Cuando la Patria está en peligro, todo está permitido…

Mauricio Macri se ha posicionado definitivamente como el líder de la ultraderecha nativa a partir de la publicación de su nuevo libro, donde propone políticas que, de aplicarse, pondrían a la Argentina al borde de un estallido social. Con la nefasta experiencia de Brasil a la vista, ¿el poder real se atreverá a impulsar la bolsonarización del país? La preocupante falta de reacción del peronismo

Mauricio Macri se ha ubicado como líder de la ultraderecha de cara al 2023

Privatización compulsiva o eliminación de todo cuanto esté en manos del Estado; despidos masivos de las administraciones públicas nacional, provinciales y municipales sin decir qué se haría por los cientos de miles que quedarán sin trabajo; promesa de represión a cualquier protesta que se realice en la vía pública; apertura indiscriminada de importaciones para que las pymes argentinas compitan, y las que pierdan la pulseada, que cierren; recorte o eliminación de derechos laborales; reforma previsional; reforma fiscal; un ataque feroz a las organizaciones sindicales y sociales, entre otras, son las políticas que el ex presidente Mauricio Macri llevaría adelante si su espacio vuelve a la Casa Rosada en 2023.

Esta combinación casi perfecta de los programas económicos que implementaron José Alfredo Martínez de Hoz (1976-1981) y Domingo Felipe Cavallo (1991-1996 y 2001), más lo que se hizo en materia económica durante su gobierno (2015-2019), aunque sin “gradualismos”, es lo que propone Macri para el periodo 2023-2027.

Podría encabezarlo él o no. Su mano derecha, Patricia Bullrich, aparece bien posicionada como presidenciable de Juntos por el Cambio, aunque tanto Horacio Rodríguez Larreta como María Eugenia Vidal, entre otros, lo apoyaron y aplaudieron cuando enumeró estas propuestas en la Rural, en el marco de la presentación de su último libro titulado “Para qué”. Queda claro que en el Pro ya no hay halcones y palomas, como hemos dicho en artículos anteriores.

Mauricio Macri decidió ganarle la cuerda por ultraderecha al histriónico ultraliberal Javier Milei. Y es una apuesta que excede a la República Argentina. Su hipótesis de que el populismo se inventó en nuestro país, “desde Perón y Evita”, que luego lo exportamos al mundo y que ahora será Argentina la que termine con él, ya la expuso con el ex intelectual Mario Vargas Llosa como interlocutor.

El Premio Nobel de Literatura, devenido desde hace años en el portavoz de la ultraderecha mundial, ya fue coequiper de Macri cuando éste, durante la campaña presidencial de 2019, anticipó que en un eventual segundo gobierno suyo seguiría la misma dirección “pero lo más rápido posible”.

Ahora, Macri redobló la apuesta a la luz del éxito que las posturas ultras vienen teniendo en muchos países. Por caso, en Italia el neofascismo llegó al gobierno; en EEUU el trumpismo podría ganar la próxima elección; en Chile ganó la primera vuelta electoral (aunque perdió el balotaje) un político que reivindica públicamente a Pinochet; Marine Le Pen creció en Francia y los neofranquistas de Vox en España, mientras que la ultraderecha gobierna Hungría, Polonia y Suecia.

Mauricio Macri y Vargas Llosa, quien se erigió en el portavoz de la ultraderecha mundial. El Premio Nobel apoyó públicamente a Fujimori y a Bolsonaro (crédito imagen: El País)

Vargas Llosa, por su lado, ya se fue a la banquina definitivamente cuando hizo explícito su apoyo a Keiko Fujimori en Perú (la hija del ex dictador peruano, sobre la que pesa un pedido de 30 años y 10 meses de prisión por los delitos de delincuencia organizada, lavado de activos, obstrucción a la Justicia, fraude en procedimientos administrativos y falso testimonio) y a Jair Bolsonaro en Brasil, el hombre que en menos de cuatro años hizo que el gigante sudamericano pasara de ser la quinta economía del mundo a la 12º, al tiempo que habilitó las milicias parapoliciales para combatir el delito, hizo crecer exponencialmente la pobreza y el hambre y avaló la destrucción del Amazonas, entre otras cosas.

Con la experiencia de Brasil a la vista, donde los popes del poder económico casi que salieron corriendo a buscar a Lula para echar al monstruo que habían creado (Jair Bolsonaro): ¿El poder real argentino se arriesgará a bolsonarizar el país con un segundo tiempo ultramacrista o apostará a una salida centrista desde ambas coaliciones políticas?

Que Macri y la extrema derecha argentina blanqueen lo que quieren hacer con el país y con su comunidad es positivo. No obstante, no está de más recordar quién es Mauricio Macri.

Para ello, y antes de zambullirnos en las medias-palabras del ex presidente acerca de sus propuestas para los próximos cuatro años, retomaremos algunos párrafos del artículo que publicamos el 11 de julio de 2021, precisamente titulado ¿Quién es Mauricio Macri?.

