El día que Sandro le ganó a la Nasa

El Gitano hizo historia con un impresionante show en el Madison Square Garden y al mismo tiempo se producía un hecho trascendente para la ciencia. Ocurrió el sábado 11 de abril de 1970. Ese día deliraron sus nenas como nunca

El día que Sandro le ganó a la Nasa

Sandro en el Madison Square Garden

Ocho dólares. Eso costaba la entrada para presenciar el show que Roberto Sánchez, el enorme Sandro, brindó en el mítico estadio Madison Square Garden de Nueva York, el sábado 11 de abril de 1970. Fue el primer artista latinoamericano en actuar en ese lugar y también fue el primer recital en la historia de la televisión en ser transmitido vía satélite en vivo y en directo. Fue visto en 16 países de América por 250 millones de personas. Ese día, uno de los cantautores más grandes de la historia argentina, marcó un hito no sólo para la TV, sino también para la música.

Ese 11 de abril del 70, quizás el día más importante en la vida de Sandro como artista, en Estados Unidos también se llevaba a cabo un hecho trascendental de la ciencia. Una hora y 45 minutos antes del inicio de su show, desde Cabo Cañaveral, la NASA lanzaba al espacio al Apollo XIII. Dos días después, el astronauta Jack Swigert le diría a la base norteamericana: “Houston, tenemos un problema”. El alunizaje tuvo que abortarse debido a un incendio en un tanque de oxígeno del módulo de servicio y la misión se reconvirtió, para muchos fracasó, y había que traer con vida a los tres astronautas. Algo que se logró un par de días después. Para ese entonces, el Gitano ya gozaba de su nuevo status. Se había convertido en Sandro de América.

El histórico recital del Gitano motivó una pelea para obtener los derechos de transmisión. Alejandro Romay (Canal 9) le ganó la pulseada a Goar Mestre (Canal 13) y ese 11 de abril de 1970, a las 22.30 (hora de la Argentina) puso en pantalla el trascendente show musical de Sandro. El canal rival, con la sangre en el ojo, apostó al otro evento internacional y en “Sábado circulares de Mancera”, una hora antes, se vio el despegue del Apolo 13, desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida, Estados Unidos.

Romay aplastó en el rating a Mestre, o sea Sandro aplastó a la Nasa cuya misión, con infinidad de problemas técnicos, no llegó a la Luna, aunque sí al cine, con la película que protagonizó Tom Hanks en 1995.

LOS RECUERDOS DE ESA NOCHE HISTÓRICA

Cuando en el Madison comenzó a sonar «Tengo», la canción con la que arrancó ese show, sus nenas deliraban en el norte -las afortunadas que pudieron estar ahí- y en el sur del continente; en Argentina miles de cientos de televisores sintonizaron el Canal 9 de Romay y los menos prefirieron ver el despegue del Apolo 13.

Unos minutos después de haber terminado el recital en el que brilló como nunca antes, Sandro declaró ante la prensa: «Cuando comience a caminar la pendiente que por fuerza debe andar todo artista y haga el balance de mis cosas, veré que esto es, quizás, lo más importante que me pasó en mi vida artística».

La transmisión del recital de Sandro fue en vivo y en directo desde New York a las 20.30. “Vía satélite”, rezaba el graph en la televisión. Y la inconfundible voz de Cacho Fontana así lo presentó: “Señoras y señores de Argentina, Canal 9 Libertad y su cadena del interior; Venezuela, Radio Caracas, Televisor y Red Nacional; Uruguay, Canal 4 Montecarlo; México, Canal 8, Televisora Independiente de México; Perú, Canal 5 Panamericana y su red nacional; Colombia; Ecuador; Estados Unidos; Puerto Rico; Chile; San Salvador; Honduras; Nicaragua; Costa Rica; Panamá y Guatemala: ¡Muy buenas noches!”

Y prosiguió: “Desde el Felt Forum del Madison Square Garden, en la ciudad de Nueva York, asistiremos al primer recital que vía satélite brinda un cantante en el mundo. Y corresponde a América el punto de partida en este tipo de espectáculos, y lo hará brindando la música y las canciones de una de las personalidades más importantes y avasallantes de este tiempo. Señoras y señores, con la orquesta conducida por el maestro argentino Jorge López Ruiz, aquí está: el ídolo de América, ¡Sandro!”.

