Cristina siempre sorprende: ¿y si es candidata?

Si algo se daba por descartado para los analistas políticos de distintas extraccciones es que la Vicepresidenta fuera a encabezar una fórmula presidencial para 2023. Pero en el plenario de la Unión Obrera Metalúrgica esa certeza quedó sepultada cuando dijo "voy a hacer lo que tenga que hacer"

Cristina

En la UOM se volvió a plantear la centralidad política en las demandas gremiales

POR ROBERTO PASCUAL.- Los liderazgos políticos suelen estar emparentados con la capacidad de llamar a las cosas por su nombre y ponerse al frente de las necesidades de transformación de cada momento histórico. Y en este sentido, Cristina Kirchner volvió a demostrar su enorme capacidad para captar el humor social y para sintetizar un rumbo definido del movimiento que la tiene como su principal figura.

Cristina volvió a despertar pasiones y a generar expectativas sin grandes definiciones respecto a su futuro político. Se limitó a decir “voy a hacer lo que tenga que hacer para que los argentinos puedan organizarse en un proyecto de país” y “que el pueblo recupere la alegría”.

Es decir no dijo que será candidata en 2023, pero tampoco lo descartó, en medio de un acto sindical donde el “Cristina presidenta” se convirtió en un estruendoso clamor.

Y por supuesto que la sola posibilidad de un nuevo mandato de CFK encendió todas las alarmas en los medios opositores, que una y otra vez reiteraron que este es su gobierno. El que ella eligió para estar al frente del país, del que forma parte y de cuyas decisiones es partícipe. Lo cual es cierto sólo en parte, porque, como ella misma aclaró este viernes frente al potente escenario montado en Pilar por la Unión Obrera Metalúrgica, “ustedes ya saben mis críticas a la gestión que no es necesario reiterar”.

Pero para recuperar esa alegría que fue uno de los pilares que interpreta definieron su gestión presidencial volvió a retomar uno de los axiomas peronistas: el fifty-fifty.

Se trata de la distribución del ingreso en partes iguales entre el capital y el trabajo, como eje central de la armonía social y que, recordó una vez más, fue parte de los logros que reivindica de las gestiones de Néstor, pero principalmente de sus propias presidencias. Y es más, destacó que antes del golpe de 1976 también estaba vigente, por lo que fue precisamente una de las causales que originaron la dictadura más sangrienta de la historia argentina.

Cristina fue elocuente en el elogio «al gran esfuerzo del ministro Massa» al que ponderó por hacer frente a la extrema situación que nos dejó el endeudamiento “demencial” del gobierno de Cambiemos.

Y se cuidó de no condenar explícitamente la gestión de Alberto Fernández en defensa de la unidad del peronismo, pero también demandó medidas, en especial en la distribución del ingreso para lograr de nuevo el fifty-fifty que permita saber que se puede llegar a fin de mes, ahorrar para cumplir con los sueños personales y recrear la esperanza promotora de la alegría que urge recuperar.

La Vicepresidenta es consciente que transita por un desfiladero muy angosto, donde se necesitan cambios a favor de la distribución del ingreso, pero sin petardear la ingeniería política que ella misma creó y que permitió llegar al gobierno en 2019, construcción que defendió porque permitió derrotar no a alguien –“el peronismo no cuestiona personas”- sino rumbos políticos, se preocupó en aclarar.

EL ENDEUDAMIENTO

Al referirse a la situación económica actual, Cristina Kirchner explicó: «Esto no empezó en el año 2019, empezó con un gobierno que decidió endeudar una vez más a la Argentina y hoy tenemos que destinar dólares al pago de la deuda externa y aceptar los condicionamientos del FMI a las políticas internas».

Y en ese plano también dejó en claro que el instrumento que por estos días reclama para mejorar los ingresos de la población es otorgar una suma fija a los trabajadores que permita recomponer los casi 17 puntos de caída salarial desde que dejó la presidencia en 2015.

Por eso salió a cuestionar la postura mayoritaria dentro de la CGT contraria a ese aumento generalizado para no debilitar las paritarias, reclamó a los sindicatos demandar que se les vuelva a pagar por productividad, lo que no va en detrimento de las paritarias, que de paso recordó fueron resucitadas durante los gobiernos kirchneristas.

Y en relación a los precios recordó que estamos ante mercados absolutamente concentrados por lo que reclamó al Gobierno terciar en la distribución del ingreso “como hacíamos durante nuestros gobiernos”.

MUCHA TELA PARA CORTAR

Como en cada discurso, los dichos de Cristina dejaron mucha tela para cortar, quizás entre los aspectos más significativos estuvo el recuerdo al tácito pacto de convivencia democrático alcanzado tras la caída de la última dictadura y la reivindicación al rol protagónico del radicalismo en la edificación de esos acuerdos que permitieron dejar atrás las prácticas violentas en las disputas políticas nacionales.

También reiteró la convocatoria a definir los ejes de la Argentina del futuro en discusiones en las que aclaró no sólo deben participar los partidos políticos, sino también los sectores gremiales y las cámaras empresaria para discutir el modelo de país y cómo vamos a hacer para salir de la economía bimonetaria. «Hoy el tema de precios, salarios, inversión y gastos del Estado deben ser abordados desde números concretos, no desde el eslogan», agregó.

Y si bien dejó en claro que apunta a que no haya exclusiones, no fue menos contundente al mostrar su desconsuelo con respecto al Poder Judicial al que acusó de quererla como acusada, pero no como víctima. “Ya estoy resignada”, subrayó en ese punto.

Y por último volvió a centrar sus demandas en el accionar de los gremios. “Es necesario que los trabajadores vuelvan a participar en la política, pero no solo en el reclamo sindical, sino en el modelo de organización política del país”, porque “eso es lo que trajo el peronismo y no nos van a perdonar a los peronistas”, recordando una vez más que “no vienen por Cristina Kirchner sino por el derecho de los trabajadores por lo que demandó ponerse de pie para defender sobre la base del eslogan del encuentro propuesto por la UOM de que “no hay solución gremial sin solución política”.

Es decir, como en cada presentación pública, la Vicepresidenta volvió a demostrar su absoluta centralidad política y su capacidad para ordenar el debate y fijar el rumbo, una centralidad que pese a todas las apuestas en contra, este viernes la volvió a posicionar como posible candidata presidencial para 2023. 
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