Impulsado por el poder económico para terminar con Lula y el PT, Bolsonaro provocó un retroceso de décadas en Brasil (crédito imagen: Actualidad RT)

Siempre a costa del Estado y con prácticas non sanctas

El clan Macri creó un poderoso holding económico durante, gracias a y en connivencia con la dictadura cívico-militar de 1976 a 1983, y continuó creciendo durante los ’90, una década a la cual el ex mandatario dice que debemos retornar, siempre a expensas del Estado que ahora propone reducir a una mínima expresión o directamente eliminar.

-Entre 1951 y 1969, Franco Macri, padre de Mauricio, armó una empresa mediana, SIDECO, asociándose a capitalistas nacionales y casándose con la hija de una adinerada familia terrateniente de Tandil dueña de Philco, Alicia Blanco Villegas.

-Durante la dictadura instaurada en 1955 y hasta el regreso de la democracia en 1973, diversos monopolios extranjeros pugnaban por el mercado interno argentino, el cual se desarrolló como nunca antes gracias a los gobiernos peronistas entre 1946 y 1955.

-Estos monopolios querían aprovechar la acumulación de capital y el dominio del mercado de las poderosas empresas estatales (obra del primer peronismo). “Franco Macri, en vez de defender el capital nacional, optó por convertirse en un intermediario de los intereses extranjeros”, dijo el periodista Arnaldo Gómez en 2017.

-En ese marco, en 1969 se erigió en el “capitán del barco” con el cual el emporio de la aristocrática familia italiana Agnelli -dueña de Fiat, Ferrari y la Juventus– desembarcó en Argentina.

Los Macri siempre estuvieron alejados de un proyecto de Nación desarrollada e inclusiva; siempre priorizaron el beneficio del clan familiar y de la casta a la que pertenecían, beneficiándose de los contratos con el Estado y de las prebendas que obtenían de los diversos gobiernos para saltarse las normas, evadir impuestos, fugar dinero y entrar en el lucrativo juego de la rueda financiera

-El primer “golpe” de la familia fue la creación de Impresit-Sideco en 1961: 51% de Fiat y 49% de Macri. El síndico fue A. Lisdero, quien junto al presidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), el almirante Quihillalt, armaron los pliegos y ganaron la licitación para la construcción de las centrales nucleares, sumándose a la liga de la tristemente célebre “patria contratista” y comenzando así su ascenso entre los poderosos.

-Con SIDECO como nave insignia y 7 empresas a nombre de la familia para mediados de los 70, el clan constituyó Sociedades Macri (SOCMA), en la cual tuvo un rol clave Mauricio Macri.

Los que endeudaron al país muy por encima de sus posibilidades condicionando el desarrollo de generaciones (crédito imagen: la tinta)

-La dictadura fue el abono que permitió el crecimiento del grupo. Franco Macri fue parte del núcleo de poder que conformaron, en la etapa comandada por la dupla Videla- Martínez de Hoz, los principales holdings económicos del país, como Pérez Companc, Techint, Arcor, Loma Negra, Bunge y Born, Acindar, Bridas, Clarín y, claro está, SOCMA. Fueron la pata civil de la dictadura, como definió el periodista Raúl Dellatorre.

Antes de la dictadura, el clan tenía 7 empresas, y a su término, nada menos que 47 en los más diversos rubros, como construcción, bancos, automotrices, peajes y manejo de los residuos. El clan Macri fue beneficiario -con los demás grandes grupos- del brutal proceso de concentración de la riqueza que se llevó a cabo en esos macabros siete años: en 1974 el 51% de la riqueza nacional estaba en manos de los trabajadores y el 49% del Capital: para 1983 la participación de la clase trabajadora había bajado a un 22%.

-En 1983, el Banco Central estatizó las deudas de las grandes empresas privadas, lo cual nos costó a todos los argentinos 40.000 millones de dólares que se pagaron con decenas de ajustes durante las siguientes décadas.

-Entre 1976 y 1983, Macri y Cía. fueron uno de los grupos que se beneficiaron pidiendo préstamos en dólares en el exterior, transformando aquí esos dólares en pesos y depositándolos a tasas altísimas, para luego recomprar un 50% promedio más de dólares de los que habían pedido, devolver el préstamo y quedarse con el “vuelto”. A ese mecanismo, conocido como bicicleta financiera, también lo puso en marcha Mauricio Macri durante su presidencia.

-En 1979 le otorgaron Manliba, la empresa de recolección de residuos de CABA privatizada por el gobierno militar. La concesión terminó en un escándalo cuando el clan se resistió a la aplicación de un descuento, ya en tiempos democráticos. Se ingresó en un proceso judicial entre la intendencia porteña y el grupo Macri que, por supuesto, la Justicia dirimió a favor del segundo.

-Mauricio Macri fue el presidente de Fiat-Sevel, donde se dedicó a evadir impuestos mediante un esquema de “contrabando”. Entre 1993 y 1995, Sevel Argentina exportaba autopartes a Sevel Uruguay (es decir que se exportaba a sí misma) y cobraba importantes reintegros por exportaciones. No obstante, esas piezas se ensamblaban en el país vecino y Sevel Argentina luego las importaba como automóviles terminados, por lo que la empresa también se beneficiaba con un arancel preferencial por importaciones del 2%.

