la presencia de destacados integrantes del pueblo argentino”.

Una minoría boicotea planes de acción ante la pandemia; confunde, oculta la verdad, mezcla debates. Hace de la falacia su instrumento cotidiano. Un bombardeo ideológico, político y comunicacional ataca en todos los frentes

Vacunas con patente argentina. Soberanía sanitaria

A continuación transcribimos la Declaración en apoyo al desarrollo y producción de la Vacuna Argentina para prevenir la Covid-19:

Los abajo firmantes, que desarrollamos labores en los sectores de la ciencia y la tecnología, la docencia, la salud y en distintas áreas del quehacer nacional, en el trabajo y en la producción, en la ciudad y en el campo, hacemos llegar nuestras opiniones y sugerencias, a modo de colaboración, en estos momentos graves en que la pandemia azota a distintos países y al nuestro en particular.

La pandemia sigue en curso. El desarrollo de una nueva ola de contagios que impone una emergencia sanitaria, económica y social, continúa estando en el centro de la política nacional y hace necesaria la colaboración de todos para superar esta instancia grave.

Una minoría boicotea planes de acción ante la pandemia; confunde, oculta la verdad, mezcla debates. Hace de la falacia su instrumento cotidiano. Un bombardeo ideológico, político y comunicacional ataca en todos los frentes. Oculto en la maraña, pero presente en los hechos, se percibe la acción solidaria de un pueblo argentino sufrido, que tiene experiencias históricas y que sabe unirse en la adversidad, como lo hizo en difíciles momentos de su historia. Ese pueblo sabrá encontrar su camino.

Como parte de él, los sectores de la ciencia y la tecnología, la salud, la docencia, el voluntariado, los movimientos sociales, de trabajadores y de productores del campo y la ciudad (integrantes de la Argentina Científica, Tecnológica, Industrial y Agrícola independiente, tantas veces despreciada) estuvieron a la altura de las circunstancias.

Cuando faltaron insumos para la lucha contra la pandemia, estos se desarrollaron y produjeron, desdiciendo a los escépticos. El personal sanitario trabajó y trabaja, entregando vidas, para que nadie quede sin atención. Distintas formas de voluntariado estuvieron y están en el frente de combate.

En estas circunstancias, creemos que es nuestro deber hacer propuestas positivas en un aspecto crucial para el presente y futuro de nuestra patria, como lo es el desarrollo de vacunas argentinas surgidas de la investigación científica nacional y producidas en el país.

El hecho de que la vacuna para prevenir la Covid-19 sea de desarrollo y producción argentinos es un problema de bioseguridad, bioprotección de la población y de biodefensa en defensa nacional (…) Es un problema de Soberanía

La vacuna: un bien geoestratégico y escaso

Conviene reafirmar algunas cuestiones sobre este tema.

1.Las vacunas para prevenir la Covid-19 se han convertido en un tema que supera lo sanitario. Son, en primer lugar, una cuestión de dominio geoestratégico, ya que un pequeñísimo número de países tienen las patentes y la producción a escala de las mismas, las reservan para sí mismos y entregan a cuentagotas algunas dosis, a veces, con costosas exigencias. En tanto, pueblos, países y naciones carecen y carecerán de ellas por mucho tiempo.

En ese marco, se despliega una propaganda interesada que, ocultando la realidad, quiere hacer creer que sólo la vacuna de Pfizer es la solución y propone incluso que sea el sector privado el que la compre. Se oculta que provincias (aún las de signo político opuesto al actual gobierno) que intentaron hacerlo, no lo consiguieron. Y que los países vecinos que muestran como ejemplo (como Chile y Uruguay), mayoritariamente usaron vacunas de otro origen, siendo las de Pfizer minoritarias.

2.Por lo anterior, la vacuna es, además, un bien escaso, y todo el hemisferio sur está sufriendo su escasez. Sin embargo, con el correr del tiempo las vacunas fueron llegando a nuestro país, con un esfuerzo tremendo por detrás. (Pero) para alcanzar la inmunidad de rebaño y tener una inmunidad comunitaria necesitamos incrementar la llegada de las mismas.

