El imperioso desafío de mejorar los ingresos

El desborde inflacionario afecta principalmente a los sectores de menores recursos de la población, que tiende a sufrir la pérdida de poder adquisitivo, mientras los formadores de precios obtienen ganancias exorbitantes, una situación que debe ser revertida si el Gobierno aspira a tener chances en 2023

El gremio de los Camioneros logró un acuerdo salarial por encima de 100%, pero no fue el sector con un mejor logro en las paritarias

Por Roberto Pascual.- 
Por estas horas encuestadores de distinta formación ideológica y politólogos de la más variada orientación coinciden en que le será muy difícil al Frente de Todos lograr un segundo mandato presidencial en 2023 si no logra controlar el asfixiante aumento de los precios y, en especial, el deterioro del poder adquisitivo de buena parte de la población, en su gran mayoría perteneciente al electorado oficialista.

Aun así, los mismos encuestadores e incluso sectores del empresariado, entre ellos del poderoso nucleamiento conocido como el “círculo rojo”, han comenzado a cuestionar la viabilidad política y social de un ajuste extremo como el que propone en su último libro “Para qué” el ex presidente Mauricio Macri, su más fiel ladera, Patricia Bullrich o el jefe libertario Javier Milei y en cambio se alinean a propuestas encuadradas en los sectores más moderados como el que representa Horacio Rodríguez Larreta o incluso del propio Frente de Todos como ser los identificados con Sergio Massa y su Frente Renovador

Pese a los riesgos de una seria derrota electoral, el Gobierno y en especial el ministro de Economía insisten en que se aplicarán distintas medidas tendientes a un aterrizaje paulatino de los niveles inflacionarios, pero descartan de plano apelar a los tradicionales planes de ajuste que reclama la oposición por las consecuencias políticas y sociales que estas medidas han traído a amplias franjas de la población y al entramado productivo del país, incluyendo el cierre de miles de pequeñas y medianas empresas, precisamente el temor que comenzó a anidar en ese sector empresario.

Esto significa que pese a medidas contractivas, como ser la suba de las tasas de interés o el aumento en el ritmo de devaluación del dólar oficial a tono con los reclamos del FMI, no se apelará a un ajuste brusco del tipo de cambio ni se profundizarán los recortes al gasto, apelando en cambio a sumar ingresos continuando con las agresivas políticas de colocación de deuda en el mercado interno.

INFLACION E INGRESOS

El nivel general del Índice de precios al consumidor aumentó 6,2% mensual en septiembre pasado y acumula un alza de 66,1% en los primeros nueve meses del año. En la comparación interanual registró un incremento de 83,0%. Es decir que luego de la suba del 7,4% registrado en julio se consolidó la baja desde ese pico con un aumento del 7% en agosto y del mencionado 6,2% en septiembre.

Prendas de vestir y calzado (10,6%) fue la de mayor aumento en el mes pasado, seguida por bebidas alcohólicas y tabaco (9,4%), sobre la que se destacó el alza de los cigarrillos. Pero lo más preocupante fue la suba de alimentos y bebidas no alcohólicas (6,7%) rubro que más incidió en todas las regiones.

Mientras tanto, los distintos sondeos privados realizados en las primeras semanas del mes ratificaron lo que las propias consultoras habían pronosticado: la inflación de octubre no perforará el 6% y arrojará una variación similar a la de septiembre es decir en torno al 6,2%.

De esta forma, la aceleración de precios que registraron los alimentos desde enero de 2022 y la pérdida de poder adquisitivo que sufrieron los ingresos provocaron un deterioro se reflejó en los últimos datos oficiales de pobreza e indigencia. Si bien a nivel nacional el índice de pobreza mejoró en relación con el año pasado y en comparación con el dato previo, se vio un aumento en la indigencia, impulsada por sectores que perdieron ampliamente contra la inflación y no llegaron a cubrir las necesidades alimentarias básicas. Eso significa que 16,8 millones de personas no contaron con los ingresos necesarios para cubrir la canasta básica de consumo.

CUANDO TRABAJAR NO ALCANZA

Recientes trabajos del Centro de Economía Política Argentina (Cepa) destacan que mientras en los años del menemismo y de Cambiemos, cayeron el empleo y los salarios reales y con los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, se incrementó el empleo y el salario real. En la actualidad, en tanto, se resalta la volatilidad de la población más joven, la vulnerabilidad de los grupos de menores ingresos y la fragmentación y heterogeneidad salarial.

El trabajo también señala que pese a una fuerte recuperación del empleo, subsiste un magro desempeño en materia salarial, sin recuperación de los puntos de poder adquisitivo perdidos. Al mismo tiempo, los balances de las principales empresas de nuestro país muestran fuertes incrementos de rentabilidad operativa. Este proceso sugiere una transferencia de ingresos a favor de los sectores más poderosos de la sociedad.

En lo referido a la participación del capital en el ingreso –que se denomina Excedente de Explotación Bruto-, el estudio de Cepa observa que, entre el primer semestre 2016 y el primer semestre de 2022, la participación se incrementó en 5,3 puntos porcentuales. Y desde el primer semestre de 2019 al primer semestre de 2022 es donde se produce el mayor incremento: 3,5 puntos porcentuales es decir 65%. El resto (1,8 puntos) corresponde al período primer semestre de 2016 y el primer semestre de 2019.

Como contrapartida, si se analizan los ingresos laborales excluyendo el sector público, la caída de participación de los asalariados en el ingreso entre el primer semestre 2016 y el primer semestre de 2022 asciende a 6,5 puntos porcentuales. El análisis, de todas formas, da cuenta de que la mayor parte de ese retroceso se evidencia entre el primer semestre de 2016 y el primer semestre de 2019, donde el guarismo retrocede en 4,5 puntos, es decir, el 70% del retroceso total. El resto (2,0 puntos) se reducen entre 2019 y 2022.

Estos resultados explican las demandas de fuertes aumentos de los gremios más poderosos lo que hizo que por lo menos cinco sindicatos acordaron paritarias por encima del 100% anual, incluso superando el logro de los Camioneros de Hugo y Pablo Moyano.

Como queda dicho el Frente de Todos está buscando -y a partir de la gestión de Sergio Massa logrando en parte- ir ordenando algunas de las variables económicas que ingresaron en un cono de sombras en el último tramo de la gestión de Martín Guzmán y la firma del acuerdo con el FMI.

Aun así, la caída del poder adquisitivo es el mayor obstáculo para lograr que el Frente de Todos o una nueva coalición encabezada por el peronismo llegue con chances a las elecciones del año próximo.

De allí los reclamos que formula el kirchnerismo a la gestión oficial, que apunta más a agilizar medidas específicas de auxilio a los grupos más postergados de la población. Una necesidad inocultable a tal punto que incluso los sectores más lúcidos de un empresariado generalmente embanderado con posiciones dogmáticas, parecen advertir que se abre para el país una enorme oportunidad a partir de la riqueza del litio y la formación petrolera y gasífera de Vaca Muerta al que ahora parece sumarse un potencial similar en el Mar Argentino a unos 300 kilómetros de Mar del Plata.

Para Argentina está pasando un nuevo tren de oportunidades que no se debería dejar pasar ni permitir, como en otras ocasiones que sea aprovechada por intereses que en definitiva no dejan ninguna ganancia para el país 
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