La economía crece, pero con asignaturas pendientes

La particular coyuntura internacional genera oportunidades enormes para el país. Sin embargo, la pérdida de poder adquisitivo de amplias franjas de la población no sólo genera pulseadas políticas, sino también una incertidumbre capaz de opacar un futuro que puede ser brillante

El precio de los alimentos genera incertidumbres que opacan buenos resultados económicos

El gobernador bonaerense Axel Kicillof dio días atrás -y quizás sin darse cuenta de sus implicancias- en el clavo del intríngulis en que se encuentra sumergida no sólo la coalición de gobierno, sino también toda la Argentina y su dirigencia.

«No conozco ninguna transformación profunda que se haya hecho de arriba hacia abajo, los únicos que pueden transformar el sistema de salud son sus trabajadores, es desde abajo», dijo Kicillof y arengó: «Que la transformación del sistema de salud surja desde el pueblo y para el pueblo». Toda una declaración acerca de la voluntad transformadora del Ejecutivo bonaerense, esa misma propuesta que atrajo al electorado en el 2019 y que de a poco, por razones tanto internas como externas, perdió tanto parte de su atractivo como de su empuje.

Y es precisamente esa voluntad transformadora la que el Gobierno debe mostrar en estas horas difíciles donde, más allá de los buenos resultados de la economía, se busca empañar y ridiculizar la gestión del oficialismo y del propio Presidente, tanto desde la oposición como desde los factores de poder conservador, con la Corte Suprema de Justicia como ariete indiscutible.

Pero esa voluntad transformadora no sólo se debe enunciar, sino también implementar con propuestas imaginativas (como afirmábamos en una nota anterior), juntando fuerzas para concretarlas, llegado el caso confrontar y -no menos importante- comunicar adecuadamente.

Si algo caracterizó al peronismo, más allá de la participación de los trabajadores en los ingresos del país producto de una mejor distribución, fue su voluntad transformadora con importantes avances tanto tecnológicos como científicos, con el apoyo decisivo del Estado, que permitió el desarrollo de ramas industriales de avanzada, luego dejadas de lado tras el golpe de la “Libertadora”, en el ´55.

Fue esa característica innovadora la que guió no sólo la gestión del primer peronismo, sino también al kircherismo, con hitos significativos como la recuperación de YPF, de Aerolíneas Argentinas, además de retomar el control del dinero de las AFJP (un multimillonario negocio financiero que sólo beneficiaba a la gran banca en su mayor parte extranjera y que se llevaba las multimillonarias utilidades fuera del país a costa de los jubilados).

Por estas horas después de un nuevo “tractorazo” motorizado por los sectores más recalcitrantes del campo, se vuelve más urgente que nunca volver a poner sobre la mesa de debates la cuestión agropecuaria, en un país que está en franco crecimiento y en el que se están planteando posibilidades inmensas en el muy corto plazo. Sólo por mencionar algunas, los multimillonarios recursos que ingresarán apenas esté terminado el gasoducto de Vaca Muerta, pero también los proyectos en vías de desarrollo de la explotación de litio, sin contar con la iniciativa de hidrógeno verde en Río Negro, que ya está generando inversiones de una empresa australiana por más de 8.000 millones de dólares, o la posible exploración de hidrocarburos en la plataforma continental.

Pero incluso a nivel de producción agropecuaria se está a un paso de dar un salto de niveles impensados a partir de un acuerdo con Israel que permitirá el desarrollo de uso y administración del agua para distintos cultivos en zonas desérticas o con escasez del virtal elemento.

LOS LATIFUNDIOS

Es decir que Argentina tiene el potencial para un desarrollo impensado en el corto plazo, que está condicionado por complicaciones objetivas, como es la subsistencia de inmensos latifundios dedicados casi con exclusividad al cultivo de soja y que complican cualquier acuerdo negociado de cara al futuro.

En muchos casos esos grandes latifundios son la herencia de la vieja oligarquía terrateniente nacida de la eliminación lisa y llana de la población originaria a la que se suma ahora inmensas extensiones adquiridas por empresarios extranjeros como Luciano Benneton, propietario de 900.000 hectáreas en la Patagonia, lo que equivale a algo menos de la mitad de la provincia de Tucumán, el fundador de la CNN Ted Turner, o el multimillonario inglés amigo de Macri ,Joseph Lewis, que tiene casi secuestrado el Lago Escondido en la provincia de Río Negro.

Según una investigación de Maia Jastreblansky reproducido por el portal Chequeado.com más de 12,5 millones de hectáreas (es decir una superficie equivalente a la mitad dela provincia de Misiones) se encuentran en manos de extranjeros, de las cuales casi dos millones son de firmas radicadas en paraísos fiscales. Lo cierto es que mientras el gobierno de Cristina Fernández buscó limitar el desembarco foráneo en tierras argentinas, Cambiemos hizo modificaciones para atraer inversiones y decidió “liberar las tranqueras” territoriales, se asegura también en ese trabajo.