3.El hecho de que la vacuna para prevenir la Covid-19 sea de desarrollo y producción argentinos es un problema de bioseguridad, bioprotección de la población y de biodefensa en defensa nacional. Contar con producción local de vacunas (de patente argentina) aliviará la realidad presente y permitirá adaptar las vacunas a las variantes de circulación local.

Es, por todo lo anterior, un problema de Soberanía. Una soberanía que supera lo declamatorio convirtiéndose en necesidad imperiosa.

Es preciso aumentar el porcentaje del PBI destinado a ciencia e innovación con audacia. Mientras Argentina se propone llegar al 1% del PBI en el año 2030, el promedio mundial era de 2,27% en 2018, con picos de entre 3 y 4% en varios países

Independencia, autodecisión y autoabastecimiento en las vacunas

La situación de la pandemia nos ha obligado a sufrir difíciles condiciones para proveernos de vacunas. Debemos prepararnos para que esto no suceda en un futuro próximo porque, seguramente, deberemos seguir vacunando y aplicar refuerzos.

Para abastecer de vacunas en los cinco continentes se debe incrementar la producción de las mismas. Las vacunas deberían estar libres de patentamiento porque son un bien de la humanidad y, en particular en esta pandemia, porque los U$A 10.000 millones que posibilitaron las vacunas existentes fueron puestos por los Estados y Organizaciones sin fines de lucro, no por el sector privado.

Sin embargo, mientras ello no ocurra, es preciso impulsar los proyectos de vacunas argentinas en curso, para que se puedan concretar en una producción propia para nuestras necesidades anuales.

En este contexto es fundamental continuar aceleradamente en el desarrollo y la producción de nuestra propia vacuna. Aquí tenemos capacidad humana y material para desarrollarlas, producirlas y aplicarlas en nuestra población y en la región.

Debemos comenzar el trabajo si tenemos las condiciones, y hacerlo igualmente, creándolas, si no las poseemos. Valoramos como positivas las declaraciones y acciones de apoyo a los grupos de investigación y desarrollo de las vacunas argentinas realizadas hasta ahora por distintas autoridades, pero no son suficientes.

Se impone una decisión política urgente para impulsar los proyectos en curso de vacunas de patente nacional:

Proponemos:

A.Dar todo el apoyo de fondos y estructura para completar el desarrollo de los proyectos de vacunas nacionales y fabricarlos completamente por el Estado o mediante consorcios público-privados.

B.Relevar de inmediato toda nuestra capacidad de producción y envasado estatal y privada y ampliarla, invirtiendo en ello, ya mismo.

C.Es preciso aumentar el porcentaje del PBI destinado a ciencia e innovación con audacia. Mientras Argentina se propone llegar al 1% del PBI en el año 2030, el promedio mundial era de 2,27% en 2018, con picos de entre 3 y 4% en varios países, y 4,8% en Corea del Sur. No es porque los países son pobres que no pueden invertir en investigación e innovación. Precisamente porque son pobres es que deben hacerlo. Es preciso reasignar fondos para eso u obtenerlos de las fuentes que los tienen.

D.Por lo anterior, proponemos fomentar y sostener, bajo la conducción y coordinación del Estado nacional y dando prioridad a ello, a los proyectos argentinos de vacuna propia en curso. Establecer nuevos fondos del presupuesto destinados a tal fin, canalizándolos, de inmediato, por las vías adecuadas y de manera centralizada. De otra manera, los proyectos en curso de vacunas argentinas languidecerán hasta morir.

Es el momento de emplear fondos en esta cuestión vital de la vacuna nacional, producida en Argentina, en el fortalecimiento de la ciencia y tecnología nacional, y del sistema de atención sanitaria, vitales en las duras circunstancias que atravesamos.

Quedamos a disposición de las autoridades correspondientes para colaborar en todo lo necesario para instrumentar nuestra propuesta.

Somos conscientes que la tarea es difícil. Pero creemos que es un deber encararla.

 

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