Industria nacional, arte obrero y fe popular

Este año 2022 se cumplirán 17 años del final de una obra muy especial por el detalle que requirió: la fabricación de las cruces de la Basílica de Luján en el Astillero Río Santiago. Setenta técnicos y operarios emplearon 15.000 horas de trabajo. Y donaron la mano de obra

Industria nacional

La cruz construida en el Astillero Rio Santiago

Industria Nacional.- Quienes vayan a (o pasen cerca de) la Basílica de Nuestra Señora de Luján, el templo religioso más visitado del país, a falta de guías turísticos deberían saber que las cruces que coronan las dos torres son producto de la conjunción perfecta de industria nacional y arte obrero. Fueron colocadas hace casi 17 años tras ser fabricadas por 70 técnicos y obreros del Astillero Río Santiago de Ensenada (ARS), en lo que fue un auténtico trabajo artesanal que insumió nada más y nada menos que 15.000 horas de labor.

Se trata de réplicas exactas de las cruces originales, que después de ser colocadas en el año 1926, el 13 de junio del 2000, a las 23:20, comenzaron a decir adiós tras la tremenda caída de la cruz de hierro y bronce del lado izquierdo de la Basílica.

Producto del óxido de la estructura por falta de mantenimiento, cayó desde 110 metros de altura. No provocó daños al templo. Y, milagrosamente, nadie pasaba cerca en ese momento.
La cruz, nominada como “Cruz Occidental”, se incrustó en la escalera de ingreso al templo, sobre el lado izquierdo (vista de frente).

Tras la caída de una de las cruces se procedió a bajar la otra por prevención. Y el 23 de junio del 2000, diez días después del accidente, llegaron al Astillero para ser reparadas. No obstante, luego de haberse estudiado a fondo el trabajo por efectuar, se decidió realizar réplicas exactas y enviar las originales, acondicionados, al Museo de Luján.

Cinco años más tarde, el 31 de agosto de 2005, el ARS llevó a cabo la entrega de las cruces.

Fueron, como detallan en el Museo de Ciencia y Técnica Naval de la emblemática empresa, 15.000 horas de trabajo de 70 técnicos, supervisores y operarios, quienes “donaron la mano de obra”.

Hoy, las cruces del templo al cual cada año (con excepción del actual, demás está decirlo) peregrinan alrededor de 1.500.000 fieles católicos, en la que representa una de las manifestaciones de fe más imponentes e importantes del mundo, “también son un símbolo del esfuerzo de cada uno de quienes trabajaron para esta obra, así como de la capacidad que los argentinos tenemos cuando nos proponemos funcionar en equipo para el bien común”, subrayaron en el Astillero.

La cruz cuando se derrumbó

Una de las cruces tiene la imagen de la Virgen de Luján, mientras que la otra luce una imagen mariana. Ambas pesan aproximadamente 1.400 kilogramos. Su altura es de 9 metros y su ancho de 4,80 metros.

En el Museo del ARS detallaron que “la estructura principal de las cruces es de perfiles y chapas de acero pintadas de color negro mate. Parte de la ornamentación es de acero y el resto, de láminas de cobre. También se les realizó un baño de oro”.

“Para realizar la tarea, una obra única por su especificidad, el Astillero Río Santiago conjugó dos características difíciles de encontrar simultáneamente en una organización productiva: capacidad industrial y aptitud casi artística del personal que intervino”, realzaron en la empresa.

La cruz con la virgen en la basílica de Luján en el ARS y todos los obreros contemplándola

Como se indicó en el Museo ubicado en Ensenada, la idea inicial fue que una de las cruces fuese reparada y luego exhibida en el Museo de Luján, y que la otra volviera a ser colocada en la torre correspondiente de la Basílica una vez que se hayan mejorado todas sus piezas.

Pero los resultados de los estudios técnicos realizados determinaron que lo conveniente sería construir réplicas de ambas cruces, destinándose las dos originales al Museo de la ciudad donde se levanta la histórica Basílica.

“Con paciencia de orfebres y con profundo amor, durante más de 1.900 días se fabricaron las réplicas, detalladamente y con la guía de los planos de plantillado y el relevamiento realizado por Luis Micelli, de la oficina técnica”, contaron.

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