«Adiós a la infancia» (entrevista a la pediatra platense Marita Marini)

De las diarreas, problemas respiratorios y de desnutrición de los años 70 y 80 al bullying, las adicciones, la depresión infantil, el abuso y los hijos del femicidio de hoy. ¿Hay que decir adiós a la infancia tal como la conocimos y vivenciamos en otros tiempos?

Adiós a la infancia

Crédito imagen: Salud y Medicina

“Noticias de un femicidio. El desamparo de los niños”. Fue el título de un taller que la Cátedra de Pediatría B de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNLP organizó en julio de 2019 para “estudiantes avanzados y profesionales de la salud”. Y apenas un botón de muestra de los gigantescos cambios que golpearon a las infancias en los últimos 40/50 años, lo que ha llevado a los especialistas a modificar sustancialmente los programas de estudio.

Durante una larga charla con 90lineas.com, la reconocida médica pediatra y docente platense María Alicia Marini -para todos, Marita- advirtió sobre los enormes desafíos que enfrenta la especialidad y, por lo tanto, su enseñanza.

Profesora titular de la Cátedra de Pediatría B desde 2002 y con 34 años de servicio en el Hospital Noel Sbarra (ex Casa Cuna), 14 de ellos como directora ejecutiva, Marita Marini fue y sigue siendo protagonista de todos los cambios sociosanitarios que, hoy en día, le permiten afirmar que si en los 70 los temas predominantes eran las enfermedades respiratorias, las diarreas y los primeros casos importantes de desnutrición, en la actualidad el médico pediatra debe estar capacitado para ayudar y acompañar a niños, niñas y adolescentes víctimas de bullying, de abuso, con problemas de adicciones, con depresiones que tienen su origen en “las pantallas” y sus redes sociales, así como a los hijos e hijas de los femicidios.

¿Hay que decir adiós a la infancia tal como la conocimos y vivenciamos quienes crecimos en aquellos años que hoy parecen tan pero tan lejanos?

Los cambios son tan complejos y de tal magnitud, que “progresivamente hubo que ir incorporándolos al programa de estudios, pero al mismo tiempo tratarlos en seminarios y talleres todo el tiempo, pues se trata de cuestiones graves que no pueden esperar”.

Siempre hay una primera vez

“Varias veces un niño o niña me dijo ‘mataron a mi mamá’. ¿Cómo? En ocasión de un robo o de un accidente, era la respuesta. Hasta que un día tuve que escuchar ‘mi papá mató a mi mamá’. Jamás me había pasado. Y los pediatras tenemos que estar preparados para eso, porque nos encontramos ante un escenario donde se comete casi un femicidio por día”, resaltó.

“Pero sobre todo, debemos estar formados para ayudar, acompañar, contener a esos niños”, subrayó, para sentenciar que se trata de “un desafío impresionante, pues son chicos que tienen que crecer con una madre que murió a manos de su padre y, quizás, con un padre que se suicidó, algo cada vez más frecuente en los femicidas, o que está preso. Niños que quedan a cargo de sus abuelos, entre los cuales se encuentran los papás de quien mató a su mamá”, dijo Marita Marini, y su barbijo no logró disimular un gesto de honda preocupación.

“Hubo casos en que la víctima de femicidio estaba embarazada y el hombre mató a la mujer y al hijo. Pero hubo experiencias de cesáreas de urgencia gracias a las cuales el bebé sobrevivió. Ese niño o niña crecerá con una mamá muerta a manos de su papá, con un papá (probablemente) preso y con sus abuelos, incluidos los paternos. Es un desafío gigante”

Otro nuevo y harto complejo capítulo que los futuros médicos y médicas pediatras tienen en sus aggiornados programas de estudio es el que se refiere a los casos de abuso sexual.

