El titular de la UNLP, Martín López Armengol, no es amigo de las frases rimbombantes. Es lógico: tiene sobre sus espaldas a 100 mil estudiantes cursando unas 160 carreras en 17 facultades, cuatro escuelas secundarias, una primaria y un jardín de infantes. En ese contexto, consultado por 90 Líneas acerca de las proyecciones que hacen en algunos ámbitos universitarios del país sobre un posible “cierre” en mayo o para el segundo cuatrimestre a causa de que, por decisión unilateral del gobierno ultraderechista, tienen para todo 2024 el mismo dinero que dispusieron el año pasado, subrayó que “el aumento del 70% en los gastos de funcionamiento que dio el Gobierno no va a alcanzar para todo el año y pronto serán necesarias nuevas actualizaciones”. Así las cosas y aún sin soluciones a la vista, se prepara la gran marcha universitaria para el próximo martes, donde Armengol encabezará la columna de la UNLP
Es inevitable que a aquellos que vivieron el 2001/2002 se les vengan a la cabeza las imágenes de los operarios de las empresas de energía eléctrica, de gas y de agua entrando al Rectorado de 7 entre 47 y 48 y a las facultades con la orden de cortar los servicios. Sí, eso ocurrió en Argentina y, sin ir más lejos, en la UNLP.
“El aumento del 70% en los gastos de funcionamiento que dio el Gobierno no va a alcanzar para todo el año; pronto serán necesarias nuevas actualizaciones”
Recuerdo, como cronista, cuando la ex secretaria de Economía de la Universidad platense, Mercedes Molteni, me confió que en aquel tiempo “cada mes venían al Rectorado a cortar los servicios y teníamos que hacer malabares para que no los interrumpieran”.
¿Recuerdos del futuro?
Sin dudas, aquel fantasma sobrevuela a las casas de altos estudios desde que el Gobierno nacional decidió prorrogar el presupuesto 2023 para el ciclo lectivo 2024, con una inflación del 212% el año anterior y una proyectada para este año que no le irá en zaga.
López Armengol hizo hincapié en que hay que diferenciar gastos de funcionamiento de salarios. “Los salarios de los docentes y los no docentes se definen en paritarias, o bien los define el gobierno discrecionalmente. Pero los gastos de funcionamiento son los que permiten que una facultad o colegio pueda abrir todos los días y dar clases en condiciones. Abarcan desde mantenimiento general del edificio hasta los insumos complejos que utilizan en los institutos y laboratorios de las facultades de Ciencias Exactas, Ciencias Naturales, Astronomía, Ingeniería, entre otras”, describió.
¿Exactas es la casta? Le llegó una factura de $14 millones de luz: el 15% de su presupuesto anual
Así las cosas, el presidente de la UNLP remarcó que “lo que más nos preocupa son los valores de las tarifas de servicios. La última factura de luz tuvo un incremento del 200 por ciento promedio respecto de la anterior”, contó, y adhirió a la “extrema preocupación” que mostró el decano de la Facultad de Ciencias Exactas, Mauricio Erben, luego de que esa unidad académica recibiera una factura de luz superior a los 14 millones de pesos.
Ese monto representa el 15% del presupuesto anual de la unidad académica de 47 y 115. Erben contó que venían pagando casi 4 millones, de manera que la última factura «ha sido una muy terrible noticia que nos pone al borde de poder garantizar las funciones básicas de nuestra facultad«.
La UNLP necesitaría un incremento del 200% respecto de los fondos de 2023
López Armengol detalló: “En septiembre de 2022 definimos el presupuesto que necesitaríamos en 2023. Fue de alrededor de 48.000 millones de pesos (incluyendo sueldos)”.
– ¿Y cuánto necesitarían para 2024?
– “En torno a un 200 por ciento más; no le errás si hablás de 150.000 millones de pesos”, dijo el Rector.
“Ya en diciembre último empezamos a tener dificultades -recordó-, por lo tanto elevamos una carta al Ejecutivo desde el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN, que reúne a todos los rectores de las universidades nacionales). Y desde ese momento no dejamos ni dejaremos de insistir en las gestiones”, puntualizó.
“En la declaración del CIN del 7 de marzo pedimos fondos para, por ejemplo, las becas y los programas de docencia, investigación y extensión. En ese ámbito no dejaremos de trabajar ni un minuto”, apuntó.
“Alivio de corto plazo”
Hace unos días, el gobierno nacional le entregó a las universidades, discrecionalmente, un incremento del 70% para gastos de funcionamiento. “Ese aumento es consolidado hasta diciembre -aclaró el presidente de la Universidad-, de manera tal que representa un alivio a corto plazo”.
– ¿No alcanza hasta fin de año?
– “No, evidentemente no. Seguiremos reclamando, y haciendo la gestión diaria con todos los actores del sistema de educación superior”, enfatizó.
“Hoy dependemos en gran parte de la discrecionalidad del Poder Ejecutivo para enviar los fondos necesarios, con la preocupación lógica de estar ante un cambio de ideología fuerte” respecto de la educación pública en general y de las universidades en particular.
“Este año las universidades estaremos muy pendientes de si el Gobierno decide hacer o no nuevas actualizaciones de fondos”
Salarios que no alcanzan y la simbiosis “UNLP-Conicet”
Respecto de los salarios de los docentes y no docentes, columnas vertebrales de la Universidad, Martín López Armengol dijo que “sin ninguna duda, vienen corriendo detrás de la inflación desde hace tiempo. Los aumentos han sido a la baja”.
Esa es una fuente de conflicto. Son sectores muy combativos. En 1987 estuvieron a un día de paro de que se perdiera el año lectivo. Y en 2018, desfinanciamiento macrista mediante, las huelgas fueron recurrentes, así como las clases en las calles y las movilizaciones. En algunas facultades también estuvieron cerca de perder las cursadas. Es un tema que habrá que ver qué rumbo toma.
Por último, el titular de la UNLP manifestó la “enorme preocupación” que les genera la situación del Conicet, cruzado por los recortes y los despidos.
“Repercute fuertemente en el clima social de la universidad, y es lógico: junto con el Conicet tenemos 27 centros de investigación de doble dependencia (UNLP-Conicet) y muchos de ellos son de triple dependencia (UNLP-Conicet-CIC)”, describió.
“Para nosotros es algo totalmente normal que en un laboratorio de Exactas, por poner un ejemplo, estén trabajando codo con codo un investigador del Conicet y un investigador categorizado de la Universidad; becarios del Conicet y becarios nuestros. Realmente es una situación que nos golpea muy de cerca”, remató.