El fútbol de los sueños rotos de aquellos clubes que desaparecieron

El fútbol de los sueños rotos de aquellos clubes que desaparecieron

La formación de Alumni, club desaparecido, del año 1907

El destino, en su eterno capricho, tiene la osadía de hacer y deshacer a su antojo. En el fútbol, aunque parezca ser ajeno, la mano del destino ha estado presente desde sus orígenes. Valiéndose de una de sus mejores aliadas, la suerte, así como también de la propia responsabilidad del hombre, la historia ha visto surgir y desaparecer equipos en un abrir y cerrar de ojos.

Si de justificar dicha postura se tratase, sería propicio catapultarse por un instante al país donde nuestro querido deporte se originó: Inglaterra. Allí, en 1999, tuvo lugar un hecho de dimensiones épicas que es poco conocido en nuestras tierras.

Se disputaba el último partido de la temporada de la Third Division -el equivalente en Argentina a la B Metropolitana o el Federal A- y dos equipos peleaban por no descender: Scarborough y Carlisle. El primero jugaba de local frente a Peterborough, mientras que el segundo hacía lo propio contra Plymouth. El encuentro en Scarborough había finalizado 1 a 1 y, debido a que en Carlisle el resultado era el mismo, este último estaba condenado al descenso.

Sin embargo, la magia ocurrió: a falta de 10 segundos, el arquero Jimmy Glass tomó un rebote en el área, mandó la pelota al fondo de la red y le dio la victoria y la permanencia a Carlisle. Inmediatamente, los hinchas invadieron el estadio para festejar. El clima en Scarborough, naturalmente, era muy distinto. Los seguidores que seguían el partido por radio vivieron en carne propia cómo su equipo descendía a la cuarta categoría.

La anécdota podría terminar allí, pero lo que le ocurrió a Scarborough trajo consecuencias mortales para el club: tras una serie imparable de descensos y problemas económicos, la institución, que había nacido en 1879, dejó de existir para siempre en 2007. Es así como la mano cruel del destino quiso que el gol sobre la hora de un arquero a préstamo terminase, tiempo después, de sepultar a un equipo con 128 años de historia.

Volviendo a nuestro país, cuyo fútbol fue fundado por británicos -escoceses, para ser más exactos-, se puede encontrar una enormidad de clubes que nacieron y desaparecieron, cuyas historias están empapadas de datos curiosos e interesantes.

El fútbol de los sueños rotos de aquellos clubes que desaparecieron

Viajemos por un instante al auténtico origen del fútbol argentino: el primer torneo, disputado en 1891. Quien ostenta haber sido el primer campeón local es Saint Andrew’s Scots School, que tan solo 3 años después, en 1894, cesó su actividad futbolística. Una historia tan breve como crucial de un equipo que, por ejemplo, inspiró el escudo secundario que utiliza Independiente de Avellaneda. Hoy, muy lejos del fútbol profesional, la institución continúa su camino pedagógico con la Escuela Escocesa y la Universidad de San Andrés.

Saint Andrew’s, primer equipo campeón del fútbol argentino, desapareció tan solo cuatro años después de su fundación

No mucho después, en 1898, entraría en escena Alexander Watson Hutton, un escocés clave en la fundación de la Argentine Association Football League, de la cual fue el primer presidente y que sentó las bases de la AFA. Fue Watson quien también fundó al primer multicampeón del fútbol argentino, Alumni Athletic Club, que cesó su actividad en 1913 pero cuenta con un impresionante palmarés: 18 títulos nacionales y 4 internacionales, todos ellos oficiales.

En Alumni participaban, en enorme mayoría, estudiantes o egresados del Buenos Aires English High School. La falta de recambio de jugadores precipitó, por consiguiente, el desgaste de un equipo que hasta el día de hoy se encuentra en el séptimo puesto de la tabla histórica de campeones. En 1951, fue refundado bajo el nombre de Asociación Alumni aunque lejos del fútbol, para disputar los torneos de rugby de la URBA.

