Por primera vez en 42 años, en Brasil se registró una situación de reversión demográfica. Es decir, hubo más muertes que nacimientos.
El fenómeno se dio durante el mes de marzo en los tres estados del sur del país, fronterizos con las provincias argentinas de Misiones y Corrientes, a raíz de la no-gestión de la pandemia de Covid-19 por parte del gobierno del ultraderechista presidente Jair Messias Bolsonaro, y a la mayor letalidad ya comprobada que produce la variante del virus SARS-COV-2 denominada Manaos, por haber surgido, supuestamente, en esa ciudad de la Amazonia.
Los estados castigados por esta situación, para la cual no hay antecedentes en todo Brasil desde el año 1979, son los de Río Grande do Sul, Santa Catarina y Paraná.
Allí, entre el 1º y el 31 de marzo se registraron 34.459 fallecimientos y 34.211 nacimientos, de acuerdo a los datos brindados por el portal UOL de la Asociación Nacional de Registro de Personas Naturales (Arpen), la entidad de los registros civiles.
La mitad de los brasileños gaúchos, catarinenses y paranaenses que fallecieron en marzo fueron víctimas de Covid-19.
En marzo de 2020, los nacimientos habían superado por más de 13.000 a las muertes: 28.820 contra 15.762. No obstante, en los meses de febrero y marzo últimos los estados sureños fueron los más afectados por el colapso hospitalario, con filas de espera para acceder a una cama.
En ese contexto, incluso intendentes bolsonaristas fueron obligados a imponer cuarentenas y cierres de comercios.
Así las cosas, la letalidad de la variante de Manaos y la no-gestión de la pandemia por parte del gobierno central, que no sólo se sigue negando a tomar medidas de cuidado sino que obstaculiza las que deciden los gobernadores y alcaldes, provocó en el tercer mes de 2021 “un cambio en la composición demográfica de los tres estados del sur de Brasil”.
“El cementerio del mundo”
Justamente en Paraná, Santa Catarina y Río Grande do Sul, el neofascista Jair Bolsonaro obtuvo el mayor apoyo en las elecciones de 2018 que lo llevaron a la presidencia del gigante sudamericano, donde la semana que pasó se produjo la mayor cantidad de muertes en 24 horas a causa del coronavirus: 4.211.
Fue el martes último. Al día siguiente, el influyente diario Folha de Sao Paulo tituló “El cementerio del mundo”, en referencia a Brasil.
Además, volviendo a los tres estados del sur, desde febrero se registran muertes por falta de camas. Con los centros sanitarios totalmente colapsados, se informaron de fallecimientos de personas a causa de coronavirus porque “no tuvieron acceso a una cama de terapia intensiva”.
Brasil marcó el récord en marzo con más de 66.000 muertes por Covid-19, el doble que en julio de 2020, el peor mes del año pasado.
Hoy, el país es el foco mundial de la pandemia, en medio del rechazo del presidente Bolsonaro a las cuarentenas, a pesar de esta segunda ola que está haciendo estragos.
En los últimos días, Bolsonaro dio una improvisada conferencia de prensa rodeado de simpatizantes, donde se rió de que lo llamaran “genocida”. Y, por enésima vez, volvió a minimizar la pandemia.
En ese marco, el jueves 8 de abril, durante una conferencia de prensa, el gobernador de Minas Gerais, Romeu Zema, advirtió que ese estado sólo tiene sedantes para “uno o dos días más”. “El riesgo, por lo tanto, es que los pacientes despierten del coma inducido debido a la falta de analgésicos”, explicó.
Y añadió: “Hoy la situación es crítica, mañana puede que tengamos noticias desagradables en caso de que no se normalice la oferta”, resaltó.
Los hospitales de Belo Horizonte, como todos los de Brasil, se hallan en una situación límite a raíz del incesante aumento de personas que requieren internación en cuidados intensivos.
Este sábado, en tanto, la nación superó los 350.000 fallecidos a raíz de la pandemia. De este modo, se ha convertido en el epicentro global de la enfermedad, acercándose cada día más a los Estados Unidos, aún el país más afectado, pero que ha dado un giro de 180 grados en su política sanitaria tras la salida de Donald Trump de la presidencia.
Bolsonaro puede ser aún “más peligroso”
En un impactante artículo publicado en el diario El País de España, la periodista y escritora brasileña Eliane Brum dijo que “Bolsonaro se va a volver más peligroso si el impeachment (juicio político) no avanza”.
“Brasil y el mundo necesitan prepararse para algo aún peor que el récord mundial de muertes por Covid-19”, advirtió.
“Vamos camino de los 400.000 muertos. Si Brasil sigue así, como advierten varios epidemiólogos, superaremos el medio millón. Y las muertes continuarán. Si este exterminio no es suficiente para mover a quienes tienen la obligación constitucional de promover o apoyar un juicio político contra Bolsonaro, es importante que abramos los ojos ante una gran probabilidad: Bolsonaro es una bestia, acorralado y aislado es casi seguro que se vuelva más peligroso. Es urgente detenerlo antes de que se produzca un horror aún mayor que cientos de miles de muertes”, escribió Brum.
Y concluyó: “que a Jair Bolsonaro no le importa nadie más que él mismo y sus hijos varones, está clarísimo. No duda en poner la zancadilla a quienes le ayudaron a ser elegido y también a quienes le ayudaron a mantenerse en el cargo. No es leal a nadie. Sólo le importan sus propios intereses. Más que intereses, Bolsonaro tiene apetitos. Sólo le importan sus propios apetitos”, puntualizó.