Karen Carpenter, la tremenda historia detrás de «la mejor voz femenina»

Dueña de un registro vocal privilegiado, intérprete de decenas de clásicos de la música pop, tuvo el amor incondicional del público, éxito, reconocimiento mundial. Pero su vida personal fue un calvario. Con una madre que jamás la quiso, un padre despreocupado y un hermano egocéntrico y celoso enfermizo, padeció en silencio de anorexia nerviosa, una enfermedad tan desconocida en su época que hasta la prensa la confundía con cáncer. Su trágico final (32 años, 38 kilos) puso el tema sobre el tapete por primera vez a nivel general

Karen Carpenter

“Karen Carpenter es la mejor voz femenina del mundo; melodiosa, armoniosa y distintiva” (Paul McCartney)

Su melancólica y suave voz está considerada entre las cien mejores de la historia. Aunque su hermano mayor, Richard Carpenter, comenzó a demostrar talento para la música a los 3 años y Karen recién le tomó el gusto en la adolescencia, ella fue la imagen indiscutida del dúo Carpenters, que en poco más de una década -básicamente en los años 70- vendió la friolera de 150 millones de discos, con una enorme cantidad de canciones en los primeros puestos de todos los rankings.

Su natural simpatía y empatía con el público opacaron a su hermano, muy a su pesar pues era una persona tímida, con baja autoestima. Su singular registro vocal y su destreza como baterista, destacada por grandes pares, inspiró a figuras como Madonna, Christina Aguilera, K. D. Lang, Sheila E., Debbie Peterson, Kelley Deal, Charly Hunter y hasta el jazzista Pat Metheny, entre muchos otros.

Pero… no todo lo que brilla es oro. Karen Carpenter nació el 2 de marzo de 1950 en New Haven, en el estado norteamericano de Connecticut. Y nació estrellada. Su madre, Agnes Rewler, jamás la quiso, y desde muy pequeña la ninguneó y siempre le hizo notar que “el elegido” era su hermano Richard.

Así, en el seno de una familia aparentemente normal pero “puertas adentro” totalmente desestructurada, se fue forjando el dúo que salvó a gran parte de la industria discográfica estadounidense de la hegemonía del rock progresivo, el hard rock y el rock and roll de los 70, masivo a nivel juvenil y en materia de conciertos en vivo, pero muy poco comercial.

Karen eligió sumarse a la banda de música del colegio para evitar educación física. Allí, primero tocó el xilofón, pero pronto descubrió la batería. No era común en ese tiempo que una chica sea baterista

El padre Harold y la mudanza compulsiva

Algunos sostienen que el gran trauma de Karen fue la falta absoluta de cariño de su madre, aunque otros también hacen notar que ni su padre, Harold Carpenter, ni su hermano Richard hicieron nada para subsanar al menos en parte esa tremenda situación. De hecho, en octubre de 1981, cuando Karen pesaba apenas 36 kilos y su aspecto impresionaba a sus fans y a la prensa, ella y su hermano llegaron como si nada sucediese al aeropuerto londinense de Heathrow con el fin de promocionar en Gran Bretaña el álbum Made in America, su 12º disco de estudio.

Ya en 1975, cuando su peso era de 40 kilos, los seguidores y la prensa comenzaron a sospechar de que tenía cáncer. La familia, en tanto, negaba todo y seguía simulando “normalidad”.

Pero regresemos al principio. Los hermanos Carpenter crecieron escuchando música. Su padre Harold tenía una vasta colección de jazz, blues, soul y hasta música clásica. Mientras Richard, como dijimos, demostró desde muy pequeño su facilidad para tocar el piano, Karen podía pasar horas escuchando música, aunque luego prefería jugar al béisbol con los amigos del barrio.

A los 16, Richard prometía ser un muy buen pianista, por lo cual sus padres decidieron en 1963 mudarse a California, la meca del mundo de la música en ese tiempo; buscaban el éxito de su hijo varón. Karen no quería saber nada con abandonar a sus amigas y amigos, pero su opinión no contaba.

