Otro nefasto título de Clarín

"Discriminación al revés" ¿cómo al revés?

POR ADRIANA ESPOSTO

Por definición, al revés significa “de forma contraria a lo normal, habitual o esperado”. Discriminación al revés titula el gran diario argentino para relatar que un pibe rubio, de ojos claros, de clase alta y con apellido famoso fue golpeado por “Tincho”. Nada más contundente que esa declaración de principios atrapada en una semántica de tres palabras.

Esas mayúsculas no condenan la agresión per se. Esas mayúsculas no repudian el hecho por la violencia que lleva impresa. Esas mayúsculas no intentan, siquiera, hacer un mínimo análisis del clima social en general ni del micromundo que constituyen las salidas de los boliches en particular. Lo jodido de esas mayúsculas no es lo que dicen, sino lo que no dicen. O lo que es peor, lo que dicen entrelíneas pero a casi a gritos. Si Clarín dice que allí hay algo al revés es porque entiende, definitivamente, que debería estar al derecho. Y vaya paradoja en ese maldito juego de palabras, que el derecho para Clarín es que si hay que trompear a alguien sea por negro y pobre. Tan naturalizado tiene el megadueño de la hegemonía mediática nacional el hecho de que cagar a palos a cualquier morocho sin guita es moneda corriente, que sin una pizca de pudor, pone en tapa la reivindicación de ello, destacando que en este caso sucedió de forma contraria a lo normal. A lo habitual. Al revés.

Como era de preverse, ya hay detenidos por el hecho. Y, por supuesto, es celebrable que la justicia actúe con semejante celeridad. Pero en absoluta coherencia con las mayúsculas de ese titular, allí también sucedió algo contrario a lo esperado. Si la mandíbula rota hubiese sido la de un pibito de Laferrere por interponerse en el camino de algún rubio con billetera gorda, es probable que, tanto la justicia como los titulares en mayúsculas se preguntaran si el pibito hizo algo. Porque la tez oscura es la pollera corta de cualquier pibe de barrio. De esos que, como decía Galeano, no tienen cara sino número y no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.

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