Joe Lewis, Benetton y Cía, radiografía de un país privatizado

Mientras los grandes medios y sus satélites se indignan y generan indignación en la población cuando un grupo de familias indigentes se asientan en un terreno fiscal de la Villa 31 de Retiro, desde hace unos 30 años el país está a la venta. Casi el 40% de sus mejores tierras se hallan en manos de latifundistas extranjeros y locales, mientras el 40% de los argentinos no tiene casa ni terreno

Joseph Lewis es dueño de 38.000 hectáreas: Bahía Dorada, Lago Escondido, la concesión del Cerro Perito Moreno y el Proyecto Laderas, en Río Negro. Encarna la sexta fortuna de Inglaterra. Es fundador y propietario del Grupo Tavistock, que aglutina inversiones en más de 600 corporaciones propias o a las que se asocia a través de diferentes acuerdos comerciales, como por ejemplo Pampa Energía, de la que es accionista (créditos: Unidiversidad y Polos Productivos Regionales)

A febrero de 2023, la sociedad argentina llegó hiperfragmentada; el tejido social está totalmente deshilachado. Pero ese es tema de otra nota. Como lo es la incomprensible polarización política entre millones de ciudadanos que viven situaciones análogas y hasta idénticas en muchísimos casos. En ese contexto, el caso del magnate británico Joe Lewis, su apropiación de Lago Escondido y su banda de matones encapuchados corrió el velo de una comunidad nacional que, mientras era entretenida con la falsa grieta, máquinas retroexcavadoras buscando oro (como en La casa de papel) y un sinfín de river-bocas para tontos, fue llevada a una situación de desigualdad que no se recuerda desde los años 30.

Cuando la senadora por la provincia de Santa Cruz, Ana María Ianni, presentó el proyecto de ley para declarar delitos de lesa humanidad (imprescriptibles) los fusilamientos de 1.500 trabajadores rurales del sur hace cien años -en los hechos conocidos como la Patagonia trágica o la Patagonia rebelde-, alguien le preguntó al Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, si la presentación no era extemporánea. Respondió: “No estamos aquí hablando de pasado. Estos son temas de una actualidad estricta. El problema fueron y siguen siendo los intereses económicos, la propiedad de la tierra”. Hay cifras escalofriantes que confirman y potencian las palabras del luchador por la paz.

A esa sociedad nacional tan desigual como hace un siglo se la puede partir en dos mirando los ingresos: el 50% es pobre. O bien se la puede describir poniendo la lupa sobre la tenencia de la tierra (como bien hizo Pérez Esquivel): aproximadamente 65 millones de hectáreas de la Argentina, en torno al 40% de la superficie del país, están en manos de 1.200 personas/empresas/desconocidos; en tanto que el 40% de la población nativa no tiene casa o un terreno baldío donde caerse muerta. Ello ocurre ahora mismo.

¿Por qué personas/empresas/desconocidos? Pues porque casi el 40% del territorio nacional está en manos de particulares, de empresas declaradas, o de sociedades offshore radicadas en paraísos fiscales.

Joe Lewis

Como en el siglo XIX o hasta la década del 30 del siglo XX, el magnate británico Joe Lewis se maneja con patotas para amedrentar y echar a quienes quieren acceder a Lago Escondido. Para colmo, las tierras de Lewis, como las de otros latifundistas, limitan con Chile; un absoluto despropósito (crédito imagen: Actualidad RT)

La conquista de un “desierto” poblado

Este fenómeno arrancó con el robo a sangre y fuego de las tierras del sur a las poblaciones originarias de la mano de Julio Argentino Roca. Estas fueron repartidas entre familias de la aristocracia local y escrituradas en la Casa Adolfo Bullrich y Cía. (de los Bullrich de toda la vida), que en ese entonces también “ubicaba” en las mansiones de las familias porteñas que lo pidiesen a indios y chinas sobrevivientes de la mal llamada campaña del desierto y de las torturas posteriores, a fin de que se encarguen de las tareas domésticas.