Mientras Richard comenzó a tocar en clubes mintiendo sobre su edad pues era menor, Karen eligió sumarse a la banda de música del colegio para evitar educación física. Allí, primero tocó el xilofón, pero pronto descubrió la batería. No era común en ese tiempo que una chica sea baterista, no obstante, ella inició un camino en el que destacó durante su corta pero intensa vida.

Richard y Karen Carpenter, en Los Ángeles, 1977

En 1965, el hermano de Karen creó el Richard Carpenter Trío, con su hermana en batería y un amigo del colegio. Hicieron covers y algún tema propio. Al año siguiente, tras ganar una batalla de bandas, firmaron su primer contrato con nada más y nada menos que la poderosa discográfica RCA. Pero su estilo suave y con influencias de jazz no convencieron a los popes de la compañía, quienes estaban apostando por el rock. Fue allí cuando Richard formó el grupo Spectrum y, para las canciones melódicas, descubrió el enorme potencial vocal de su hermana.

Corría 1967. Karen tenía 17 años y 65 saludables kilos. Hizo una dieta para bajar cinco. Todos le dijeron que estaba espléndida. Pero el problema, sin que nadie lo supiese -incluyendo a ella misma, claro está-, había comenzado: jamás abandonó su obsesión por seguir bajando de peso.

En el año 69 los escuchó el enorme trompetista Herb Alpert (cinco números uno, veintiocho álbumes en las listas de Billboard, ocho premios Grammy, catorce discos de platino y quince discos de oro), quien los recomendó a la discográfica A&M Records.

Karen tenía 19 años, por lo que sus padres debieron firmar el contrato por ella. El primer disco (Offering, 1969) no tuvo repercusión. Hasta que ese mismo año, Herb Alpert les propuso grabar el tema Close to you (Cerca tuyo), el cual había sido interpretado por varios consagrados, incluido él, aunque sin suerte. Poco convencidos, lo hicieron: con una Karen protagonista, desplegando su melancólica, suave y atrapante voz por primera vez, el tema fue número uno en todo EEUU tras vender más de 3 millones de copias.

Close to you (Cerca tuyo) – Primer éxito de Carpenters, 1969

Para ese momento, Karen ya empezaba a esconder la comida y tomaba una enorme cantidad de laxantes. En ese entonces, la industria de la moda y de la imagen ya había hecho un daño irreversible en Londres, consagrando como el estereotipo de la belleza femenina a Leslie Lawson, Twiggy, la primera “supermodelo” de la historia que medía 1,68 y pesaba 40 kilos.

Ya a mediados de los 60, la industria de la moda y la imagen estableció como estereotipo femenino a la primera supermodelo mundial, Twiggy, quien medía 1,68 y pesaba 40 kilos

Empezó una etapa de oro para Carpenters. Todo lo que tocaban lo convertían en oro, a punto tal que su segundo hit, We’ve only just begun (Acabamos de comenzar), de agosto de 1970, alcanzó el Nº 2 en las listas de ventas de Billboard. Increíble pero real, el dúo recibió dos premios Grammy por sus dos primeras canciones.

En 1971, For All We Know (Por lo que sabemos) llegó al puesto 3; Rainy Days and Mondays (Días lluviosos y lunes) al Nº 2, y el icónico Superstar, también al puesto 2.

Karen era la estrella indiscutida. El público así lo había decidido. Aunque ella no estaba muy convencida de abandonar la batería, Richard -pese a que sabía que la movida le quitaría definitivamente el protagonismo- ya conocía lo suficiente sobre el negocio y convenció a su hermana para que se transformara en frontwoman. Desde 1971, Karen pasó a ocupar en los escenarios el sitio de líder, ubicándose delante de toda la banda.

En 1972 salió a la venta Top of the World (Cima del mundo), y al año siguiente Yesterday Once More (Ayer, una vez más), uno de los mayores éxitos del grupo.

