La tecnología y sus derivaciones laborales

Por Alcides Aguirre y Mariana Moretti (*)

“Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer ni escribir sino aquellos que no sepan aprender, desaprender y volver a aprender” (Alvin Toffler)

En los últimos años hemos dejado de hacer compras de productos y servicios de una manera para comenzar a hacerlo de otra. Por ejemplo, las empresas telefónicas ya no reparten sus guías anuales en papel y nuestras películas y series que alquilábamos en video clubes ahora las vemos por plataformas de “videostreaming” muy populares en la actualidad. Algunos diarios del mundo ya se publican únicamente en formato digital y en la actualidad muchas personas se informan únicamente por portales de noticias en internet.

El sistema de “homebanking” ya establecido algunos años atrás, se ha potenciado por la presencia de empresas denominadas  “fintech” que brindan la posibilidad de realizar compras de bienes y servicios totalmente en formato digital, sin tener que completar trámites en forma presencial. En Argentina y antes que finalice el presente año, el BCRA autorizará el pleno uso de billeteras digitales en combinación con nuestras propias cuentas bancarias. También será posible abrir una cuenta en forma totalmente remota. De algún modo estamos viviendo la  era del consumidor suscripto.

Gimnasios, servicios de salud, productos para mascotas y algunos supermercados son un claro ejemplo de este nuevo hábito de consumo. Esta tendencia comienza con la denominada economía de plataformas profundizada en épocas de pandemia. Esos repartidores en motos o en bicicleta que al principio solamente repartían pizzas y empanadas, ya se han extendido a otros rubros de la economía. En este sentido en algunos foros se habla de este proceso como la “uberización” de la economía. Si bien estos avances pueden ser vistos como destrucción de empleos,m en paralelo también se producen una gran generación de puestos laborales con las denominadas “startups” de base tecnológica que están detrás de estos nuevos consumos diarios.

Este avance tecnológico y sus derivaciones laborales pueden y deben ser seguidos muy de cerca por la legislación nacional a los efectos de proteger a los consumidores y las trabajadores y trabajadoras de estas nuevas modalidades de trabajo. Es muy necesario que nuestro país promueva y genere espacios participativos capaces de generar informes técnicos de seguimiento y evolución de las nuevas tecnologías que afectarán nuestra vida diaria. A nivel mundial, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) hace un seguimiento de la evolución de estas nuevas relaciones laborales y dicta recomendaciones al respecto.

En definitiva los niños en jardín de infantes o  primaria todavía no saben en qué y de qué trabajarán al graduarse. No sabemos cómo será el futuro, pero podemos desarrollar habilidades y capacidades que permitan adaptarse a los cambios e innovaciones.

(*) Alcides Aguirre y Mariana  Moretti, secretario y directora de la cátedra libre de la UNLP Teletrabajo y Sociedad

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