Pero el violento proceso de concentración de la tierra nacional en pocas manos tuvo un fuerte giro hacia la extranjerización durante la segunda década infame (años 90, 2001 y demás). Eso llevó a una situación de la cual hasta pareció sorprenderse la propia BBC de Londres, que al igual que la agencia francesa France 24 le dedicó un extenso informe al tema.

“El Congreso de Argentina se prepara para discutir la llamada Ley de Tierras, un proyecto legislativo que pretende regular la venta de terrenos rurales a extranjeros. El proyecto contempla la creación de un Registro Único Nacional de Tierras Rurales, ya que en la actualidad se desconoce con exactitud cuántas de las 206 millones de hectáreas de uso rural están en manos foráneas”, dice el artículo de la BBC fechado el 3 de junio de 2011 y titulado “Benetton, uno de los dueños de la Patagonia argentina”.

Joe Lewis

Entre 1921 y 1922, el ejército, la policía y los paramilitares de la Liga Patriótica fusilaron a 1.500 peones rurales de la Patagonia por hacer huelgas pidiendo reivindicaciones mínimas. Así, la burguesía terrateniente «domesticaba» a todo aquel que quisiera desafiar su modelo de sociedad y de país (crédito imagen: Historia y Biografías)

El Registro Nacional de Tierras Rurales (RNTR) se creó mediante la ley 26.737, y es el sitio que puede consultarse en la web para saber que mientras 65 millones de hectáreas (casi 40% de las tierras argentinas) están en manos de poco más de 1.200 propietarios, casi el 40% de los argentinos y argentinas “no tenemos un pedazo de tierra o vivienda propia…” (“Listado de los terratenientes de la Patagonia argentina” – Luis Vázquez – 28/02/2020 – Polos Productivos Regionales).

El 11 de mayo de 2018, Maia Jastreblansky graficó en Chequeado.com que “las tierras en manos de extranjeros representan 622 veces la superficie de la Ciudad de Buenos Aires”. En un exhaustivo artículo, indicó que “la Argentina tiene 266.711.077 hectáreas de tierras rurales con posibilidad de explotación agropecuaria, ganadera, vitivinícola o minera. Es 15 veces la superficie total de Uruguay, 9 veces la superficie de Italia o 5 veces la superficie de España. Según datos del Registro Nacional de Tierras Rurales, dependiente del Ministerio de Justicia de la Nación, un 5,57% de ese territorio rural argentino hoy está en manos de extranjeros. Son 12.520.826 hectáreas, equivalentes, por ejemplo, a casi la mitad de la provincia de Misiones o a 622 veces la Ciudad Autónoma de Buenos Aires” (NdR.- Jastreblansky se centra en “tierras rurales”)

Opinó que “la problemática es compleja y no tiene una única solución. Mientras que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner buscó limitar el desembarco de foráneos en la Argentina, la gestión de Mauricio Macri fomenta (en ese entonces el amigo de Joe Lewis gobernaba el país) la llegada de inversores extranjeros y considera que para ello es necesario ‘liberar las tranqueras’ territoriales”.

En el siguiente mapa publicado por el RNTR se destaca que «en ninguna provincia se supera el límite del 15% a toda titularidad de dominio o posesión de tierras rurales por parte de extranjeros» como establece la ley 26.737/2011. Pero lo que queda claro es que en todo el territorio nacional hay tierras en manos de particulares o empresas foráneas, incluso de sociedades offshore radicadas en paraísos fiscales

RNTR

A nuestro entender, el peronismo kirchnerista fue demasiado laxo poniendo un tope de 1.000 hectáreas para la compra por parte de extranjeros -pues la ley, para colmo, no tuvo carácter retroactivo-, mientras que el gobierno de la alianza Pro-UCR-CC abrió las tranqueras de par de par, como las abrió para las importaciones y para la entrada y salida de divisas sin control alguno: un gran país convertido en un gran paraíso fiscal.

De acuerdo a un estudio elaborado en base a información del RNTR por Daniel Godoy y Gina Chechele, del Instituto de Estudios y Formación de la CTA, un total de 1.877.885 hectáreas están en manos de empresas radicadas en paraísos fiscales. De ese número, el 45,4% pertenece a firmas suizas; el 34,7% a uruguayas; el 8% a sociedades de Luxemburgo; el 3,9% a panameñas; el 3,6% de Liechtenstein, y el 3,4% a firmas de Andorra. En buen criollo: no se sabe quiénes son sus dueños.

