Funkytown, el duro trasfondo racista del tema más bailado

Cuando la música disco estaba llegando a su fin, a un disc jockey se le alinearon todos los planetas y compuso la canción Funkytown, una de las más populares de todos los tiempos. Pero por recomendación de los especialistas en marketing “escondió” a la cantante durante años

Debbie Jenner, la rubia-rubísima que jamás cantó el súper éxito Funkytown, sino que hizo mímica sobre la grabación de la afroamericana Cynthia Johnson, invisibilizada por cuestiones de "marketing" (crédito imagen: captura de YouTube)

Funkytown

En 1979 la música disco estaba agonizando. Ese estilo cien por ciento bailable había nacido a inicios de los ‘70 en clubes clandestinos de Nueva York y Chicago, donde homosexuales, mujeres y hombres de raza negra y todos aquellos que sentían que no encajaban en la pacata sociedad estadounidense podían bailar en masa, sin pareja, sin temor al qué dirán, totalmente libres por una noche.

Pero cuando en la segunda mitad de aquella década la cultura disco explotó a nivel mundial desde la selecta discoteca neoyorquina Studio 54, los excesos de los ricos y famosos comenzaron a enterrarla. Drogas gratis en la barra, sexo en cualquier sitio y una monumental evasión impositiva por parte de los dueños hicieron que al lugar le bajaran la persiana y, de paso, se llevaron a la tumba a la música disco.

Entre 1979 y los primeros años ‘80 convivieron la disco tradicional con un híbrido denominado post-disco, consistente en reemplazar a los músicos por máquinas y cajas de ritmo, lo que generó una suerte de pop electrónico que sería la antesala de la música tecno, la música house y el acid house que coparon las discotecas en la segunda mitad de esa década y fundamentalmente en los ‘90.

Steven Greenberg probó a casi un centenar de cantantes para que interpretaran Funkytown y ninguna lo convenció. Hasta que le recomendaron a Cynthia Johnson y quedó cautivado. Luego, por presión de la discográfica, la «escondió» en las tapas de los discos y en los videos (crédito imagen: last.fm)

Si bien “para gustos, los colores”, el post-disco y sus hijos degeneraron en un estilo musical tan desalmado que para muchos significó lisa y llanamente la “no música”. Pero (siempre hay un pero…) en ese breve lapso de tiempo que fue desde 1979 hasta 1983, el post-disco dejó una de las canciones más populares de la historia y, dicen los que se dedican a las estadísticas, la tercera más bailada en las discotecas de todo el planeta. Hablamos de Funkytown.

La compañía discográfica la tradujo en español como Ciudad del Ritmo, aunque la traducción no se corresponda exactamente con esa expresión.

Lo que es innegable es que Funkytown reunió en menos de 4 minutos los mejores elementos de la música disco con aquellos que preanunciaban un cambio rotundo de ese estilo hacia la música electrónica. Podría decirse que fue el puente perfecto entre la era disco y la era tecno.

Funkytown fue número uno en 28 países. En Estados Unidos permaneció en la cima durante cuatro semanas y se convirtió en doble disco de platino. Hasta hoy se utiliza en series, películas y publicidades (crédito imagen: discogs)

También es cierto que su creador, el músico, coleccionista de vinilos y disc jockey de fiestas particulares Steven Greenberg, solamente tuvo éxito con ese tema, pero el suceso a nivel planetario fue tal que le alcanzó y le sobró para hacerse varias veces millonario.

Un ritmo reiterativo hasta el hartazgo, un estribillo muy pegadizo, una base rítmica tan potente que en la pista de baile golpeaba en la boca del estómago, fueron los elementos 100% disco que utilizó el hombre nacido hacia 1950 en Minnesota, una ciudad del medio oeste de EEUU con menos cultura disco que la isla de Gilligan.

Greenberg soñaba con irse a Nueva York, y su sueño no pasaba por ser un gran músico ni nada por el estilo: quería convertirse en un productor súper exitoso y hacerse millonario. Y no se lo ocultaba a nadie.

Un día, improvisando con una guitarra, escribió la enésima letra de su enésima canción, la cual simplemente hablaba de irse a Nueva York, aunque por una cuestión de rima utilizó la expresión Funkytown. Steven ya le había presentado a la discográfica Casablanca el tema Rock it, lo que le abrió las puertas para “seguir participando”: le dijeron que les interesaba y que siguiese componiendo.

