Dar testimonio en tiempos difíciles

Rodolfo Walsh

Hoy es un nuevo día del periodista, y comienzo estas líneas saludando a todas las personas que eligieron este modo de vida. Hemos elegido un camino lleno de sin sabores y vivir probando el fruto amargo de lo que otros deciden, diría Benedetti. Somos hombres y mujeres que hemos hecho de la palabra nuestro modo de vida, incluso en un mundo que ha puesto precio a las mismas palabras.

Durante años quienes ejercimos las distintas profesiones de prensa nos encontramos con la realidad de depender de quienes poseían los medios de comunicación. Sin caer en el extremismo de cuestionar la propiedad, pienso en todo lo que hemos soñado un país donde hubiera suficientes lugares para hacer oír nuestras voces. Pero dado que los monopolios han hecho una fiesta a la cual no fuimos invitados, propongo hacer nuestra propia fiesta.

Es lógico pensar que el actual esquema de medios, basado en la concentración, favorece únicamente a un sector minoritario de la población y a sus respectivos representantes políticos. Pero esto va más allá, no sólo hay una intención de favorecer a un sector, sino a un modelo de dependencia y colonización de la opinión, los argentinos podemos recitar los problemas del primer mundo sin saber qué pasa en países que se parecen a nosotros en casi todo.

Del mismo modo, la estructura actual generó que en el interior del país haya pocos medios autóctonos, sometiéndose a la visión de una gran Ciudad que ignora y desprecia lo que suceda más allá de la General Paz. Revertir esta situación requiere pensar a los medios como lo que son, industrias que producen noticieros, series, películas, promueven artistas y manejan nuestras formas de relacionarnos y consumir. No se puede pensar la industrialización si los medios no son pensados de esa forma.

Las reglas de juego han cambiado y la posibilidad de hacer oír nuestras voces es quizás un escenario posible. No voy a caer en la ingenuidad de decir que internet democratiza las voces porque a esta altura sería un delirio, se necesitan políticas públicas para desconcentrar el uso de la palabra, pero está en nosotros hacer uso de la creatividad y de las plataformas para poder contar lo que otros no quieren decir.

En estos tiempos de pandemia vimos en la televisión y las redes a comunicadores llamando a la gente a contagiarse masivamente, festejando el número de muertos e invitando a las personas a envenenarse. Lo que pareciera sacado de un guion de Black Mirror terminó siendo una atroz realidad en la Argentina ¿será hora de volver a pensar en aquel Rodolfo Walsh y el compromiso de dar testimonio en tiempos difíciles?

 Los tiempos de la Carta Abierta a las Juntas Militares han sido superados, pero las injusticias no. Hoy hay una lucha para que las voces se oigan y que la manipulación de las fake news no sea el nuevo pan nuestro de cada día.  Al igual que lo hizo Walsh, hoy quienes comunican deben poder hacerlo para defender a un pueblo y en especial a la vida, ya que hemos visto que lo que los medios concentrados dicen que son sus aciertos son errores, lo que reconocen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades. ¡Feliz día a todos y todas!

    

 

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