¿Un dato de color (negro)? Esas casi 2 millones de hectáreas en manos de vaya a saber quién o quiénes supera la suma de las superficies de Liechtenstein, Bahamas, Islas Caimán, Barbados y las Islas Vírgenes Británicas, o sea, cinco de los más afamados enclaves offshore (Land Portal, 10/03/2021).

“Al sur del Sur, justo donde se termina el mundo y empieza el paraíso, los millonarios del tercer milenio encontraron su lugar. La Patagonia argentina se convirtió durante la última década en la Meca de los hombres más ricos del planeta, un pequeño grupo de magnates que compraron allí su edén particular” (La Patagonia Vendida – Gonzalo Sánchez – Ed. Marea, 2006)

La ley 26.737/2011 dispuso que las tierras en manos de extranjeros no pueden superar el 15% a nivel nacional, provincial y departamental. Por nacionalidad, a su vez, no pueden superar el 30% de ese 15%. Como se dijo, la norma “no afectó derechos adquiridos”, como las 900.000 hectáreas de Benetton en el sur, el lago natural que se apropió Joe Lewis y tantos otros casos que ya repasaremos. “Actualmente hay 50 distritos en offside, que superan los límites que impone la ley”, puntualiza el informe del IEF-CTA.

Joe Lewis

Un local de Benetton en Europa. En sus estancias patagónicas y bonaerenses, la empresa posee 260.000 cabezas de ganado ovino que producen hasta 1.300.000 kilogramos de lana, todo lo cual es enviado al viejo continente (crédito imagen: mundo franquicia)

¿Cuáles son las localidades con mayor nivel de extranjerización del país? No. No están en el sur. Son salteñas. El 58% de San Carlos, un área declarada “lugar histórico nacional” en los Valles Calchaquíes, es de propiedad extranjera (en su mayor parte de una firma con domicilio en Uruguay), y el 57% del también salteño departamento de Molinos igualmente se halla bajo dominio foráneo (sus principales dueños son estadounidenses). La página del RNTR dice que les siguen General Lamadrid, en La Rioja, con el 57% en manos extranjeras; Lácar, en Neuquén, con el 53%, y Campana, en la provincia de Buenos Aires, con casi el 51%.

Sur… y después

“De acuerdo a los datos proporcionados por el Censo Nacional Agropecuario de 2008, en las provincias patagónicas hay 501 establecimientos agropecuarios de más de 20.000 hectáreas (latifundios), distribuyéndose de la siguiente manera: Tierra del Fuego 17, Neuquén 29, Río Negro 74, Chubut 181, Santa Cruz 200. Estas cifras no indican necesariamente el número de terratenientes que hay en la Patagonia, pues existen personas físicas y/o jurídicas que tienen varios latifundios. Además, no todos los latifundios de la Patagonia son establecimientos agropecuarios, pues los hay turísticos, inmobiliarios, mineros o para ocio de sus propietarios”, subraya Luis Vázquez en Polos Productivos Regionales, para remarcar que “los datos del Registro Nacional de Tierras Rurales (…) no son fidedignos” pues “están por debajo de lo que se puede demostrar con documentos públicos”.

El listado de los dueños de la Patagonia lo encabeza el Grupo Benetton (Italia) con 900.000 hectáreas, seguido por la Familia Menéndez con 750.000 hectáreas. La familia Menéndez no es otra que los Menéndez-Braun-Reynal, propietarios de La Anónima SA (uno de los dueños de los precios de los alimentos argentinos), protagonistas centrales de las matanzas de 1.500 obreros rurales en la Patagonia trágica de 1919-1922, y encargados de dar a luz a los primitos Marcos Peña Braun, jefe de Gabinete entre 2015 y 2019, y Miguel Braun Cantilo, secretario de Comercio en ese periodo.

