La versión moderna del cuento de la Buena Pipa

Ricardo Dawson expresa:

El Cuento de la Buena Pipa me remonta a la época de mis abuelos y hasta luce pasado de moda, pero nada más gráfico para la relación que la empresa Kiara, tiene con nosotros, en lo que respecta a la entrega de un auto 0 Km. 

Todo se remonta a los últimos meses del año 2013, cuando en la agencia de Camino Centenario suscribimos un plan de Autoahorro, para la compra de un Chevrolet Celta 3 puertas. Eran 84 cuotas y desde el arranque sabíamos que en diciembre de 2020, el plan iba a estar cancelado. Por su parte, Chevrolet sabía que en esa fecha debía entregar una unidad.

En ese lapso de tiempo, las cuotas fueron aumentando sistemáticamente, la empresa descontinuó diversos modelos y así pasamos de un Celta 3 puertas a uno de 5 puertas, luego a un Corsa, luego a un Prisma y por último llegamos al final pagando un Joy Plus.

Salimos sorteados 19 veces para adelantar el retiro del vehículo, cosa que rechazamos por problemas económicos, cosa que dio pie para que desde la concesionaria (no nos consta si era a nivel de la firma o los empleados), nos hicieran ofertas para la compra del plan, por sumar irrisorias.

Hasta que el 5 de diciembre de 2020 pagamos la cuota 84. Después del acto adjudicatorio nos presentamos en Kiara (ahora en 44 y 141), pagamos el cambio de modelo, el flete, el patentamiento, la provisión de accesorios y una actualización de cuota que apareció como por arte de magia. Fue el 22 de diciembre, fecha en que comenzó a regir el plazo de 40 días hábiles que la empresa se toma para entregar la unidad. Allí se nos señaló que después de los 100 días, Chevrolet debia pagar punitorios por el atraso, pero nos aclararon que eso nunca sucedía.

Inquietos en febrero de 2021, empezamos a reclamar la entrega. El 26 de febrero, via whatsap nos informan que el auto ya estaba en la agencia y que estaban a la espera de la documentación, que tardaba una semana más. Por entonces corría el día 42 sin contar fines de semana y feriados.

Pasado ese plazo, nos respondían “estamos en contacto con la fábrica, para que envíen la documentación”, hasta que el 29 de marzo nos dicen que “la documentación fue retirada por una persona ajena a esta concesionaria”, y se nos brindó un 0800 para reclamar en forma directa. El mal trato a través de esta línea es capítulo aparte.

Lo concreto que por errores administrativos los papeles se fueron “de vacaciones” a Tucumán y tardaron en pegar la vuelta, hasta que finalmente el 21 de abril nos avisan que llegó la documentación y que había que firmarla para finalmente patentar el auto.

Mientras al mail llegaba una boleta de 2500 pesos del grabado de autopartes que hay que realizar obligatoriamente y en la AP Mi Argentina ya tenía la cédula azul para conducir un Chevrolet patente AE XXX OO, de la agencia no nos llamaban para retirarlo. Pasó una semana sin que nos respondieran, hasta que el 7 de mayo nos dijeron “el auto está inscripto, pero el registro está cerrado por COVID hasta el 17 de mayo” Será una nueva versión del cuento de la Buena Pipa…

Si vivieran Joe Rígoli y Tino Pascalli terminarían esta historia  con la frase…“un tramitecito más y después, autito para papá….”

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