El último partido de Alumni fue una victoria por 2 a 1 frente al Club Atlético Porteño, hoy también desaparecido del fútbol

Pero adelantémonos cien años, puesto que clubes hechos y deshechos durante el amateurismo hay a puñados, para hablar del Club Social y Deportivo Textil Mandiyú de Corrientes, un equipo muy presente en la memoria de todos los futboleros. La institución del noreste significó la primera experiencia oficial de Diego Armando Maradona como director técnico, logró jugar siete años consecutivos en primera división (1988-1995), obtuvo un tercer puesto en 1991 y estuvo a un paso de jugar la Copa Libertadores.

El fútbol de los sueños rotos de aquellos clubes que desaparecieron

Sin embargo, volvió al Nacional B en 1995 y debido a serios problemas económicos no pudo ocupar su plaza en la competición, fue desafiliado de la Liga Correntina y disuelto unos meses después. Tres años más tarde fue refundado por un grupo de hinchas bajo el nombre de “Deportivo Textil” y en 2016 se fusionó con el Club Deportivo Mandiyú, que navega desde entonces por los torneos federales.

Mandiyú se dio el lujo de tener a Diego Armando Maradona como director técnico

Por mencionar otros nombres propios que corrieron la misma suerte, se puede destacar a Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, Lomas Athletic Club -campeón en cinco ocasiones en la era amateur-, Buenos Aires Football Club, Club Atlético del Rosario, Sportivo Palermo y el Club Gutenberg de La Plata, entre tantos otros. A pesar de que en algunos casos continúan con otras actividades, hace largos años han abandonado por completo la actividad futbolística y figuran en la tabla histórica de Primera División.

Por fortuna, y para torcer un poco la dura mano del destino, no siempre es protagonista la desdicha. Tras un final trágico, también pueden ocurrir comienzos felices. Es ese el caso del Club Atlético Piraña, una pequeña institución fundada en 1942 en el barrio porteño de Parque Patricios. Llamado así porque su primer presidente era amigo de Jaime “Piraña” Sarlanga, goleador histórico de Boca que también jugó en Gimnasia, el club se afilió a la AFA en 1961.

Militó en Primera D durante varios años, hasta que en 1978 se consagró campeón y logró el tan deseado ascenso. El año siguiente, ya en Primera C, tuvo la particularidad de cruzarse con Lanús. La temporada para Piraña fue muy floja, sólo pudo ganar 2 de los 38 partidos disputados, y para 1980 retornó a la última categoría. Como si un aluvión hubiera azotado al club, ese nuevo paso por Primera D lo vio último en la tabla y quedó desafiliado por un año. Con problemas económicos al hombro, los directivos decidieron desvincularse de la AFA. El club permaneció cerrado durante tres décadas y el estadio abandonado.

Fue el amor y el impulso de algunos de los que participaron de ese ascenso lo que llevó a que en 2014 el Club Atlético Piraña reabriera sus puertas. Por vía judicial, recuperaron las instalaciones, que se encontraban en un estado deplorable: paredes rotas, techos con agujeros enormes y la cancha convertida en un baldío invadido por maleza y basura. A pulmón, en 2017 el club volvió a competir en el fútbol juvenil por el Torneo de Liga Argentina. Nada les quitará la ilusión de volver a jugar un torneo de AFA en el futuro.

Las humildes instalaciones recuperadas por el Club Piraña en el barrio de Parque Patricios

Historias de amor y tragedia como las anteriores hay a montones. Sueños rotos y también hechos realidad y, como el ciclo mismo de la vida, nacer y morir. Si hay algo que el destino no puede alcanzar es, afortunadamente, la voluntad y la pasión que tantas personas depositan todos los días para sacar adelante a los miles de clubes de barrio que pueblan nuestro país.

Salir de la versión móvil