Cómo se hizo El Padrino, la máxima obra de Hollywood

Marlon Brando en el papel de Don Corleone (Crédito imagen: El Confidencial)

Hablar de cine es complejo siempre, principalmente porque el séptimo arte es uno de los mejores reflejos de las idiosincrasias de los países. Así, maestros como Akira Kurosawa, Federico Fellini o Emilio Fernández lograron captar en pantalla la esencia de sus pueblos. Establecer qué cineastas lograron captar los sueños, las miserias y las tragedias de Estados Unidos es una pregunta interesante. Posiblemente la cinta que mejor ha reflejado la forma de pensar y los sueños de ascenso social de la potencia del norte ha sido El Padrino, de 1972.

Basada en la novela homónima del italoamericano Mario Puzo, la cinta narra la vida de la familia mafiosa más importante de Nueva York liderada por Don Vito Corleone. En ella se cuenta cómo el poder del grupo se ve amenazado, y como una nueva generación deberá ponerse al frente de la disputa entre las bandas del hampa neoyorkina. La obra adaptada fue un best seller en su época, y su llegada a la gran pantalla era inminente.

Ahora bien, la producción de la cinta fue verdaderamente caótica. Principalmente porque el director que la Paramount quería, Sergio Leone, rechazó el trabajo ya que sentía que era una glorificación de la mafia. El cineasta elegido fue Francis Ford Coppola, el cual tenía poco éxito y renombre en la industria, y cuyas decisiones tuvo que defender a capa y espada, ya que los productores querían otro enfoque, que la cinta transcurra en el campo y básicamente un reparto completamente diferente.

A tal punto fue difícil la producción, que el estudio rechazaba a Marlon Brando como el protagonista Vito Corleone, ya que se sabía que era un intérprete muy complicado para tratar. De esta forma, obligaron al gran actor a realizar un casting, algo inaceptable para alguien de su prestigio. Pero su interpretación fue tan fantástica que no les quedó más remedio que darle el papel, definitivamente uno de los pilares del éxito de la película.

CINE Y ACTORES ITALIANOS

Si me preguntan qué hizo tan genial a esta cinta, las respuestas son muchas. Principalmente creo que el film está muy influenciado por el cine italiano de la época (de hecho, hay varios actores de cine italiano involucrados), el cual tenía un tono muy serio y que lograba climas muy propios. Ahora bien, aun así, El Padrino no se parece a nada que se había visto antes, la dirección logra cosas que se comenzaron a utilizar de ahí en adelante, y descubre un elenco de actores que serían gran parte de las estrellas de Hollywood de las décadas siguientes.

Comencemos por analizar la fotografía. La primera escena de la película (desde mi punto de vista el mejor comienzo de una cinta que he visto en mi vida) no sólo es muy oscura, sino que el director de fotografía, Gordon Willis, instaura a las sombras como un elemento narrativo recurrente. El rostro de personajes como Don Corleone o Tom Hagen aparecen iluminados en una mitad del rostro y en la otra sólo hay penumbras, el mensaje es claro, tienen un costado luminoso y un costado siniestro. Michael en el comienzo de la cinta tiene la cara 100% a la vista, pero a medida que se va convirtiendo en el jefe de la mafia esta se va cubriendo de sombras.

El Padrino, Marlon Brando tuvo que ir a un casting para quedar como el protagonista de la película filmada en 1972

Por otro lado, hay un aspecto que para mí es central, la banda sonora. Posiblemente de lo más icónico que se ha escuchado en un cine sea la magistral obra de Nino Rota, aquel que fuera músico de las películas de Federico Fellini en cintas como 8 ½ (1963), La Strada (1954) o Amarcord (1973). Sin duda el soundtrack logra captar la oscuridad que se plasma en la pantalla, con tracks que marcan el origen siciliano de los protagonistas, los sueños de ascenso social en Estados Unidos, y por sobre todas las cosas el poder construido sobre fortunas mal habidas.

Además, la cinta estuvo ubicada durante el ascenso del llamado nuevo “cine norteamericano”, un proceso donde toda una camada de nuevos directores que coincidieron con estudios en busca de nuevas historias que les daban un gran control creativo.  Y esta cinta en algún punto funcionó como una metáfora de lo viejo dando lugar a lo nuevo, a las jóvenes generaciones teniendo que salir a ocupar el lugar que el tiempo les determina.

De este modo, uno puede entender por qué la cinta es para muchos considerada la mejor de la historia. Fue revolucionaria en su estilo, promovió la carrera de un gran número de actores, fue aclamada por la crítica y ganó una infinidad de premios. Pero principalmente, reflejó muy bien todo un espíritu de un pueblo, el sueño de los inmigrantes por prosperar en tierras extranjeras, pero ¿a qué precio?

Si uno analiza la saga completa, y habiendo leído el libro se puede reflexionar que El Padrino cuenta mucho más que una simple historia sobre la mafia. Principalmente es una obra sobre una familia y sus relaciones de poder internas, y a su vez es un reflejo oscuro del “sueño americano”. Aquellos hombres llegados de Italia con sus familias tuvieron dos grandes opciones; aceptar las condiciones de los dueños del país para que construyeran sus palacios, o buscar su propio camino hacia la riqueza a través del crimen.

El símbolo que suele relacionarse con la cinta son los hilos del titiritero, y es una ilustración muy gráfica. En el capitalismo quienes sostienen los hilos son las elites propietarias, mientras que para los de abajo el sueño de llegar al mismo lugar parece un camino regado con sangre, de hecho, el libro comienza con la frase de Balzac: “detrás de toda gran fortuna hay un crimen”. Es justamente ese el sueño de Vito Corleone, que el resultado de todos sus delitos sea que uno de sus hijos pase de marioneta a quien controlas las cuerdas, a ser tan inmensamente poderoso que todo pueda controlar. Una búsqueda que solo encuentra la tragedia.

En resumen, es una cinta que, si bien no me atrevo a decir que sea la mejor de la historia, si diría que es el punto más alto al que ha llegado Hollywood en su verdadera edad de oro, que fue de 1968 a 1981. Un film que como pocos resiste los años al ser un reflejo de la tragedia que implica la desmedida ambición de los hombres, una obra maestra que al día de hoy fascina al mostrar cómo el poder tiene la capacidad de corromper hasta llegar a la destrucción total, y en reflejar a un pueblo que se construyó sobre el sueño de los sirvientes soñando en llegar a amos.

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