Debbie Jenner, la blanquísima británica que quedó inmortalizada en los videos como la cantante de Funkytown, cuando sólo hacía mímica. «Es mejor para vender en Europa» fue la explicación de los especialistas en marketing. Greenberg no se opuso en absoluto (crédito imagen: Carlos Martín Huerta)

Convencido de que con Funkytown tenía un éxito entre las manos, Greenberg comenzó a grabar la base musical, proceso durante el cual introdujo los elementos que caracterizarían a la futura música tecno: máquinas y cajas de ritmo en lugar de instrumentos, es decir, armó lo que se denomina un “grupo de estudio”. Y lo llamó Lipps Inc.

Grabó todo él, incluyendo el cencerro que es una marca registrada de la canción -muchos años después usado por Dua Lipa en una canción 100% post-disco, como Don’t start now– y fue pionero del auto-tune al procesar su voz para lograr un “efecto robot” cuando canta “Won’t you take me to…” (¿No me llevarás a…?), dándole pie a la voz femenina para cantar “Funkytown” (Ciudad del Ritmo).

El auto-tune, del cual hoy abusan muchos grupos y solistas, es una “herramienta de procesamiento de señales de audio que se utiliza básicamente para corregir los tonos desafinados en las interpretaciones vocales (o de cualquier otro instrumento). Si la corrección se aplica de manera agresiva, la voz suena poco natural y sintética”. Traducido: así canta cualquiera.

Por cierto, Funkytown llevó a Greenberg a su soñada Nueva York y a 28 países del mundo en los cuales la canción, además de sonar una y otra vez en todas las discotecas, alcanzó el número 1 en ventas.

Funkytown es uno de los temas más bailados de la historia en las discotecas de todo el mundo (crédito imagen: Diario AS)

Funkytown, ese tema que nadie podía escuchar sin lanzarse a la pista de baile, fue doble platino en EEUU. Salió a la venta como parte del álbum Mouth to Mouth (Boca a Boca) en noviembre de 1979. Y en mayo de 1980 estuvo cuatro semanas consecutivas en el Nº 1 del Billboard Hot 100, la lista de ventas de discos en el país del norte.

Ahora bien, ¿quién le puso voz a uno de los temas más bailables y más bailados de la historia? Aquí hay otra historia. Muy poco agradable, siendo suaves.

Greenberg convocó a un centenar de mujeres para que cantaran Funkytown y ninguna lo convenció. Hasta que alguien le recomendó llamar a Cynthia Johnson, una cantante de soul, compositora y actriz que, por esas cosas de la vida, estaba trabajando como administrativa en la Policía de Minnesota.

Para 1979, Cynthia tenía 23 años. Su voz deslumbró a Greenberg, quien la contrató al instante. La joven afroamericana no sólo tenía una gran voz sino que era muy atractiva, a punto tal que había ganado un concurso de belleza en Minnesota.

La cuestión es que Funkytown se transformó en un exitazo imparable. Hasta que un día, Cynthia vio la tapa del álbum: tenía el dibujo de dos mujeres blancas. Eso le molestó, aunque el golpe más grande llegaría cuando vio el video del tema en la TV, en el cual “cantaba” una rubia-rubísima llamada Debbie Jenner. Por supuesto, la joven súper blanca británica radicada en Países Bajos apenas hacía mímica sobre la voz de Cynthia.

“Me pareció algo malvado. Jamás había vivido una experiencia así, tan brutal, donde me reemplazaron por una chica blanca y sin siquiera avisarme previamente”, dijo Cynthia años después.

Hasta el día de hoy, los dos videos más populares de Funkytown fueron grabados con Debbie Jenner. ¿Los motivos? Los especialistas en marketing de la compañía europea le dijeron a Greenberg que de ese modo se vendería mucho más. Y el ex DJ de cumpleaños y bodas ni lo dudó: al fin y al cabo se estaba cumpliendo su sueño principal, es decir, hacerse millonario. El de convertirse en un gran productor quedó en el debe, ya que Lipps Inc. grabó cuatro álbumes y solamente tuvo éxito la canción Funkytown.

Funkytown (Lipps Inc. – 1979)

La imagen de Cynthia recién apareció en el tercer disco, cuando Lipps Inc. ya era un grupo que a nadie le interesaba.

Steven convenció a Cynthia de que siguiese cantando, y ella lo hizo para aprovechar el dinero que generaba (y sigue generando hasta hoy) la canción. Mientras tanto se dedicó a cantar lo que quiso y con quien quiso, algo que la rubia británica no podría lograr jamás. Así se la puede escuchar en una colaboración que realizó con el grupo de gospel ABC Youth Choir.

Coro Juvenil ABC con Cynthia Johnson

Funkytown ha sonado y sigue sonando y generando ganancias en dibujos animados (Los Simpson y Shrek 2), en películas, series, publicidades y un largo etcétera.

 

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