Joe Lewis

Administradas por la Compañía de Tierras del Sud Argentino, el Grupo Benetton tiene las estancias Caleufu (Neuquén), Pilcaniyeu, San Pedro, Cañadón Blanco, Etido, Colonia Maitén y el intento de usurpación de Huanhué (Río Negro), El Maitén, Leleque, Fofocahuel, Firtihuín, Lepá, Esquel y usurpación de campos vecinos (Chubut), Coronel y El Cóndor (Santa Cruz)

Luego aparecen Estancia María Behety (domicilio en Río Grande, Tierra del Fuego) con 767.000 hectáreas que incluyen “el galpón de esquila más grande del mundo”; Grupo Walbrook (Gran Bretaña) 600.000 hectáreas; Lázaro Báez (Argentina) 470.000 hectáreas; Familia Sapag (Neuquén) 420.000 hectáreas; Grupo Heilongjiang Beidahuang (China) 330.000 hectáreas; Familia Pérez Companc (Argentina) 290.000 hectáreas, esta familia que creció en forma impresionante en los 70 y fue una de las tantas beneficiadas con la estatización de las deudas privadas por parte de la dictadura -junto con los Macri y un largo etcétera- posee una cantidad de tierras similar a las del sur en la pampa húmeda y otros lares.

Familia Zingoni-Arze (Argentina) 250.000 hectáreas; Familia Ochoa-Paz (Argentina) 180.000 hectáreas; Familia Larminat-Montalembert (Argentina) 170.000 hectáreas; Minera Vale (Brasil) 160.000 hectáreas; Somuncura Patagonia SA (Francia) 155.000 hectáreas; Rabino Elimeir Libersohn (EEUU) 140.000 hectáreas; Gold Corp (Canadá) 130.000 hectáreas; Trillum Corporation (EEUU) 125.000 hectáreas; Grupo Burco (Bélgica) 85.000 hectáreas; Ted Turner (EEUU) 56.000 hectáreas; Joseph Lewis (Gran Bretaña) 38.000 hectáreas que incluyen Lago Escondido… Vale aclarar que nos hemos saltado muchos de la lista de los 100 principales dueños de la Patagonia.

Es interesante que haya sido la periodista Verónica Smink, de la BBC, quien le preguntó a los Benetton: ¿Para qué tanta tierra? Y la empresa, a través de voceros y por escrito, respondió que «todas las actividades que se desarrollan en las estancias son de tipo productivo», al tiempo que se esmeraron en aclarar que muchas de las cientos de miles de hectáreas que poseen en la Patagonia son de “muy baja receptividad, por eso es importante analizar los emprendimientos agropecuarios no por la cantidad de hectáreas sino por la calidad y receptividad de las tierras”. Ahora sí…

La empresa textil italiana tiene cuatro estancias en el país, tres en la Patagonia y una en la provincia de Buenos Aires. Figuran a nombre de la Compañía de Tierras del Sud Argentino, poseedora de 260.000 cabezas de ganado ovino que producen hasta 1.300.000 kilogramos de lana, todo lo cual es enviado a Europa. En la firma quisieron destacar que “emprendimientos como este han generado cientos de puestos de trabajo, tanto directos como indirectos”. Cientos…

Joe Lewis

Las huelgas patagónicas terminaron en una masacre sin precedentes. Pasaron 100 años y el sistema de tenencia de la tierra no sólo se ha mantenido en el país, sino que ha comenzado a extranjerizarse (crédito imagen: Décima Sinfonía)

Ahora se comprende mejor porqué entre 1910 y 1914 no le permitieron a Ezequiel Ramos Mexía colonizar la Patagonia (con una provincia cordillerana y la unión de todas las ciudades sureñas mediante el ferrocarril para lanzar desde allí un plan de industrialización nacional). O porqué desoyeron a Carlos Pellegrini, el más lúcido industrialista argentino, quien a finales del siglo XIX les dijo a los terratenientes que había que usar las pornográficas utilidades del “granero del mundo” para desarrollar la Nación al estilo de EEUU. Es que el proyecto “para toda la vida” fue mantener a la Argentina como un país de economía primaria con algunos viviendo muy pero muy bien y la inmensa mayoría “tirando” o ni siquiera eso. En el siglo XX comenzó la domesticación de todo lo que se opusiera a ese destino. Y en el siglo XXI, el objetivo parece ser la institucionalización de la desigualdad.

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