Profundo dolor en Ensenada por el fallecimiento de Marcelo Pérez

Era presidente del club Astillero, muy vinculado siempre a la empresa naviera. Fue concejal por dos periodos y presidente del bloque Sekista. Murió a causa del covid19

Marcelo Pérez

En el día de ayer falleció de Covid el presidente del Club Astillero Río SantiagoMarcelo Pérez. Tenía apenas 50 años y una dilatada trayectoria en organizaciones políticas y sociales de Ensenada. Fue concejal por dos períodos, presidente del bloque Sekista y hombre de confianza del intendente Mario Secco.

El «Tata» o el «cabezón» como lo conocían sus amigos, tenía un enorme compromiso con el nacionalismo, peronista hasta la médula y siempre comprometido con las causas nobles y con sus compañeros en todos los ámbitos que supo frecuentar. Trabajador de Astillero, como su recordado padre Luis, militó en la agrupación Siglo XXI.

En los últimos años, había dejado de lado su participación en la política institucional para dedicarse de lleno a su pasión principal: conducir los destinos de su querido club, el verde de Ensenada.

La muerte de “el cabezón”, como lo conocían todos, generó gran conmoción entre los trabajadores del Astillero, en el ambiente político local y en quienes se nutren de la amplísima vida social del club ubicado en la avenida Horacio Cestino.

Ayer mismo había sido visitado por el intendente Mario Secco en su habitación de la Clínica de la Comunidad de La Merced y Ferella. También había enviado audios de WhatsApp a diversos amigos en los últimos días, anunciando una mejoría en su estado de salud. Por eso el fallecimiento de Marcelo cayó como un balde de agua helada en todos sus familiares, amigos y allegados.

Marcelo fue un amigo muy querido de 90lineas.com, pues ha escrito artículos muy comprometidos y siempre claros, expresando su filosofía y su forma de ver la política para el bien del prójimo.

El «Tata» era hincha de Boca y también, a la par, de Cambaceres, el rojo de su Ensenada al que siguió siempre y cuando pudo ayudó desde su lugar.

Nos deja un dirigente comprometido con el trabajo, un hombre de bien, un referente político de los que deja su impronta y su huella imborrable. Marcelo vivió durante mucho tiempo junto a su familia, sus padres y sus dos hermanos (Gabi y Ariel) en los monoblocks de 530 entre 18 y 19 para luego sí mudarse a su Ensenada natal donde construyó su vivienda junto a la mujer de su vida, Cristina. 

Se fue una buena persona, un tipo de laburo. Se fue un buen referente político y un enorme dirigente de instituciones de Ensenada. Que descanses en Paz «Cabezón» querido.

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