Somos conejillos de Indias

La prensa europea habla de “desguace del Estado” argentino. Y es que no hay antecedentes en el mundo de un proceso de desregulación total de la vida cotidiana, hiperconcentración de la riqueza y empobrecimiento de la mayor parte de la comunidad en democracia como el que impulsa la derecha-ultra nativa. Se vienen tiempos muy turbulentos

La sociedad argentina, bajo experimentación (crédito imagen: Milenio)

El mundo nos está mirando. Con estupor. Nunca se puso en práctica, salvo en dictaduras, un plan económico tan brutal que afecte en forma negativa a más del 70% de la población de un país como lo hace el mega DNU lanzado, en el octavo día hábil de su presidencia, por el ultraderechista Javier Milei.

En Latinoamérica, solamente el Chile de Pinochet y el Perú de Alberto Fujimori, alguien que llegó a la presidencia por el voto popular pero que luego intervino los poderes legislativo y judicial y gobernó con el ejército en las calles, llevaron adelante transferencias de recursos desde los sectores populares y de clase media hacia el poder económico más concentrado como apunta a hacerlo la extrema derecha argentina.

El País de España, uno de los diarios más prestigiosos e influyentes de Europa y el medio de habla hispana más leído en el mundo, tituló sin rodeos: «Desguace del Estado argentino en un solo decreto»

La sociedad chilena estalló en 2019 y hoy tiene, luego de medio siglo, un gobierno de izquierda. No obstante, está partida en dos mitades “irreconciliables” a partir de que la dictadura instaurada en 1973 la puso al servicio del experimento de Milton Friedman, el cráneo del ultraliberalismo (luego llamado neoliberalismo) referenciado en la escuela de negocios Booth de la Universidad de Chicago, que con el tiempo se conoció popularmente como Escuela de Economía de Chicago. Muchas de esas ideas fueron tomadas en 1976 por la dictadura argentina.

Chile, 1973, El dictador Pinochet junto al creador del ultraliberalismo, Milton Friedman (de negro), reunidos en el Palacio de la Moneda. La sociedad chilena fue usada para experimentar la hasta entonces más brutal economía de mercado. Dos años más tarde visitó Chile Friedrich von Hayek, cerebro de la Escuela de Economía Austríaca a la que adscribe Javier Milei (crédito imagen: Revista Santiago)

En tanto, Alberto Fujimori llegó a la presidencia de Perú mediante el voto popular, aunque rápidamente degeneró en un dictador que finalmente fue condenado a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad y corrupción. Hace pocos días, con 85 años, fue beneficiado con la excarcelación por la Justicia peruana -tan o más corrupta que la nuestra-, lo que llevó a la inmediata reacción de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH-OEA), que declaró al Estado peruano “en desacato”.

Desde finales del año 2000 hasta hoy Perú tuvo diez presidentes y una interminable crisis política, social y económica. La sociedad está totalmente fragmentada, con bolsones de extrema pobreza imposibles, mientras que los gigantes del poder económico son los únicos beneficiados. De hecho, la actual presidenta, Dina Boluarte, llegó al máximo cargo tras la destitución del mandatario izquierdista Pedro Castillo y se mantiene allí pese a haber desatado una represión que se cobró casi 70 vidas y más de 1.500 heridos hasta junio de 2023.

Alberto Fujimori llegó a la presidencia de Perú por los votos. Luego se convirtió en un autócrata feroz. Tras echar de la casa a su esposa, pues denunció a uno de sus ministros por corrupción, nombró como Primera Dama a su hija Keiko, entonces de 19 años. Ahora ella es su heredera política. El padre terminó preso y Keiko está multiprocesada, aunque goza de la impunidad judicial peruana (crédito imagen: Ideele)

Al igual que el pinochetismo en Chile con el dirigente ultracatólico de derecha José Antonio Kast -amigo de Milei-, el fujimorismo en Perú sigue contando con una base social importante que se referencia en Keiko Fujimori, la hija del ex dictador, sobre quien pesa un pedido de prisión de 30 años y 10 meses realizado por el Fiscal Anticorrupción por los delitos de lavado de activos, organización criminal, obstrucción a la justicia y falsedad genérica y financiación ilegal de las campañas presidenciales de 2011 y 2016.

