El Gobierno cerró filas y reafirmó prioridades

El fallo de la Corte sobre la presencialidad en las escuelas porteñas terminó de consolidar al frente oficialista en el inicio de la gira europea de Alberto Fernández que busca cerrar la renegociación de las deudas con el FMI y el Club de París

El presidente Alberto Fernández partió anoche a su gira por Portugal, España, Francia e Italia (Foto Presidencia de la Nación)

El Gobierno no sólo cerró filas, sino que volvió a dejar en claro los objetivos comunes que impulsaron la creación y la victoria electoral del Frente de Todos. Ahora a partir de la presencia de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa, se buscó minimizar las diferencias metodológicas, propias de sus distintas vertientes, para atender las urgencias de una situación apremiante.

Fue un barrio en construcción en Ensenada donde la foto de la unidad, intentó dejar de lado las discrepancias en relación a los subsidios que tomaron estado púbico en los últimos días. Pero luego del fallo de la Corte sobre la presencialidad en las escuelas porteñas se terminó de consolidar la idea de restañar cualquier herida para preservar un frente armonioso que evite un cisma tan peligroso como no deseado.

Pero aún más importante que las declaraciones y el intento de no mostrar fisuras en el escenario montado por Mario Secco para conmemorar los 220 años del vecino distrito, es que fue el propio Presidente el encargado de despejar dudas para marcar la cancha. El  viernes al participar del Consejo Federal Argentina Contra el Hambre remarcó que  «los acreedores deberán esperar», ya que nada nos preocupa más que «el hambre de los argentinos». «Todos deben saber que la prioridad son esos argentinos», que se encuentran en los sectores más vulnerables.

Así el Presidente volvió a dejar en claro cuál es la meta principal en esta etapa de su administración, cuando la segunda ola de Covid está haciendo estragos y al iniciar una gira europea que, entre otros destinos, permitirá un nuevo encuentro con el papa Francisco, que una y otra vez se mostró como un aliado irremplazable para las propuestas de renegociación de la deuda con el FMI y con el Club de París, en un camino ya transitado para encaminar los acuerdos con los acreedores privados.

Partida del presidente Alberto Fernández a su gira por Portugal, España, Francia e Italia (Foto Presidencia de la Nación)

No menos significativas fueron las declaraciones del ministro Martín Guzmán al apuntar a los subsidios energéticos que calificó como un sistema “prorricos», y al plantear la necesidad de focalizar los recursos donde más hacen falta», un objetivo que comparte buena parte de la administración, pero que resulta más sencillo de enunciar que de implementar, lo que generó su disputa con el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, principal responsable de su diseño.

Oficialmente se ratificó que luego del congelamiento dispuesto el año pasado, las subas tarifarias no superarán el 9% a lo largo del año, muy lejos de la inflación presupuestada en 29% y de la estimada por consultoras privadas que no bajan del 40%.

De esta forma quedó jaqueado el equilibrio fiscal que buscaba exhibir el ministro a las autoridades del Fondo Monetario, para cerrar definitivamente este mes el crédito de facilidades extendidas para hacer frente al stand by impagable comprometido durante la administración de Mauricio Macri.

Las nuevas prioridades blanqueadas por el Presidente no difieren demasiado de lo que impulsa Guzmán, sólo que el ministro busca compensar los subsidios, que ya complicaron a la administración de Cristina Kirchner, con una segmentación tan apetecida, como difícil de llevar a la práctica.

Guzmán, afirmó que es «fundamental poder fortalecer la política social, la protección social, la inversión en inclusión», por lo que «se vuelve cada vez más esencial afinar el uso de los recursos del Estado y contar con más recursos para poder llevar adelante políticas de protección social más robustas».

Se busca, como señaló el ministro, no subsidiar a los sectores con capacidad de pago, manteniendo los beneficios a los más postergados, sin dejar de lado la tan apetecida reducción de los desequilibrios fiscales, terreno en que se viene desarrollando un trabajo de orfebrería, no del todo reconocido.

EL FRACASO DE LA PRIVATIZACIÓN

Pero detrás de las diferencias, subsiste un problema mayor, que no pasa exclusivamente por lo tarifario. En la práctica luego de 30 años, la privatización del servicio eléctrico demostró un rotundo fracaso. Como explica Alfredo Zaiat en su columna en el matutino Página 12, «el actual esquema no sirve porque es ineficiente y costoso para el fisco, la población y la estabilidad económica”. En cambio permite inmensas ganancias a los operadores por la administración de un servicio que no amplían y mantienen a duras penas y en gran medida gracias a los aportes estatales.

Desde sectores de la oposición se interpretaron estas diferencias como una descomposición de la coalición oficialista. En cambio el ministro Matías Kulfas destacó que el Gobierno está «trabajando en lograr acuerdos que permitan generar previsibilidad en los próximos meses y reducir la inflación».

Alberto con Kicillof, Massa, y Cristina, en la foto de la unidad de Ensenada

El Presidente no ahorró elogios a Guzmán y describió que «hay una economía que crece, y cada vez que nuestra economía crece empieza la disputa de ver quién se lleva la mayor tajada en ese crecimiento».

«La puja sectorial de algún modo tiene que encontrar un límite, y tiene que encontrar un punto donde solidariamente digamos basta, pensemos en nuestra gente. Terminan pasando la aspiradora los poderosos, se terminan llevando el dinero. No hay dinero que alcance para poner en el bolsillo de nuestra gente si cada vez que ponemos dinero los precios siguen subiendo», enfatizó.

El Presidente subrayó: «Quiero ponerle fin a la puja distributiva, que cada uno se lleve lo que corresponde, sabiendo que hay un 40% que sufre. Tomemos conciencia de lo que pasa en Argentina, del esfuerzo que estamos haciendo», apuntando especialmente a las grandes empresas alimenticias como causantes de los desbordes inflacionarios..

En suma, Alberto una vez más marcó el rumbo planteando una salida que apunta a la recomposición de los ingresos y a un mayor consumo interno, para lo cual resulta imprescindible contener la suba desmedida en los precios, impulsados, entre otras causas, por el fuerte aumento de las materias primas en el mundo, con récords en algunos de los productos que vende el país, que puede desencajar cualquier programa antiinflacionario.

Así Alberto Fernández inicia su gira europea con el anuncio de la reformulación de prioridades, que busca reordenar la tropa, pero sin dejar de lado el desafío de terminar de ordenar definitivamente el complicado endeudamiento externo, que puede generar un alivio adicional.

Sin embargo, al regreso lo espera un cuadro dificultoso, no sólo por el Covid y las complejidades de volver a poner en marcha la producción, sino también evitar un mayor deterioro económico de amplios sectores sociales que necesitan un respiro, imprescindible en este año electoral.
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