Adiós a la infancia

Marita Marini con el primer bebé con Sida de la ciudad de La Plata

Abuso sexual

¿Hoy existen más casos o se conocen más casos de abuso sexual? Marini señaló que en la actualidad “hay más información, entre otras cosas, porque hay más posibilidades de denunciar”. No obstante, aclaró que «para la pediatría el gran desafío es el de ayudar a detectar los casos de abuso».

En ese contexto enfatizó que, a través de una adecuada formación, la maestra y el médico hoy tienen un “rol trascendente” en ese aspecto. “Los niños temen hablar, y en muchos casos están amenazados. Por ello es indispensable observar su conducta, pequeños indicios quizás, y saber llegarles para que lo cuenten. Hay distintas maneras. Pero la clave está en escuchar”, sentenció.

“La escuela y el consultorio del médico pediatra son los sitios donde los chicos hablan, pero ello requiere de una escucha muy atenta”, insistió.

Adiós a la infancia

La batalla contra las pantallas «se está perdiendo»

En la última década, lo que Marita Marini define genéricamente como “las pantallas” se ha convertido en fuente de bullying y de cuadros depresivos, muchas veces graves, para niños, niñas y adolescentes. Algo con lo cual, entre los 70 y 90, los especialistas ni siquiera soñaban.

En los 70 y 80, desde la pediatría se le plantaba cara a los primeros casos importantes de desnutrición -“que en los 80 pudimos abordar en gran parte mediante la caja PAN”-, a las diarreas y a los problemas respiratorios, y los 90 fueron los años de las primeras muertes por HIV/Sida.

Esa batalla contra las pantallas ha generado alarma primero, preocupación después y ocupación más tarde. Como sea, Marini advierte que “en eso estamos perdiendo”.

Adiós a la infancia

Marita Marini (izquierda) cuando se anunció la publicación de la tesis de grado de René Gerónimo Favaloro por parte de la Universidad Nacional de La Plata (crédito imagen: Universidad Favaloro)

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Depresión infantil y adicciones

La médica y docente hizo fuerte hincapié en la pérdida del rol protector de los padres y en la obligación que tiene el pediatra de “escuchar” a los niños y adolescentes. Un tema que la desvela.

“¿Al principio cómo era? Se decía: la computadora se pone en el salón, a la vista de todos y para que la usen todos. Entonces los padres tenían la posibilidad de ver y controlar lo que sus hijos hacían en la PC. Pero en cuestión de pocos años se pasó al celular. Y se perdió el rol protector. Cada chico con su celular, en su dormitorio o donde sea”, graficó.

¿Y qué se ve en los consultorios? “A niños y niñas que ya tienen trastornos del sueño, visuales, alimenticios, problemas de acoso. Si Fulanito tiene más ‘me gusta’, Menganito se sentirá un perdedor, menos querido. Hay una competencia permanente y muy nociva, sin control de los adultos. El cyberbullying es un enorme problema y se da por cuestiones como esas”, remarcó.

Hay una generación que no está siendo educada por la escuela ni por los padres, sino por las pantallas. Vemos a diario cuadros depresivos en chicos de 10, 11 años, o menos, a causa de que sufren acoso virtual porque tienen menos ‘me gusta’ en sus redes sociales. En eso estamos perdiendo

«Entonces aparecen las adicciones». ¿Se ven muchos casos? “Sí, muchos. Y en niños y niñas de corta edad. Es muy común que vengan madres a decirnos a los médicos pediatras ‘no sé qué hacer con mi hijo’. Mamás de chicos de 10, 12 años. ¿Lo que más utilizan? En los sectores más humildes, el paco. Pero hay de todo. Muchos psicofármacos”, detalló.

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«Hay una generación que no está siendo educada por la escuela ni por los padres, sino por las pantallas (…) En eso estamos perdiendo» (crédito imagen: El País)

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De los niños con Sida al sedentarismo

“Argentina tiene uno de los mejores calendarios de vacunación del mundo”, resalta Marini. “Las vacunas y los medicamentos han tenido un desarrollo, fundamentalmente a partir de los 80, que ha sacado del mapa a patologías otrora prevalentes. Hoy no hay tétanos, difteria, por poner dos ejemplos, y los índices de mortalidad por una gran cantidad de enfermedades han caído muchísimo”, dice.

