Milli Vanilli: la mayor estafa de la historia de la música

La codicia sin fin de algunos productores musicales ha escrito capítulos lamentables a lo largo del tiempo, pero hubo uno que superó todos los límites y terminó en tragedia

Los Milli Vanilli no solamente quedaron en el recuerdo como el mayor fiasco de la música pop, sino que protagonizaron un hecho demoledor: fue la primera vez en la historia que se le quitó un premio Grammy a un artista

Puede fallar. Decía el capo cómico Jorge Guinzburg parodiando al mentalista e hipnotizador argentino Tusam, luego de que su hijo casi se ahoga en una prueba que televisó Canal 9 en el año 1990. Lo mismo habrá pensado el inescrupuloso productor musical alemán Frank Farian, cuando su “máquina de hacer dinero” llamada Milli Vanilli, un dúo de cantantes y bailarines pop que llegaron a vender 7 millones de copias de su segundo disco y a recibir un premio Grammy, quedó expuesta ante más de 20 mil personas cuando se trabó la grabación sobre la que siempre hacían playback.

Pero esta historia tuvo, a la larga, un final trágico, ya que uno de los miembros del dúo no soportó el escarnio público y terminó quitándose la vida.

 

Rob Pilatus y Fab Morvan, los integrantes del dúo Milli Vanilli

En los años 80, cuando en Estados Unidos se enterró a la juventud politizada y contestataria de los 70, comenzó en el mundo occidental una época nefasta (con el tiempo, quizás veamos a la actual con peores ojos, pero para comprobar eso habrá que esperar…). El desembarco del ultraliberalismo en el país norteamericano de la mano de Ronald Reagan (1981-1989), así como en Gran Bretaña con Margaret Thatcher (1979-1990), también enterró la ética en casi todos los terrenos: hacer dinero era el objetivo, y el camino, a cualquier costo.

Una tierra fértil para hacer fortuna con una escasa inversión era la música comercial. Y muchos productores lo sabían. Comenzó, de ese modo, una invasión de grupos y solistas que a la larga dieron forma a lo que se llamó one-hit wonder, en referencia a los cantantes o grupos de un solo éxito. Pero a ese hit se lo exprimía hasta que no diese un centavo más por saturación.

¿Quién recuerda otro éxito del grupo Kaoma que no sea la Lambada? ¿O de Baltimora más allá de Tarzan Boy? ¿O de Sandra, si no es María Magdalena? Y así podríamos llenar páginas.

Pero Milli Vanilli, aunque era difícil pensar en una carrera larga para este dúo tan pero tan producido, parecía pintar para más de un éxito. Y de hecho tuvieron un par antes de que la grabación fallara en pleno “recital”. Sin embargo, el modo en que nació el dúo ya dejaba dudas a granel.

 

Frank Farian ganó gran reputación en el mundo de la música pop como productor del súper exitoso grupo Boney M (en la foto, en un estudio de grabación junto con dos de sus integrantes). Si bien no todos los miembros de la formación cantaban, quienes lo hacían suplían cualquier carencia. En el caso de Milli Vanilli, ninguno de los dos sabía cantar (crédito imagen: futureworldboneym)

El manual del éxito fácil

El inicio de los “olvidables” 90 puso a todos a bailar al ritmo de Milli Vanilli. El dúo, integrado por el alemán Rob Pilatus -hijo de un soldado afroestadounidense y una alemana- y el francés de raíces caribeñas Fab Morvan, se presentó en sociedad en 1988 con su primer álbum, titulado All or Nothing (Todo o nada).

El primero era bailarín de breakdance y futbolista amateur, y el segundo, modelo. El productor germano Frank Farian, reconocido por su trabajo con el súper exitoso cuarteto Boney M en los 70 y 80, necesitaba dejar esos años atrás e inventar una nueva máquina de hacer dinero. Y vio el camino en la unión de Rob y Fab. Con una gran diferencia: ninguno sabía cantar.

El disco Girl You Know It’s True (Chica, sabes que es cierto), de 1989, llenó los bolsillos de los bailarines y falsos cantantes. Pero sobre todo los de Farian, la discográfica, los canales de videos musicales (que en ese tiempo comenzaron a conocer la gloria con la cadena MTV a la cabeza) y un largo etcétera. Vendió 7 millones de copias a nivel mundial y les valió el premio Grammy a mejor artista revelación en el año 1990.

…Y falló

Rob y Fab lograron pasar inadvertidos en Europa. Las dudas empezaron cuando llegaron a EEUU y, ya en la primera conferencia de prensa, algunos notaron un extraño acento en el inglés de los integrantes del dúo. Pero como no es raro que cuestiones así se subsanen al cantar, pasó.

Para esto, Farian había perdido un poco el control sobre Rob y Fab, quienes, embebidos por la fama y los millones, comenzaron a moverse en forma más independiente.

Hasta que el 12 de noviembre de 1989, durante un show en Connecticut, la cinta sobre la que el dúo siempre hacía playback “tuvo la mala idea” de trabarse en el estribillo ante más de 20 mil espectadores. Fue el hundimiento del Titanic.

Para colmo, lejos de intentar algo para proteger a sus representados, poco tiempo después el productor reveló en una conferencia de prensa en Nueva York que ninguno de los Milli Vanilli cantaba, que ni siquiera sabían tararear, ni en vivo ni en estudio. Reveló que las voces eran de cinco cantantes reales, incluyendo una mujer, pero al parecer no lo suficientemente guapos y carismáticos para la industria de «hacer dinero a toda costa».

Los Milli Vanilli reales eran cinco, uno de ellos, una cantante. En la foto, cuatro de los que grababan las voces en los estudios

Ese lamentable episodio se dio en medio de un fuerte enfrentamiento entre Farian y los miembros de Milli Vanilli, quienes querían hacer sus propias canciones y cantarlas ellos. Pero como el manager presumía que si hacían eso no sólo no ganaría plata sino que posiblemente perdería, decidió enterrarlos públicamente.

Así las cosas, los Milli Vanilli, que a nivel publicitario eran una auténtica fábrica de billetes y que ya tenían numerosos clubes de fans en decenas de países, no solamente quedaron en el recuerdo como el mayor fiasco de la música pop, sino que protagonizaron un hecho demoledor: fue la primera vez que se le quitó un premio Grammy a un artista.

Pero la historia todavía guardaba un capítulo. Trágico.

Fab y Rob grabaron su propio álbum -ya distanciados de Frank Farian-, que en todo EEUU apenas vendió 3.000 copias. En tanto, el productor alemán intentó salvar “su” ropa lanzando un disco de Milli Vanilli con los 5 cantantes que habían interpretado en estudio las canciones originales: fue un rotundo fracaso.

Fue en ese momento cuando Fab Morvan se dedicó a organizar eventos y a conducir un programa de radio. Pudo superar el trance. En cambio, Rob Pilatus no lo logró. Cayó en las drogas duras y hasta en el delito. Fab acudió en su ayuda y le pagó tratamientos para las adicciones. No hubo caso. El 2 de abril de 1998, Pilatus murió por una sobredosis en un hotel de la ciudad alemana de Frankfurt.

Girl You Know It’s True (Nena, sabes que es cierto – Milli Vanilli – 1989)

Girl You Know It’s True – Concierto fallido

Pista extra.- Girl I’m Gonna Miss You (Nena, te voy a extrañar – Milli Vanilli – 1989)

 

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