La argentina que sobrevivió a tres catástrofes navales

Nació en el campo del sur bonaerense a finales del siglo XIX. Fue la primogénita de un matrimonio de inmigrantes irlandeses. A los 13 años enfermó y los médicos le dieron “tres meses de vida”. De regreso en Gran Bretaña, a los 20 empezó a trabajar como camarera de a bordo. Sobrevivió, prácticamente por milagro, a tres de las tragedias navales más impactantes. No obstante, recién dejó de navegar a los 63, cuando volvió a la vida campestre. Una historia imperdible

Alice Constance Jessop nació cerca de Bahía Blanca en 1887, de una pareja de inmigrantes irlandeses que cuidaban ovejas (crédito imagen: Ruiz-Healy Times)

Titanic Olympic Britannic

Por Carlos Altavista

Violet Constance Jessop debe haber sido una niña feliz. El 2 de octubre de 1887 llegó al mundo en un campo del sur de la provincia de Buenos Aires, muy cerca de la ciudad de Bahía Blanca, donde su padre William Jessop y su madre Katherine Kelly, dos inmigrantes irlandeses, se dedicaban a cuidar ovejas. Violet fue la primogénita de nueve hermanos; seis, de acuerdo a otras versiones.

Uno la imagina corriendo y jugando con sus hermanos entre los animales y la naturaleza. Hasta que, al llegar a su primera adolescencia, enfermó gravemente. Sus padres la llevaron al Hospital Británico de Buenos Aires, donde los médicos les dieron una horrenda noticia: tenía tuberculosis y no le quedaban más de tres meses de vida.

Como último recurso, se mudaron a la provincia de Mendoza. Cambiar de aires era “un remedio muy recetado” en aquellos tiempos para quienes sufrían patologías relacionadas con el aparato respiratorio. Cuestión que los vientos de la cordillera curaron a Violet. “Un milagro”, sentenciaron los doctores.

Violet Constance Jessop (Bahía Blanca, 2 de octubre de 1887 – Great Ashfield, Reino Unido, 5 de mayo de 1971 (Crédito imagen: Reddit)

Quien falleció poco después por otros motivos fue William, el padre de la familia. Así las cosas, en 1903, la mamá de Violet decidió volver a Gran Bretaña con sus hijos. Violet tenía apenas 15 años.

Se instalaron en Londres, donde la madre de Violet comenzó a trabajar en la Royal Mail Line, una prestigiosa compañía naviera que para entonces tenía 65 años de vida. No obstante, la joven Violet pronto supo lo que era “ponerse una familia al hombro”. Su mamá enfermó y ella tomó su lugar en la naviera con 20 años de edad. Desde entonces se desempeñó como camarera de alta mar. Lo que no sabía era que sortear la tuberculosis en Argentina, contra todos los pronósticos médicos, apenas había sido el primer paso de una vida lisa y llanamente increíble.

Una línea de buques marcada por la tragedia

Cuando en la película Titanic (1997) el joven Jack (Leonardo Di Caprio) le dice a Rose (Kate Winslet) que le haría juicio a la White Star Line, la naviera que había construido la lujosa embarcación, muchos espectadores pensamos que estaban utilizando un nombre de ficción.

En absoluto. La White Star Line fue una gran empresa inglesa que nació en 1845 en la ciudad de Liverpool, a la cual ingresó en 1910 Violet Jessop en busca de un mejor trabajo, pues en la Royal Mail Line le pagaban poco a cambio de extenuantes jornadas laborales.

Violet con su ropa de enfermera de la Cruz Roja, que usó a bordo del Britannic, hundido en la Primera Guerra Mundial (crédito imagen: BBC)
La línea de «barcos hermanos o gemelos» que construyó la naviera White Star Line estuvo marcada por la tragedia: el Titanic y el Britannic (foto) se hundieron y el Olympic chocó y se salvó de milagro. En los tres trabajó Violet Jessop (crédito imagen: BBC)

La compañía ya estaba trabajando en la construcción del barco más grande del mundo, el Olympic. Éste fue el primero de tres buques de pasajeros que se fueron superando en diseño, tamaño y lujos, conocidos en la jerga naval como “los barcos hermanos (o gemelos) de la clase Olympic”, ya que eran iguales entre sí, a no ser por las dimensiones.

De hecho, en el medio de una auténtica carrera por el tamaño que parece haberse disputado en esa época, el Olympic salió a los mares en 1911 ostentando el galardón de ser -por 30 metros de diferencia con su principal rival- el más grande del mundo. Y lo hizo con Violet a bordo.

Edward John Smith fue capitán del Olympic y del Titanic, junto con el cual se hundió. A la izquierda, en la película de 1997. A la derecha, foto real (Crédito imagen: Twitter)

El “milagro” del Olympic

El 20 de septiembre de 1911, el Olympic chocó frente a la costa inglesa con el Hawke, un buque de guerra de la Marina Real de las Fuerzas Armadas Británicas. El entonces más moderno y lujoso barco del planeta sufrió severos daños: dos enormes agujeros en el casco y una hélice rota.

Increíblemente pudo mantenerse a flote y recorrer la distancia que lo separaba de la costa inglesa, concretamente del puerto de la ciudad de Southampton.