“Las diarreas, las neumonías… claro que hoy se enseñan (en la carrera), pero hay tratamientos. Lo que ocurrió a través del tiempo fue que surgieron nuevas y cada vez más complejas patologías”, narró la médica.

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Marita Marini junto a la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto

“Por ejemplo, en los 90 tuvo un enorme impacto el Sida infantil. En aquel tiempo se habían expandido las drogas duras que se aplicaban por vía intravenosa. Sin tratamientos y con enormes prejuicios, esos niños, que mayormente contraían la enfermedad durante el embarazo y la lactancia y en menor medida por casos de abuso, tenían que ir a la escuela. ¿Podían o no? Debo decir que aquí no tuvimos ningún paciente que fuese rechazado en la escuela”, rescató Marita Marini, quien atendió al primer niño con Sida de la ciudad de La Plata en la ex Casa Cuna (ver foto), que así se convirtió en centro de referencia a nivel nacional y regional en esa materia.

¿Murieron muchos niños por Sida? “Sí, claro. Fueron años terriblemente dolorosos. Hasta que aparecieron los tratamientos, la posibilidad de realizar una detección precoz durante el embarazo. Y así dimos un giro de 180 grados”, rememoró.

Enfrentamos problemáticas muy graves asociadas al empobrecimiento de la sociedad, lo cual redunda en niños y adolescentes sin expectativas, sin proyectos, sin oportunidades de inserción laboral

Obesidad

Ahora bien, un pediatra debe estar preparado para enfrentar -y formado para remediar- desde casos de desnutrición hasta casos de obesidad, otro mal de estos tiempos.

“El sobrepeso apareció como un problema de magnitud a partir del año 2000, aproximadamente”, dijo, para volver a poner el foco en las pantallas.

“Los niños y adolescentes se conectan al mundo mediante la televisión, la PC o el celular, los videos y los jueguitos. Y mientras parece que nada pasa, pasa de todo. Pues en esos formatos prevalecen los estímulos permanentes al consumismo mediante distintos recursos, como la publicidad engañosa -por ello la Ley de Etiquetado es clave-, que invitan al sedentarismo, algo que vemos a muy corta edad”, apuntó.

Y el entorno completa el escenario. “Son cada vez más los que no juegan al fútbol en el club o en la plaza, sino en la pantalla. Y de algún modo eso termina tranquilizando a muchos padres que, por el tema de la inseguridad, prefieren que el chico o chica esté adentro. Ello redunda en niños que presentan datos de laboratorio (lípidos, colesterol) similares a los de un adulto de 50 años”, puntualizó Marini.

“Si no hay una detección y tratamiento precoz, a la larga tendremos personas jóvenes con enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes y patologías cardiovasculares. Eso ya está entre nosotros”, disparó.

«Son cada vez más los niños que no juegan al fútbol en el club o en la plaza, sino en la pantalla (…) Niños, niñas y adolescentes se conectan al mundo mediante la TV, la PC, el celular. Y mientras parece que nada pasa, pasa de todo. Pues en esos formatos prevalecen los estímulos permanentes al consumismo, que invitan al sedentarismo. Algo que hoy vemos a muy corta edad» 

Así las cosas, merced a su extensa trayectoria y enorme vocación, Marita Marini fue y sigue siendo testigo de profundos cambios en materia de niñez, lo cual, en el campo específico de la enseñanza de la pediatría, fue provocando modificaciones muy importantes en los planes de estudios. Y de un tiempo a esta parte, esos cambios no sólo se aceleraron sino que se convirtieron en tremendos desafíos. Allá en los 70, las diarreas y neumonías. Hoy, la depresión infantil, el bullying, el abuso y los hijos del femicidio.

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