Por Emilio Augusto Raffo
Luego de conocer los resultados de los comicios de ayer he estado reflexionando y me permito compartir mi parecer mediante estas desordenadas líneas que me brotan desde lo más profundo.
El resultado electoral está a la vista, es contundente y como sucede desde hace más de 50 años no solo es incontrovertible, sino además seguro y transparente a pesar de las arteras denuncias sobre presunción de fraude rápidamente olvidadas por el resultado. Pese a que aún resta hacer el escrutinio correspondiente.
El candidato vencido con la mayor prontitud salió a reconocer el resultado fiel reflejo de la expresión ciudadana.
Seguramente hoy se podrán leer y escuchar enjundiosos comentarios y minuciosos análisis sobre lo acontecido, Lejos está en mi ánimo emularlos.
Solamente quiero señalar lo siguiente:
El peronismo ha sido perseguido procurando su eliminación desde el 14 de octubre de 1945. Encarcelaron a su líder con la idea de que los trabajadores rápidamente se olvidarían de él dando lugar a la histórica jornada del 17 de octubre.
Sus gestiones han sido obstaculizadas con oposiciones brutales para impedirle gobernar, ha sido derrocado y proscripto muchas veces, sus dirigentes perseguidos, encarcelados, fusilados, torturados, desaparecidos y largos etcéteras.
A la vez, creo que es el único movimiento o partido que se ha hecho cargo de todo su pasado. Se hizo cargo de Perón y Evita, de Delia Parodi y Jorge Antonio, de Valle y Cogorno, de Rucci, Firmenich, López Rega, de Herminio Iglesias, de Duhalde, Menem, de Néstor y Cristina incluso de Alberto y de Massa. Del mismo modo se hizo cargo de todos sus errores y se vanaglorió de sus aciertos.
Pero he llegado a una conclusión que quiero compartir humilde y sencillamente con ustedes:
Con todas esas fluctuaciones el Movimiento Nacional y Popular que encabeza el peronismo JAMAS ha ido a arrodillarse y someterse a su vencedor como lo hicieron Macri, Bullrich y Cía. al hoy victorioso Javier Milei y con ellos sus seguidores.
El peronismo estuvo bastante cerca de ganar en primera vuelta. La segunda ronda era tan lejana que era casi imposible. Ahora habrá que apechugar.
Me apena por los trabajadores, por los desposeídos, por nuestros hijos y nietos.
Nuestros mayores nos enseñaron y guiaron con la lucha de la Resistencia a partir de 1955.
Nuestra generación participó de las históricas jornadas del Luche y Vuelve de los setenta.
Dimos lo mejor a partir de 1976. Asumimos y respetamos el pronunciamiento popular de 1983 –como lo hemos hecho siempre- y pusimos el cuerpo en Semana Santa de 1987, en Monte Caseros y en Villa Martelli defendiendo, en definitiva, a los que ayer votaron en contra del peronismo.
Perón nunca confió en ellos. Y creo que nosotros tampoco.
Nos queda poco hilo en el carretel pero no hay que bajar los brazos ni por nuestro pasado, ni por el presente ni por el futuro de todos. Lucharemos y volveremos.