“Yo quería seguir en el Olympic, pero…”

Muy lejos de amedrentarse, Violet manifestó su intención de seguir trabajando a bordo del Olympic. Sin embargo, a principios de 1912 la naviera ya tenía a punto caramelo al primer hermano del Olympic. Se trataba de un buque más grande, más moderno, más lujoso y, sobre todo, más seguro, al punto que lo llamaban “el insumergible”. Su nombre: Titanic. ¿Su capitán? Edward John Smith, el mismo que el año anterior estaba al mando del Olympic. Cosas del destino.

Crédito imagen: Titanic Wiki

“Mis familiares y amigos, embelesados con el Titanic, me dijeron que yo tenía que estar en ese barco. Fue así que pasé a trabajar como camarera en el más grande y lujoso buque de la historia hasta entonces”.

El Titanic partió rumbo a Estados Unidos el 10 de abril de 1912 desde el puerto de Southampton, el mismo al que un año antes llegó de milagro el averiado Olympic. Lo hizo con 2.223 personas a bordo: 1.324 pasajeros y 899 tripulantes. Sólo 23 mujeres formaban parte de la tripulación. Entre ellas, Violet, que entonces tenía 24 años.

Salvó su vida y la de un bebé

En sus memorias, que sus sobrinos publicaron en 1998 -un año después del furor de la película-, la joven argentina contó: “Me ordenaron que subiera a cubierta, donde los pasajeros aún paseaban tranquilos. Junto con las demás camareras observamos cómo las mujeres se aferraban a sus maridos antes de que las metieran en los botes salvavidas con sus hijos”.

“Pasó un tiempo, hasta que un oficial nos ordenó abordar el bote 16. ‘Demuéstrenle a las mujeres que es seguro subirse a los botes’, nos dijo”. Desde la borda, a Violet le arrojaron literalmente un bebé. Lo tomó en brazos y lo cubrió con el chaleco salvavidas para que no muriera de frío.

Cuando los 705 sobrevivientes fueron rescatados por el barco Carpathia, una mujer le arrebató el bebé a Violet sin mediar palabra. “Al parecer, lo había dejado sobre la cubierta del Titanic para ir a buscar algo, y cuando regresó no lo encontró”, recordó. Un oficial lo habría levantado al verlo solo allí y se lo arrojó a la joven camarera.

El Titanic chocó contra un iceberg a las 23,40 del 14 de abril, y terminó de hundirse dos horas y cuarenta minutos más tarde, ya en la madrugada del 15. Fue el naufragio más famoso de la historia.

Los sobrinos de Violet publicaron sus memorias en 1998, al año siguiente del estreno de la película (crédito imagen: BBC)

Los supervivientes fueron llevados a Nueva York, incluida Violet y la pequeña Eva Hart, de 7 años de edad, quien falleció a los 91 y fue la última pasajera con recuerdos de la tragedia. En Eva se inspiró en gran parte el personaje de Rose Dawson, interpretado en la película Titanic por la actriz Kate Winslet, como contamos en la nota que puede leerse aquí.

No hay dos sin tres

¿Violet se buscó un tranquilo empleo en una oficina? Para nada. Siguió trabajando como camarera de a bordo para la empresa White Star Line, la cual construyó el tercer buque de la línea Olympic, bautizado Britannic.

El Britannic fue botado en mayo de 1914, pero jamás estuvo dando paseos. La Marina Real británica se lo apropió para utilizarlo como buque hospital durante la Primera Guerra Mundial. Fue así que el 21 de noviembre de 1916 iba por el Mar Egeo, con una pequeña tripulación y en busca de heridos. Violet, ahora, viajaba como colaboradora del cuerpo de enfermeras de la Cruz Roja.

Los ingenieros de la compañía naviera diseñaron al Britannic a partir de las enseñanzas que dejaron el Olympic y, sobre todo, el Titanic, de modo que debía ser un buque más seguro. En fin, eso fue lo que dijeron.

Aquel día, cuando la embarcación circulaba por un canal que bordeaba las islas griegas, se topó con una mina submarina alemana.

El mayor “milagro” que protagonizó Violet

El bote salvavidas en el iba la joven argentina quedó destrozado, al igual que otros. De manera tal que Violet tuvo que tirarse al mar. Se golpeó la cabeza y se desvaneció, pero alguien logró tomarla de su larga cabellera y la subió a otro bote.

Tiempo después, contó cómo se hundió el Britannic: “Bajó un poco la cabeza, luego un poco más abajo y aún más abajo. Toda la maquinaria de cubierta cayó al mar como si fueran juguetes de niño. Luego dio un salto temeroso, la popa se alzó a cientos de pies en el aire hasta el último rugido y desapareció en las profundidades; su ruido yéndose a través de las aguas fue de una violencia inimaginable”.

El barco se hundió en 50 minutos, casi dos horas más rápido que su antecesor, el Titanic. Murieron treinta miembros de la tripulación.

El Britannic, hermano del Titanic y el Olympic, se hundió en el Mar Egeo en apenas 50 minutos cuando hacía de buque hospital en la Primera Guerra (crédito imagen: The Magacin)

Violet Constance Jessop se asustó. Dijo basta. No. Siguió trabajando a bordo de distintos barcos hasta los 63 años. Recién entonces se retiró a vivir en la campiña inglesa.

En 1971, cuando tenía 84 años, falleció a causa de una afección cardíaca.

Hasta hoy se la conoce como “Miss inhundible” o “La reina de los barcos hundidos”. Apodos poco halagüeños. Pero… “las cosas como son”, dicen algunos.

Violet falleció en 1971, a los 84 años, por una afección cardíaca

Fuentes consultadas: BBC, Wikipedia, National Geographic, ABC

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