Hay 2023: una vez más, el antiperonismo dio vida al peronismo

Del “Que se los pague Perón” del 15 de octubre de 1945 al sincericidio de la derecha liberal sobre sus “planes” económicos pasados y futuros, el antiperonismo rabioso sigue despertando un sentimiento muy profundo que no sabe que existe, o directamente no entiende

(Tiempo Argentino)

(placas rojas)

“La reacción antiperonista fue una condición para el surgimiento del peronismo. No puede comprenderse el origen del peronismo sin esta dimensión relacional”.

La definición de Alejandro Grimson en su libro ¿Qué es el peronismo? (Siglo XXI Editores, 2019) puede adaptarse perfectamente a distintas etapas de la historia reciente del país. Inclusive a los breves dos meses que transcurrieron entre las PASO de septiembre último y las elecciones legislativas de ayer, domingo 14 de noviembre.

“La reacción antiperonista fue una condición para que el peronismo siga vivito y coleando con vistas al 2023”, podría ser la adaptación, en un lenguaje bastante menos académico, por cierto.

Recordemos. Tal como contamos en la nota Cómo influyó el feriado del 12 de octubre en la Plaza del 17, publicada precisamente el 17 de octubre en el marco de una cobertura especial de 90lineas.com, aquel Día de la Raza de 1945 hubo una marcha de sectores conservadores y de la alta sociedad porteña contra el gobierno del General Edelmiro J. Farrell; pedían su renuncia y que las funciones del Ejecutivo pasasen a la Corte Suprema.

Farrell, sabiendo que el problema para la clase alta era el entonces vicepresidente, ministro de Guerra y secretario de Trabajo y Previsión, Juan Domingo Perón, lo puso preso.

Días después, cuando los trabajadores fueron a cobrar la quincena esperando que el feriado del 12 se lo pagaran doble, tal como había instaurado Perón por decreto, se encontraron con una agresiva actitud de sus patrones. No sólo no les abonaron el feriado, sino que les decían socarronamente “Que se los pague Perón”. En muchas fábricas, incluso, se pegaron carteles con leyendas por el estilo en las paredes. Desde ya que el 17 de octubre fue un fenómeno multicausal, pero el antiperonismo explícito de los días previos llevó a las clases populares a imaginar un país sin Perón. Y así coparon el centro porteño y cambiaron la historia.

 

(La nueva mañana)

Como bien dicen muchos, el antiperonismo es una fábrica de hacer peronistas. No sabemos si en esa fábrica los feriados se pagan dobles, pero que fabrican peronistas, seguro.

Tras el contundente triunfo en las PASO, la derecha antiperonista, expresión política de (casi) todo el poder económico aglutinada desde 2015 en Juntos por el Cambio y con numerosos voceros 7×24 en los principales medios de comunicación, volvió a caer en su propia trampa. La de aquel día que se debía pagar la primera quincena de octubre de 1945; la de “muerto el perro se acabó la rabia” que la llevó a exiliar a Perón y a prohibir al peronismo casi 20 años; la de las una y mil causas judiciales contra Cristina Fernández (sin pruebas) y el anuncio permanente de que terminaría presa; y, para no extendernos mucho, la de las bravuconadas que arrancaron el lunes 13 de septiembre pasado.

Entre las PASO y las generales, Juntos por el Cambio sumó poco más de 300 mil nuevos votos en la provincia de Buenos Aires, mientras que el Frente de Todos creció en más de medio millón (unos 600 mil). Ello le dio al gobernador Kicillof un mejor panorama en la Legislatura, donde quedarán casi empatadas ambas fuerzas políticas (“Cómo la maquinaria del PJ bonaerense frenó una derrota abrumadora del Frente de Todos”, El Cronista, 15/11/2021)

No sabemos si manejaban encuestas que decían que ayer se repetiría o incluso se ampliaría la victoria en las PASO, pero lo que sí sabemos es lo que hicieron y dijeron con megáfono en mano: anunciaron -por supuesto por enésima vez- la muerte del peronismo; propusieron despidos sin indemnización; flexibilización laboral; primer empleo joven por el 50% de un salario mínimo ($14 mil) y con la mitad de los aportes patronales; ir “por todo” en pos de la presidencia de la Cámara de Diputados (puesto que ocupa el tercero o tercera en la sucesión presidencial) pisoteando una larga tradición democrática en sentido contrario; pagar la deuda impagable que tomaron durante su gobierno con más deuda.