Top of the World (Cima del mundo) – Carpenters, 1972

Yesterday Once More (Ayer, una vez más) – Carpenters, 1973

Fueron invitados a la Casa Blanca por el presidente Richard Nixon. Ellos representaban a los jóvenes no contestatarios, blancos e inofensivos de los EEUU. Las fotos familiares se publicaban casi a diario. Lo que nadie sospechaba era que detrás de esa falsa imagen se escondía el caos: Richard, para soportar el ritmo de grabaciones y giras, comenzó a tomar metacualona, una droga para dormir que consumida en exceso provoca el efecto exactamente contrario. Se volvió adicto. Karen, en tanto, no paraba de bajar de peso; llegó a consumir entre 80 y 90 pastillas diarias de laxantes.

Fue Karen quien obligó a su hermano a tratar su adicción. Pero ella jamás reconoció su enfermedad, lo cual sumado a una madre que la ninguneaba y a un padre totalmente despreocupado, la llevaba irremediablemente a un final trágico.

Su aspecto físico hizo que sus fans y la prensa comenzaran a sugerir que tenía algún tipo de cáncer. Pero Karen sufría de anorexia nerviosa, un trastorno casi desconocido en ese momento incluso en el universo médico.

Dos hechos sucesivos llevaron a destruir por completo la ya bajísima autoestima de Karen. Mientras su hermano estaba en rehabilitación, ella grabó una serie de canciones propias. Richard las rechazó (por temor a ser eclipsado por completo si su hermana grababa un disco solista). La discográfica siguió el mismo camino, temerosa de perder el diamante en bruto que significaba el dúo. Ni siquiera los consejos vehementes de Quincy Jones para que lo editaran “porque era un brillante material” los hizo cambiar de idea. Jones fue uno de los compositores, arreglistas y productores más grandes de los EEUU (produjo, entre muchos otros, el LP Thriller de Michael Jackson).

Karen Carpenter

En el seno de una familia aparentemente normal pero “puertas adentro” totalmente desestructurada, se fue forjando el dúo que salvó a gran parte de la industria discográfica estadounidense de la hegemonía del rock progresivo, el hard rock y el rock and roll de los años 70

Con varias relaciones sentimentales fracasadas, Karen, quien quería tener hijos y formar una familia, cayó en brazos del agente inmobiliario Tom Burris; dos meses de novios y anunciaron la boda. Dos días antes de la boda, él le avisó que no podía tener hijos porque se había hecho una vasectomía. Karen fue a hablar con su madre. Quería suspender todo. Pero Agnes le dijo que “de ninguna manera”. Ya estaba todo organizado, las invitaciones enviadas, familiares en viaje, ella había corrido con parte de los gastos… No podía echarse atrás. El matrimonio fue un auténtico desastre, ya que Tom no sólo usó el dinero de Karen -él estaba en bancarrota-, sino que la maltrató todo el tiempo. La llamaba “bolsa de huesos”.

En 1980 Karen se instaló en Nueva York. Todos los días iba a terapia con Steven Levenkron, especialista en el tratamiento de la anorexia nerviosa. Pero pronto volvió a la actividad bajo “promesa” de abandonar los laxantes y comenzar a alimentarse bien. Nada de ello ocurrió.

En octubre de 1981, en ese estado físico y psíquico, Karen acompañó a su hermano a Londres a presentar el último disco. El 4 de febrero de 1983 fue a dormir a la casa de sus padres. Tenía decidido pedirle el divorcio a Tom al día siguiente. Pero su cuerpo no aguantó más. Tenía 32 años y pesaba 38 kilos.

Hacía meses que, además de no comer y tomar laxantes, se había volcado al jarabe de ipecacuana, el cual provoca vómitos, pero en grandes cantidades y con un uso prolongado causa un deterioro irreversible de los músculos cardíacos. Ella se seguía viendo gorda. La familia quiso tapar todo. Pero fue imposible. Desde aquel momento, en todas las portadas de la prensa comenzó a aparecer la palabra anorexia. Algo desconocido hasta entonces.

Karen Carpenter

La tremenda evolución de Karen Carpenter
Salir de la versión móvil