Argentina, te están mirando

Las nuevas derechas (ultraderechas) de Latinoamérica y Europa siguen con atención el proceso iniciado en Argentina, un país que en el viejo continente, hasta no hace tanto, veían como el más democrático y alejado de los extremos en boga en Latinoamérica. Pero también lo siguen con suma atención los partidos progresistas y de izquierda.

Cumbre de extremistas

Vale recordar que durante la cumbre ultraderechista que se llevó a cabo en Bogotá, Colombia, entre el 18 y 19 de febrero de 2022, “un lujo” fue la frase que utilizó la cuenta oficial de Twitter del Foro Madrid, organizador del cónclave, para rematar el epígrafe de una foto donde aparecía Francisco Tudela: sí, el ex vicepresidente del dictador y genocida peruano Alberto Fujimori.

Febrero de 2022. Francisco Tudela, ex vicepresidente del dictador peruano Alberto Fujimori expone en el 1º Encuentro del Foro de Madrid, la internacional de la extrema derecha. Por allí pasó Milei (crédito imagen: AFP)

Y es que la ultraderecha, de la mano del partido español Vox, abiertamente franquista, y del cerebro de Donald Trump, Steve Bannon, se viene agrupando en toda Iberoamérica hace años.

¿Milei estuvo en ese encuentro donde las palabras que más se usaron fueron libertad y democracia? Claro que sí. “Vale señalar que el argentino Javier Milei, recientemente elegido diputado y considerado la nueva ‘estrella’ libertaria, no habló porque lo hicieron esperar cuando tenía que hacerlo y dijo que su agenda era muy apretada ‘para tales errores’” (El Foro Madrid y su interpretación de la democracia, por Pedro Brieger – Nodal – 25 de febrero de 2022).

En el encuentro sí habló, desde Madrid, el líder de Vox, Santiago Abascal. Y participaron, entre muchos otros, Ernesto Araújo, ex ministro de Relaciones Exteriores de Bolsonaro y negacionista del cambio climático y el coronavirus; Carlos Sánchez Berzaín, ex ministro de la Presidencia, Gobierno y Defensa de Bolivia durante el mandato de Gonzalo Sánchez de Lozada (primer ex presidente en ir a juicio en Estados Unidos por abusos de derechos humanos y ejecuciones extrajudiciales); María Corina Machado, la política venezolana que participó activamente del golpe de Estado de 2002 en Venezuela, y Álvaro Uribe, ex presidente ultraconservador de Colombia contrario al proceso de paz en ese país.

Hay que destacar que el líder de Vox mantiene contactos con la ultraprocesada Keiko Fujimori, así como con el pinochetista confeso de Chile, José Kast.

“¡Gran primera jornada del 1º Encuentro Regional del Foro Madrid! Ahí donde la Libertad, la Democracia y el Estado de Derecho estén bajo amenaza, estaremos unidos para defenderlos”, exclamaron en la reunión de la variopinta ultraderecha latinoamericana celebrada en un lujosísimo hotel de Bogotá, donde lanzaron una más que anacrónica cruzada “contra el comunismo”, al tiempo que marcaron como las “grandes catástrofes que se avecinan” un posible triunfo del izquierdista Gustavo Petro en Colombia y de Lula da Silva en Brasil.

«Con los dirigentes a la cabeza o…»

En Colombia y Brasil se produjeron esas “catástrofes” a los ojos de la extrema derecha. Pero sobre el final del 2023, el 55% de los argentinos y argentinas les dieron renovadas esperanzas de seguir bregando por sociedades cada día más desiguales. Habrá que ver cómo responde el pueblo argentino. Las cacerolas (e insultos) se hicieron sentir en todo el país. Ahora le toca a los dirigentes. ¿Estarán a la altura?

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