-La Dirección General Impositiva (DGI) determinó que Sevel evadió unos 5 millones 739 mil dólares en esos dos años. Asimismo, solamente por reintegros y en 1993, el monto sumó 730 mil dólares. Imputado por contrabando, Macri fue absuelto por la Corte Suprema manejada a placer por el entonces presidente Carlos Menem.

Evolución de la deuda argentina en pesos y en dólares desde 2004 hasta 2019 (crédito gráfico: El Cronista)

-En el menemato, el clan entró en el juego de las privatizaciones a precios de remate. Fue cuando se hicieron con el Correo Argentino. Los costos de las correspondencias se multiplicaron por 10. Sin embargo, como no les permitieron aumentar las tarifas, se negaron durante más de una década a pagar el canon acumulando una deuda de casi 300 millones de dólares, hasta que en 2003 el gobierno de Néstor Kirchner estatizó la empresa.

-Durante su presidencia, Mauricio Macri ofreció pagar un porcentaje irrisorio de esa deuda millonaria. Y cuando el Estado dictaminó la quiebra, se declaró un “perseguido político”.

-Son muchísimas las causas que se acumulan sobre las espaldas de Mauricio Macri tras su presidencia. Pero dos son emblemáticas: el conocido como “curro” de las autopistas y el de los parques eólicos. Asimismo, se detectaron más de 50 cuentas off shore del clan en las investigaciones periodísticas internacionales conocidas como Panamá Papers y Paraiso Papers.

El plan apocalíptico

Un artículo de Página 12 resume algunas propuestas que Mauricio Macri explicita en su libro “Para qué” para 2023-2027, que de aplicarse anticipan un ambiente social dantesco:

-Despidos masivos. “Cada ministerio, cada área, cada repartición pública deberá impulsar todas las reducciones que sean necesarias de manera urgente e inmediata”.

-Privatizaciones/Eliminaciones. “Existe una larga lista de empresas públicas que deberán pasar a ser gestionadas por el sector privado sin excepciones, o que deberán ser eliminadas”.

-Fin del fomento a la industria nacional. “Construir una economía abierta y aprovechar las oportunidades que tenemos en el mundo para nuestros productos, sin que esto se traduzca en subsidios”.

-Apertura de importaciones. “El nuevo gobierno no estará en condiciones de seguir defendiendo el proteccionismo a costa de los bolsillos de los consumidores. Nuestras industrias tienen que saber que su tiempo para ser competitivas está llegando a su fin”.

-Eliminación de los derechos laborales y previsionales. “Debemos tener la valentía de terminar de inmediato con legislaciones obsoletas en materia laboral, sindical, previsional y fiscal”.

-Represión. “Tendremos que replantearnos la política en materia de cortes de calles y rutas. No existe ninguna posibilidad de que continuemos asistiendo al triste espectáculo de fuerzas de seguridad que no actúan”.

-Lluvia de inversiones (parte 2). «No habrá nuevas inversiones en nuestro país hasta tanto no hayamos sido capaces de mostrar que el cambio es definitivo y no tiene marcha atrás».

El legado de San Martín, Güemes y Belgrano, cerca de convertirse en papel picado (crédito imagen: Cinco Días)

A contramano de los grandes patriotas

Si bien no dejó textos económicos, de los escritos de José de San Martín al Gobierno de Buenos Aires y de las medidas que tomó cuando gobernó Cuyo y Perú (ver nota La Presidencia de José de San Martín), se desprende claramente que el Gran Jefe adscribía el ideario de su amigo y compañero revolucionario Manuel Belgrano: No al libre mercado; Sí al desarrollo de las economías regionales, al proteccionismo de la industria nacional y del trabajo local, en el contexto de una férrea unión sudamericana.

“Todas las naciones cultas se esmeran en que sus materias primas no salgan de sus Estados a manufacturarse, y todo su empeño es conseguir no sólo darles nueva forma, sino también extraer del extranjero productos para ejecutar los mismos y después venderlos” (Manuel Belgrano, 1802)

La Patria que San Martín soñó está en peligro. Por lo tanto, como él dijo, “todo está permitido, excepto no defenderla”. Y el peligro es inminente.

En tal contexto, la totalidad de las corrientes del peronismo se hallan ante un reto histórico: o abandonan las especulaciones; acallan definitivamente las versiones circulantes sobre una supuesta «claudicación anticipada» de cara al 2023, que sólo acrecientan la ya gigante incertidumbre que viven los sectores populares afines a este movimiento sociopolítico; terminan con la interna de la internita y la politiquería (actividad política hecha con fines ruines y egoístas), o los herederos del pueblo que le dieron vida el 17 de octubre de 1945 harán tronar el escarmiento.

Puede estar pasando el último tren. Y no es una frase hecha. Solamente es cuestión de imaginar qué quedaría de la Patria, de su estructura social y de su comunidad después de un «segundo tiempo» ultramacrista de cuatro o quizás ocho años.

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