Las Trece Rosas: “Tu hija, que ya jamás te podrá besar ni abrazar…”

Fotografía de la película Las Trece Rosas (crédito imagen: El Independiente)

las trece rosas

De la Redacción de 90 Líneas.-

En la madrugada del 5 de agosto de 1939, trece jóvenes elegidas al azar entre 4.000 detenidas en la cárcel del madrileño barrio de las Ventas -con capacidad para 450 mujeres- fueron fusiladas ante sus tapias por la sangrienta dictadura encabezada por el general Francisco Franco, que desde ese año hundió a España en la oscuridad, el terror y el atraso durante cuatro décadas. Nueve de ellas eran menores de edad. La inmensa mayoría, modistas. Y su “pecado”, defender la República ante la dictadura.

Pasaron a la historia como Las Trece Rosas. Fueron y son un símbolo de lucha por la libertad en la mayoría de los países europeos, sobre todo en Francia. Y quedaron inmortalizadas en libros, pinturas, obras de teatro y en el cine.

La periodista española Lola Hueste Machado escribió: “Fue uno de los episodios más crueles de la represión franquista. El 5 de agosto de 1939, trece mujeres fueron ejecutadas ante las tapias del cementerio de la Almudena. Su historia sigue viva hasta hoy”.

Luego cita la carta que Julia Conesa, de 19 años, escribió la noche del 4 de agosto y que quedó como un símbolo del valor de las muchachas republicanas y de la cobardía y el horror del franquismo.

“Madre, madrecita, me voy a reunir con mi hermana y papá al otro mundo, pero ten presente que muero por persona honrada. Adiós, madre querida, adiós para siempre. Tu hija, que ya jamás te podrá besar ni abrazar… Que no me lloréis. Que mi nombre no se borre de la historia”, fueron las últimas palabras que dirigiría Julia a su familia, nos contó la colega española. “Corría la noche del 4 de agosto de 1939. Hacía cuatro meses que había terminado la Guerra Civil. Madrid, destruida y vencida tras 3 años de acoso, de bombardeos y resistencia ante el ejército sublevado, intentaba adaptarse al nuevo orden impuesto por el general Franco, un régimen que iba a durar cuatro décadas”, describió.

Todo fue a raíz del asesinato de un comandante franquista cuando transitaba en coche por una carretera. El régimen recién entronizado creyó que era la ocasión justa para demostrarle a la sociedad hasta dónde era capaz de llegar. Así las cosas, en esos días se detuvieron en España a 364 personas; se estima que casi todas fueron ejecutadas.

Leemos en el diario La Vanguardia que “Madrid fue la última ciudad en ser conquistada (por el bando de “los nacionales” que se impuso al de “los republicanos” tras una guerra civil de tres años). Tras el fin de la guerra, el 1º de abril de 1939, las Juventudes Socialistas Unificadas, organización juvenil de izquierdas contraria a Franco, quisieron organizarse clandestinamente para rechazar la ocupación de la ciudad”.

“Los hechos se precipitaron tras el asesinato del comandante Isaac Gabaldón. Un explosivo acabó con la vida del alto cargo franquista, la de su hija de 16 años y la del conductor del vehículo el 27 de julio de 1939 mientras circulaban por la carretera”.

“Aunque no se sabía con claridad quién era el culpable del ataque, el régimen lo consideró un desafío y se decidió castigar a personas que formasen parte de grupos contrarios al régimen, se tuvieran pruebas o no de su culpabilidad”.

El 3 de agosto de 1939, en Madrid, el fiscal del Consejo Permanente de Guerra sentenciaba a muerte a 56 personas a quienes culpabilizaba como “responsables de un delito de adhesión a la rebelión”. Había 43 hombres, conocidos como Los 43 Claveles, y 13 mujeres, que pasarían a la historia como Las Trece Rosas.

Estas mujeres fueron elegidas al azar de entre las reclusas que se encontraban en ese momento en la cárcel de Las Ventas de Madrid. Tenían entre 18 y 29 años. Las jóvenes fueron detenidas y torturadas antes de ser conducidas a prisión.

Sus nombres eran Carmen Barrero Aguado; Martina Barroso García; Blanca Brisac Vázquez; Pilar Bueno Ibáñez; Julia Conesa Conesa; Adelina García Casillas; Elena Gil Olaya; Virtudes González García; Ana López Gallego; Joaquina López Laffite; Dionisia Manzanero Salas; Victoria Muñoz García, y Luisa Rodríguez de la Fuente.

Aunque el régimen temió que semejante represalia pudiese trasponer las fronteras de España, igualmente inició la cacería. Y, en efecto, los fusilamientos fueron tapa de la prensa internacional poco después.

Se resaltó que entre los primeros 63 ejecutados había trece jóvenes, nueve de ellas menores de edad. Fue una hija de Madame Curie la que en París promovió la campaña contra la ejecución de las chicas, lo cual generó un shock en la comunidad. Mucho tuvo que ver con el descrédito que se ganó desde un comienzo el franquismo en el mundo libre el fusilamiento de Las Trece Rosas.

Fuentes: La Vanguardia, El País, BBC Mundo

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