Cuando a León Gieco le censuraron 10 temas en un solo disco

Mientras León Gieco se aprestaba para grabar su tercer álbum, en 1976, los censores de la dictadura cívico-militar marcaron con su lápiz rojo nada menos que 10 de las 12 canciones que iba a tener el LP. ¿Qué pasó con cada una? La verdadera historia de El fantasma de Canterville, a la postre, uno de los mayores clásicos del cancionero popular argentino

León Gieco (Crédito imagen: radio zeta)

“Yo era un hombre bueno, si hay alguien bueno en este lugar…” Una guitarra tocada de oído, la primera estrofa cantada con voz de vino o cerveza, y El fantasma de Canterville se convertía en himno entonado al unísono por todos los presentes en un fogón, asado, reunión. Ocurre hasta el día de hoy entre aquellos que superan los 40 (o no necesariamente, si gustan del rock nacional).

Precisamente estos últimos, que a Dios gracias no vivieron la tremenda dictadura, deben leer y releer la letra sin comprender porqué la censuraron. Los tiempos cambiaron. En aquellas mentes apátridas que desgobernaron el país entre 1976 y 1983, cualquier palabra o frase podía ser la chispa que encendiera el fuego.

Y algo de eso había cuando, en cada recital, la palabra “matarlos” se cantaba a mayor volumen que las demás y con mucha bronca: “Me han ofendido mucho y nadie dio una explicación / Ay si pudiera matarlos, lo haría sin ningún temor”.

En el Buenos Aires de 1975, cuando López Rega y la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) ya empezaban a marcar el camino del terrorismo de Estado que dominaría a la Argentina desde el 24 de marzo del 76, sonó el teléfono de un joven León Gieco, quien vivía junto a su mujer Alicia en un departamento ubicado sobre la avenida Corrientes. Del otro lado de la línea, un también joven Charly García le dijo: “León, escribí una canción, pero es para que la cantes vos”.

Charly García, María Rosa Yorio, Nito Mestre y León Gieco (Crédito imagen: Wikipedia)

Dicen que dicen que Charly escribió una canción especial para León pues habría quedado con algo de culpa cuando se negó a cantar el tema La Rata Lali, que Gieco había compuesto para él tiempo antes. “No loco, si la canto me meten en cana”, habría dicho. Luego León la grabó en Ayer y Hoy (1989).

En aquellos tiempos, razón no le faltaba. La canción decía así: “Ayer me encontré a la Rata Lali, estaba sentada en el cordón / Estaba sola, triste y desdichada y de sus ojos le colgaba un lagrimón / Había sido echada de su cueva por su padre, el gran ratón / Porque la había encontrado estimulada, y acostada y acostada con Pepón / Mi padre es un burgués capitalista y de la marca, de la marca roquefort / Pepón era el líder del frente roedor de liberación, oh yeah!!!”.

Pero eso entra en el plano de los dimes y diretes. Lo cierto es que Charly fue a casa de León, le cantó El Fantasma… completa y Gieco quedó encantado. “Era realmente para mí. A tal punto que decidí titular el tercer disco, que ya estaba en marcha, con el nombre de ese tema”, relató con el tiempo.

León Gieco había grabado los discos León Gieco (1973) y La banda de caballos cansados (1974), con temas que a la larga se convirtieron en himnos populares, aunque en aquel entonces ya le habían ganado un público fiel que lo veía como una suerte de Bob Dylan argentino, con su guitarra, su armónica y sus letras de protesta. En el país de la libertad, Hombres de hierro, Todos los caballos blancos y Si ves a mi padre, entre otros, se iban incorporando con fuerza desde el folk-rock a un rock nacional que en esa época exploraba caminos más sinfónicos de la mano de Invisible, Alas, Crucis, Charly García y La Máquina de Hacer Pájaros.

Y sólo quedaron dos

No obstante, el golpe que recibió León Gieco fue tremendo. Así lo contó él: “La censura fue impresionante, de 12 canciones me dejaron dos. ¿Las otras? Tuve que abrir los canales y volverlas a grabar cambiándoles parte de las letras porque estaban todas prohibidas”, recordó.

León se negó a perder aquel temazo compuesto por Charly García. Para ello tuvo que hacer concesiones, que luego deshacía en cada concierto cuando cantaba El Fantasma… en vivo.

“Me han ofendido mucho y nadie dio una explicación, ay si pudiera matarlos lo haría sin ningún temor” fue cambiado por “si pudiera odiarlos”. “Pero siempre fui un tonto que creyó en la legalidad”, por “creyó en la humanidad”. Y finalmente: “He muerto muchas veces acribillado en la ciudad” pasó a ser en el elepé “rodando sobre la ciudad”.

El fantasma de Canterville (versión original censurada)

Otro tema que estuvo en la mira fue Los chacareros de dragones, que León dedicó al cantautor chileno Víctor Jara, a quien la dictadura de Augusto Pinochet llevó al Estadio de Chile (hoy Estadio Víctor Jara), donde lo quemaron con cigarrillos; le cortaron las manos y la lengua para que no pudiese volver a tocar la guitarra ni cantar, mientras lo insultaban y se burlaban de él; lo sometieron a varios simulacros de fusilamiento, hasta que el 16 de septiembre de 1973 lo acribillaron a balazos.

León Gieco contó que “la melodía fue remezclada con mi voz bien de fondo, a fin de que no se entendiera la parte donde canto “allá donde mil poesías gritaron, cuando le cortaron al poeta sus manos”.

León Gieco (Foto Alberto Bemposta)

Tres temas directamente tuvieron que ser eliminados. Se trató de La historia esta, Canción de amor para Francisca y Tema de los mosquitos. Increíblemente, Gieco incluyó los tres, grabados durante un recital en el Luna Park, en su siguiente álbum, 4º LP, editado en 1978 (aún en el apogeo de la dictadura). Ese fue el disco que lo catapultó como músico masivo y popular a partir de la canción Sólo le pido a Dios.

El efecto de esos temas sobre toda una generación, que entonces andaba entre los 13 y los 17 años, fue muy fuerte. Canción de amor para Francisca les quitó los prejuicios sobre un tema tabú si los había en aquella época de represión total, como el del mundo de la prostitución. “Los lunes que no trabaja Francisca, con una canastita con flores y su hijita, van a correr por el monte, los caminos y los campos / Ella dice que los besos, los gorriones y las flores, los lunes tienen más perfume”: todos compartían esas hermosas tardes de campo con Francisca y su hija.

Canción de amor para Francisca (eliminada del disco El Fantasma…)

Volviendo al Fantasma de Canterville, una novela del escritor irlandés Oscar Wilde, Charly García contó que de chico la leyó en formato historieta y le impresionó mucho. “Se trataba de un pobre fantasma que siempre había asustado a la gente, pero al que ya no le daban bola. Uní esa idea con lo que estaba pasando en el país. Una estrategia para que no te ocurriera nada era pasar inadvertido, hacerte el boludo. Por eso la letra dice ‘paso a través de la gente como el fantasma…’”, describió.

El Fantasma de Canterville (versión original grabada hace pocos años)

Hay una historia previa con El Fantasma de Canterville. Antes de la grabación del tercer disco de León, se formó la súper banda Porsuigieco, abreviatura de Porchetto, Sui Generis y Gieco, más la cantante María Rosa Yorio.

El fantasma… iba a integrar el primer y único disco de ese grupo, pero fueron obligados a sacar la canción. Sin embargo, llegaron a fabricarse algunos vinilos que la incluyeron. Los siguientes, en cambio, ya aparecieron con el tema Antes de gira, de Charly García, que la reemplazó.

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