¿Quién le habló? Una llamada urgente sacó de protocolo al Papa (Video)

El Sumo Pontífice habló por teléfono delante de cientos de fieles que esperaban para saludarlo. En tanto, ayer no se exigió presentar en el Vaticano el certificado de vacunación COVID para entrar

El Papa interrumpe por una llamada urgente la audiencia general

Especial (Italia).- Evidentemente no era Dios que ayer llamó por teléfono al Papa Francisco en el momento en que saludaba a los peregrinos y fieles que acudieron a la audiencia general con récord de calor en Italia.

Sucedió en la sala Pablo VI -al final de la audiencia- cuando el Santo padre antes de bajar del altar para dirigirse a saludar a los presentes fue interceptado por un colaborador personal que le dio el teléfono móvil con el cual habló unos segundos.

Si bien no trascendió quién era el interlocutor, el Vaticano sólo se limitó a informar que se trató de una comunicación privada dejando de lado el protocolo eclesiástico.

Será porque en muchas iglesias italianas se prohíbe el uso del teléfono móvil y se puede leer el cartel colgado en el ingreso “Dios comunica de diferentes maneras pero no con el celular” invitando a los fieles a apagar el dispositivo electrónico que llamó la atención de los peregrinos presentes en Santa Marta.

Al final de la llamada, el Papa bajó del altar y saludó a las primeras filas de fieles detrás de las barreras, donde se había formado una pequeña multitud de peregrinos, entre ellos argentinos.

Certificado de vacunación Covid 


Si bien en los Museos Vaticanos el certificado sanitario está en vigor y es obligatorio mostrarlo antes de entrar, hoy en la audiencia general los fieles no tuvieron que presentarlo.
Fue la primera vez que se celebró la habitual misa de los miércoles tras la entrada en vigor del certificado sanitario en Italia, y en el pequeño estado independiente del Vaticano. A causa del récord de calor nunca antes registrado en la península, de 48 grados, la audiencia se celebró en el interior de la Sala Pablo VI y con aire acondicionado.


Por el momento, el Vaticano sigue el régimen que existía antes de la introducción del green pass, más restrictivo en cuanto al porcentaje de personas permitidas en relación con la capacidad máxima, y siguiendo los requisitos ya introducidos en cuanto a la detección de la temperatura, el espaciado y el uso de máscaras.

 

 

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