Ese country llamado primer mundo

A finales de 2020, a causa de persecución política o religiosa, conflictos, violencia, violaciones de los derechos humanos o eventos que perturbaron gravemente el orden público, había casi 83 millones de refugiados en el planeta, según la ONU. Sólo el 14 por ciento acogidos en países desarrollados. El mundo del 1% cada día eleva más sus muros, convierte mares hermosos en cementerios y acapara las vacunas contra la peste mientras sigue inventando nuevos y embriagadores discursos sobre la libertad, la justicia y los derechos de niños, mujeres y hombres

De acuerdo a datos de ACNUR, la agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los refugiados, a fines del año pasado había 82.400.000 personas desplazadas por la fuerza de sus lugares de origen.

Los niños y las niñas representan el 30% de la población mundial, pero son el 42% del total de las personas desplazadas contra su voluntad.

El mundo del siglo XXI es un gran chiquero. Se sabe. Pero no todos se ensucian las manos. El mismo informe de ACNUR indica que los países en desarrollo (una forma académica de decir países subdesarrollados) acogieron a la gran mayoría de las personas refugiadas en el mundo: nada menos que al 86%.

Los países desarrollados solamente recibieron a 1,4 de cada 10 personas. Como se dijo, más del 40% son niños y niñas de 0 a 17 años que se vieron forzados a abandonar sus países.

La solidaridad de los ricos nunca existió. La solidaridad hacia los pobres siempre provino y proviene de otros pobres. Los ricos han hecho y hacen beneficencia. Y no todos. Pero ya transcurridas más de dos décadas del siglo XXI, la cerrazón de los poderosos ha tocado niveles históricos.

La separación de los niños y niñas inmigrantes de sus padres en los Estados Unidos de Donald Trump no fue un mal cuento de terror, sino una realidad que nos remonta a prácticas medievales.

A propósito de la primera potencia del mundo, la misma que al llegar la pandemia quedó desnuda ante el mundo con sus hospitales sin insumos básicos y sus eternas colas de gentes esperando por un plato de comida, vale recordar que ha tenido una política casi invasiva en Venezuela. No la concretó, pero sí puso en marcha el “plan Cuba”, es decir, un bloqueo económico que terminó de empujar a cientos de miles de venezolanos a buscar otros destinos.

¿Qué países acogieron y acogen a los venezolanos? ¿Los EEUU que profundizaron su crisis? Jamás. “Los emigrantes de Venezuela viajan principalmente a Colombia, donde va el 41,62%, seguido por Perú con el 23,91% (…) y Estados Unidos, el 10,13%” (Expansión / Datosmacro).

En otras palabras, el principal país de acogida, Colombia, es hoy un auténtico polvorín donde se enfrenta la mayor parte del pueblo a militares que lanzó a las calles el presidente ultraderechista Iván Duque, así como a paramilitares que actúan con absoluta libertad. Los asesinatos, la represión y las personas heridas se cuentan de a miles.

El otro país de acogida, Perú, está al borde de un colapso social por la dilación de las autoridades en reconocer oficialmente el triunfo del izquierdista Pedro Castillo en las elecciones del 6 de junio.

Foto crédito: El Comercio de Perú

En tanto, EEUU acogió a 1 de cada 10 venezolanos, una relación que se ubica por debajo de la ya vergonzosa media mundial de los países desarrollados (1,4 de cada 10 refugiados).

Volviendo al informe de ACNUR sobre refugiados a nivel planetario, el informe indica que el 12 por ciento son niños y niñas de 0 a 4 años; el 17/18 por ciento de 5 a 11 años, y otro 12 por ciento de 12 a 17 años.

Entre un 25 y un 27 por ciento son hombres y mujeres de 18 a 59 años (casi en partes iguales en función del género), y el resto, personas mayores de 60 años.

HIPOCRESÍA

Cuando el martes 30 de marzo de este año presuntos traficantes arrojaron a dos niñas ecuatorianas de 2 y 5 años desde un muro de 4,20 metros que separa a Estados Unidos de México en el estado de Nuevo México, no pocos se rasgaron las vestiduras. Pero nadie parece asombrarse de que niños guatemaltecos, hondureños y salvadoreños de 12 a 15 años vivan en EEUU con familiares lejanos o con conocidos de sus familias estudiando de día y trabajando de noche durante jornadas extenuantes (ver ¿El nuevo sueño americano?).

“EEUU ha estado lidiando con un aumento de migrantes que llegan a su frontera sur en los últimos meses”, dice una crónica de la BBC del 1º de abril de 2021. Y sigue: “El número de personas que intentaron cruzar la frontera aumentó en más del 100% entre enero y febrero de este año”.

“Mientras tanto, la cantidad de niños que intentaron ingresar solos a territorio estadounidense incrementó un 61% en el mismo periodo; hasta más de 9.400. Se trata del total mensual más alto desde la primavera de 2019, según las estadísticas compartidas recientemente por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos”, completa la agencia de noticias londinense.

Foto: Entre Fronteras

EL MAR DE SERRAT, EL MAYOR CEMENTERIO DE MIGRANTES

Destinatario de una de las más hermosas canciones en español, el Mar Mediterráneo se convirtió en 2017 en el mayor cementerio de migrantes del mundo.

“Al menos 2.726 personas han desaparecido o muerto en el Mar Mediterráneo tratando de alcanzar las costas europeas hasta octubre de 2017, lo que supone casi la mitad de las víctimas migrantes de todo el mundo”, reseñó en su momento el diario español ABC, dando cuenta de un fenómeno que comenzó a fines del siglo XX pero que fue in crescendo hasta la actualidad.

“Las víctimas mortales en todo el mundo ascienden a 4.526, según un informe publicado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), y el Mediterráneo es, un año más, el mayor cementerio de migrantes y refugiados del mundo. Se sitúa muy por delante de las 462 personas fallecidas frente a las costas del Sáhara y el norte de África, que detentan la segunda posición, con una migración también relacionada con llegadas al continente europeo”, puntualiza la crónica.

Demás está decir que esas son cifras oficiales. Se trata de desaparecidos o muertos registrados por las autoridades de los organismos internacionales. Es sabido que el número real es muy superior, aunque incalculable.

Refugiados (Foto: UDEP)

Niños, niñas, jóvenes, hombres y mujeres que escapan de guerras, de conflictos raciales o religiosos, de hambrunas, detrás de los cuales siempre hay intereses de las grandes naciones del primer mundo, las mismas que después les levantan muros o alambradas de púas o, en el mejor de los casos, los confinan en centros para refugiados en condiciones paupérrimas a esperar eternamente una documentación que en la inmensa mayoría de los casos -tal como lo demuestran las cifras de la propia ONU- nunca llegará.

Es el mundo del 1%, donde ese porcentaje de población acumula más riqueza que el 50 por ciento que se ubica de la mitad para abajo. Las proyecciones más “optimistas” dicen que a fines de esta década el 0,5% podría llegar a acumular lo mismo que el 60/70%.

Dijo el sociólogo brasileño Emir Sader: “Si un mono acumulase más bananas de las que pudiese comer mientras la mayoría de los otros monos mueren de hambre, los científicos estudiarían al acumulador para descubrir qué demonios está sucediendo con él. Pero cuando los humanos hacen lo mismo, nosotros los colocamos en la portada de la revista Forbes”.

 

Foto: El Orden Mundial

 

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