No conformes con esas versiones 2021 de “Que se los pague Perón”, Mauricio Macri volvió a ocupar la escena central diciéndoles a los argentinos y argentinas que sí, que la multimillonaria deuda en dólares que tomó en forma unilateral con el FMI en apenas 29 días -entre mayo y junio de 2018- se la había fugado completa -“y ahora tendrán que pagarla ustedes, sus hijos, sus nietos y bisnietos, todita”, le faltó agregar-.

Había más. Dijo que él hubiese arreglado el tema de la deuda en 5 minutos, aunque nunca aclaró a qué costo, o si sería pagándola con más deuda como propuso Vidal en el debate con Santoro.

E, increíble pero real, aclaró para que oscurezca admitiendo que la deuda que hipotecó a generaciones también se usó para su campaña 2019.

(Perfil)

En tanto, mientras Cristina Fernández se sometía a una operación por la que ninguna mujer quiere pasar, el alter ego de Macri, Patricia Bullrich, aún sin saber si el “bicho” que le quitaron junto al útero entero era beningno o maligno, la chicaneó y se le rió durante un acto proselitista. Se olvidó -en realidad, no lo sabe- que en las barriadas humildes son pocas las viviendas donde sus moradores no tienen una foto de la ex presidenta en la pared, o una calcomanía en el termo, o su rostro estampado en una remera.

Y sí. Una vez más, el antiperonismo más feroz inundó programas de TV, tapas de diarios, redes sociales. Se hizo sentir en cada rincón. Y como una eterna replay, movilizó ese sentimiento que, está más que visto, en su odio visceral la derecha no entiende u olvida. El que imagina una Argentina no ya sin Perón, sino sin peronismo, y dice “hasta acá”. Y va a votar. Quizás con poca convicción. Quizás hasta con un poco de bronca. Pero va.

A nivel país, Juntos por el Cambio subió 0,4% entre las PASO y las generales y el Frente de Todos, un 1,2%. Eso le permitió al peronismo mantenerse como primera minoría en Diputados y quedar a 2 legisladores de la mayoría en el Senado, que Cristina Fernández tendría en vista alcanzar mediante alianzas con bloques provinciales

Incluso este domingo 14N, el “tibio”, “moderado”, “indeciso”, “dubitativo”, “demasiado dialoguista” Alberto Fernández, en opinión de muchísimos peronistas, se convirtió en “hay que cuidar al presidente”. ¿Por él? Quizás, ni siquiera eso. Es que enfrente estaba Macri mojándoles la oreja con su sincericidio sobre la fuga de una deuda multimillonaria, impagable y de la cual ningún argentino (de bien) vio un centavo. O Bullrich protagonizando la parte 2 de Viva el Cáncer. O Vidal proponiendo empleo joven casi esclavo y pagar la deuda con más deuda. O Larreta con su despido libre de cargo. O el payaso Tetaz en el programa de Legrand-Viale tirando billetes con una pistolita para denunciar el “plan platita” mientras decía “esto lo vamos a tener que pagar todos” (¿y los 45 mil millones de dólares de la deuda quién los va a pagar?). O Bullrich -otra vez- coqueteando con Milei. Y Milei coqueteando con Macri, Bullrich y Espert para 2023.

Muchos peronistas, el 12 de septiembre, no fueron a votar. Otros votaron a la izquierda. Ahora, muchos fueron y volvieron a votar al peronismo. Porque enfrente había demasiado anti. Antiperonismo explícito. Ese que siempre fue un boomerang para la derecha y el poder económico, pero insisten.

Entre las PASO y ayer salieron a gritar a los cuatro vientos “Que se los pague Perón”. Y como en octubre del 45, en noviembre de 2021 le dieron vida al peronismo. Que ahora tiene una economía creciendo al 10% anual, por encima de la media latinoamericana y mundial. Que ahora enviará al Congreso un plan económico que incluirá el acuerdo con el FMI (exigencia de Martín Guzmán, totalmente a contramano de la toma de deuda unilateral de Cambiemos en tan solo 29 días). Que ahora se movilizará unido el miércoles 17 por el Día de la Militancia (otra novedad…que el peronismo haya salido tan unido de una derrota). Que ahora le pasó la interna a JxC, donde hay ultraderecha que coquetea con Milei y Espert, “moderados” que se despegan de eso (Larreta, Vidal, Lousteau) y una UCR que sacó cuentas de su gran peso territorial en la alianza y quiere hacerlo pesar, valga la redundancia.

Y bueno… “Que se los pague Perón”.

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