Sandro y Cacho Fontana en Nueva York (Clarín)

Roberto Sánchez tenía 24 años y su lista de éxitos ya era extenso. En el Madison Square Garden contó para ese inolvidable show con una orquesta de 18 músicos dirigida por Jorge López Ruiz, y luego de  “Tengo” le siguieron 21 temas más para un recital que duró poco más de una hora y media. El final, épico, fue con él  vestido de smoking blanco y camisa rosa y la canción “Guitarras al viento”.

Cuentan las crónicas de los diarios de la época que los organizadores del evento no podían creer la admiración y la pasión que despertaba el artista. Las «nenas» invadían las calles y no paraban de gritar y enloquecer. En las adyacencias al estadio ubicado en las avenidas Séptima y Octava de las calles 31 a 33 de Manhattan (Nueva York), se dispuso un operativo de seguridad, a cargo del cuerpo de bomberos de esa ciudad, con tres autobombas, tres ambulancias y policías con palos de goma.

Pero una hora antes del show y ante la locura de las nenas, hizo falta que llegaran un autobomba y dos ambulancias de refuerzo. Los  policías no pudieron con el descontrol que se generó y por eso tras el primer tema, Sandro debió pedirles a sus fans que volvieran a sus asientos y no intentaran trepar al escenario, porque de lo contrario era casi imposible seguir.

“No sentí terror antes del espectáculo. No era consciente de lo que estaba viviendo… Hasta que escuché la presentación de Cacho (Fontana)… Me sentí como cuando canté en vivo, y en serio, por primera vez en un escenario, en Juventud Unida de Llavallol”,  contó Roberto a la escritora Graciela Guiñazú, su biógrafa, autora del libro “Sandro de América”, sobre sus sensaciones.

El impacto y la convocatoria que provocó fue tan grande que Sandro volvió a ese escenario neoyorquino en 1971, en dos oportunidades, 1976 y 1977.

De esa noche, Sandro también contó una jugosa anécdota: “Cuando terminó todo, yo estaba en un banco del vestuario del Madison conmovido por ese recital histórico y de pronto Cacho Fontana me dice: ‘Che, nene, afuera hay una mina que dice que es tu maestra’. Me reí y le contesté en broma: ‘¿Sabés cuántas maestras tengo yo?’. ¡Pero esta vez era verdad! En el pasillo estaba la señorita Elsa Texeira, mi maestra de sexto grado, la que me exigía puntuación, acento y lectura, la que apenas me vio entrar al grado me preguntó: ‘¿Así que usted es el poeta Sánchez?’. Y yo, rojo como un tomate por la vergüenza, sólo atiné a un: ‘Sí, señorita’.

Y completó: “Habían pasado trece años y Texeira tenía el mismo peinado ‘de hornero’, pero lucía un pantalón pata de elefante bordó con lentejuelas. La vi y me quedé duro. ¿Sabés cómo me latía el corazón? Vivía en Nueva York, era dentista, se había casado y tenía hijos; y cuando se enteró que aquel ‘poeta Sánchez’, su alumno, era ‘Sandro de América’ me vino a ver. Casi me pongo a llorar de la emoción. Imaginate uno de los días más trascendentes de mi carrera, rodeado de desconocidos, tan lejos de mi país, y me viene a ver ¡mi maestra!”.

LOS TEMAS DE ESE RECITAL

El recital del 11 de abril de 1970 estuvo dividido en dos. La primera parte Sandro cantó Tengo; Palabras viejas; Penas; Trigal; Fácil de olvidar; Las manos; La vida continúa; Después de la guerra; Existe una razón; Así; Como lo hice yo; y Quiero llenarme de ti. En tanto, en la segunda finalizó el show con Una muchacha y una guitarra; Me amas y me dejas; Te quiero tanto, amada mía; Porque yo te amo; Sin sentido; Rosa Rosa; Se te nota; El Maniquí; Penumbras; y Guitarras al viento.

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