Sputnik V: ahora la quiere hasta Merkel

La campaña de descrédito de la vacuna a nivel local quedó en ridículo hace unos días cuando la biblia de la medicina mundial, la revista The Lancet, dijo que la Sputnik tiene un 91,6% de eficacia. Ahora, la intención de Europa de adoptarla, con Alemania a la cabeza, invita a repensar cierto “periodismo” y cierta forma de hacer “política” en el país

Angela Merkel y Vladimir Putin

¿La vida te da sorpresas? ¿O la ciencia te ofrece certezas?

Cuánto palabrerío vacío e inútil se gastó en papel, en internet, en radios y en canales de TV denostando a la vacuna Sputnik V, mal llamada vacuna rusa, por el hecho de que Rusia está trabajando en más de una vacuna.

Cuánto daño se hizo a tanta gente, infundiéndole dudas y temores en base a mentiras, cuando el Covid-19 sigue infectando y matando y nuestro país espera para marzo/abril el inicio de la segunda ola que, actualmente, está haciendo un daño irreparable en Europa y Estados Unidos.

Cuánta irresponsabilidad.

¿Cuántos de esos “periodistas” y “políticos”, alguno llegando a denunciar al gobierno nacional por envenenamiento, se pararían ahora ante la canciller alemana Angela Merkel para decirle que está por envenenar o, por lo menos, poner en riesgo a la sociedad alemana? Absolutamente ninguno.

Por su parte, totalmente ajena al permanente juego sucio de gran parte de la “prensa” nativa (sí, entre comillas) y de las y los “políticos” de aquí nomás (más comillas), la primera mandataria de la mayor potencia del viejo continente acaba de anunciar que impulsará el aval de la Unión Europea a la vacuna Sputnik V.

Concretamente, la líder alemana ofreció “apoyo técnico para que la Sputnik V sea aceptada por la Unión Europea”.

La canciller afirmó su “disposición a cooperar con Rusia para combatir la pandemia de coronavirus” y, en ese contexto, ofreció “apoyo técnico a Moscú en el proceso de solicitud de autorización ante la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) de la vacuna rusa Sputnik V”.

“Más allá de todas nuestras diferencias políticas actuales, que son de gran importancia, podemos trabajar juntos en el marco de una pandemia, en un terreno humanitario”, explicó Angela Merkel.

Es que la UE y Rusia están fuertemente enfrentados por la represión del gobierno encabezado por Vladimir Putin a los partidarios del líder opositor Alexei Navalny.

No obstante, a la hora de pensar en la salud de la población, Merkel ha dejado eso de lado. De hecho, uno podría remontarse al peor momento de la guerra fría, cuando científicos rusos y estadounidenses trabajaron juntos para crear la vacuna que terminó con la poliomielitis (ver nota De la “vacuna soviética” a la “vacuna rusa”, de ignorancia y prejuicios, en este diario).

Los muy buenos resultados de la Suptnik V, cuyos detalles y su efectividad de 91,6% hace unos días fueron publicados por “la biblia” de la medicina mundial, la revista The Lancet, sumados a las demoras en la entrega de las dosis prometidas a los países europeos por los laboratorios Pfizer-BioNTech y AstraZeneca-Oxford, además de las dudas que han generado en Israel, Noruega y frente a la variante sudafricana de la Covid-19 (en este último caso, la AstraZeneca-Oxford), modificaron sustancialmente la posición de los líderes de la UE.

De hecho, en la Unión Europea ya hubo una deserción. Ante el incumplimiento de Pfizer, el gobierno de Hungría rompió con el gobierno europeo y negoció directamente con Rusia. En tanto, Austria y Eslovaquia “avisaron” que de no mediar un viraje en la política inmunológica seguirían un camino similar; incluso hablaron de Rusia y China.

Merkel dio el puntapié inicial, y hasta llegó a decir que la Sputnik V era “bienvenida” y que Alemania estaba dispuesta a “coproducir” la vacuna con Moscú.

Pero luego de la canciller, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente francés, Emmanuel Macron, se expresaron en el mismo sentido.

Las autoridades rusas ya iniciaron el proceso para la homologación en la Unión Europea de la Sputnik V y esperan un primer examen (de los documentos enviados) para febrero.

En ese marco, Merkel propuso que el instituto federal alemán, Paul-Ehrlich, encargado de la reglamentación de medicamentos, “apoye a Rusia” en su presentación ante la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). “Y si esta vacuna es aprobada por la EMA, entonces podemos hablar de una producción conjunta y también de su utilización”, subrayó.

En los diarios europeos, a partir de las palabras de Angela Merkel y del apoyo que recogió enseguida por parte de la presidencia de la Comisión Europea, de Francia y también de España, se destacó que Argentina fue el primer país en aprobar la vacuna Sputnik V fuera de Rusia.

La fotografía de Alberto Fernández vacunándose cuando incluso la campaña de descrédiro local estaba en pleno auge, fue publicada en todos los periódicos.

Nuestro país, como se sabe, se convirtió además en la puerta de entrada de la vacuna para varios naciones latinoamericanas que no tenían plan de vacunación.

 

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