La Argentina tiene 266.711.077 hectáreas de tierras rurales con posibilidad de explotación agropecuaria, ganadera, vitivinícola o minera. Es 15 veces la superficie total de Uruguay, nueve veces la superficie de Italia o cinco veces la superficie de España. De acuerdo con datos del Registro Nacional de Tierras Rurales (RNTR) un 5,57% de ese territorio rural argentino hoy está en manos de extranjeros.

Esa acumulación en pocas manos de inmensas superficies aptas para el cultivo sumada a una concentración impiadosa de la producción alimenticia explica en gran medida el desborde de los precios de lo que comemos, que en lo que va del año treparon 20,9%, por encima del 16,1% de la inflación en general, golpeando particularmente a los sectores de menores recursos.

En el Gobierno hay preocupación por el impacto que ya tuvo la inflación en el bolsillo de los sectores de menores ingresos. La Canasta Básica Total mostró en marzo un incremento del 7%, con una aceleración respecto al mes previo y un porcentaje por encima de la inflación del período. Por otro lado, la Canasta Básica Alimentaria desaceleró al 6,5%, acumulando 20,9% en el primer trimestre. Ante esa dinámica, los analistas anticipan un impacto en los números de pobreza e indigencia.

Según informó Indec, durante el tercer mes del 2022 una familia «tipo», conformada por dos adultos y dos niños, necesitó ingresos por $89.690 para cubrir la Canasta Básica Total

No extrañó, entonces, que el secretario de Comercio Interior Roberto Feletti iniciara una ronda de reuniones con las siete empresas formadoras de precios de productos alimenticios para regular la nueva etapa de lo que ahora se denomina +Precios Cuidados. Participaron representantes de las empresas Molinos, Arcor, Unilever, Mondelez, Danone, Mastellone y Nestlé, durante la cual se cuestionó una reducción del nivel de cumplimiento del programa en capital federal y los partidos del Conurbano, aunque las empresas mostraron gráficos donde intentaron explicar que lejos de haber disminuido, creció la producción y distribución de sus productos a las principales bocas de expendio.

La reunión se enmarca en la visita de la plana mayor de la Unión Industrial Argentina al presidente Alberto Fernández y el ministro Martín Guzmán para tratar de convencer al empresariado acerca de los buenos resultados del rumbo de la gestión.

ECONOMIA EN ALZA

Por estos días el Gobierno está en condiciones de exhibir a partidarios y críticos que la economía mantiene su dinamismo y se encamina, salvo hechos imprevisibles, a tener su segundo año consecutivo de crecimiento, algo que no se registraba desde el bienio 2010/2011.

Según el Indec la actividad económica creció en febrero 1,8% respecto al mes anterior, un 9,1% interanual y en el acumulado del año alcanza a 7,0%, que viene a sumarse al 10,3% del 2021. Si bien no se espera que este ritmo se mantenga, es casi seguro que se cumplirá el objetivo de tener dos años seguidos de crecimiento.

También la creación de empleo está en alza, aunque aún, la pérdida del poder adquisitivo de los salarios es del 22,9% promedio desde noviembre de 2017 y en el caso de los trabajadores informales, la caída real alcanza el 33,7%, según un informe de la Consultora LCG.

Otros datos económicos no son menos auspiciosos, como indicó la Consultora OJF en marzo se registró un crecimiento de la inversión de 14,1% interanual medido en términos de volumen físico (sin contar el efecto de la inflación), acumulando para el primer trimestre del año un crecimiento de 14,7%. En la medición en dólares, se estima una inversión de u$s 7.263 millones mensuales.

EL CLIMA SOCIAL

Aun así el clima social en las calles es de extrema tensión, lo que explica buena parte de las demandas del kirchnerismo de profundizar la distribución de los ingresos, medida sin la cual consideran que el oficialismo no tendrá chances en las elecciones del 2023, no sólo para mantenerse en el poder, sino también para frenar el regreso triunfante del macrismo, elemento que aglutinó a las distintas vertientes del Frente de Todos .

Lo cierto es que más allá de estas diferencias fundamentales a la hora de establecer una estrategia para combatir la inflación y recuperar los ingresos de la población, incluidos los sectores medios que suelen volcar el resultado de las urnas, la demanda de esta hora pasa por encontrar los vasos comunicantes que revitalicen la única herramienta electoral con que cuenta la población para evitar un regreso a las peores prácticas de un pasado no tan lejano.

 

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