Luis Ciaccia y la mayor locura del fútbol argentino

En el campeonato de fútbol argentino de 1962, un habilidoso wing derecho de Gimnasia y Esgrima La Plata hizo una jugada que no podían creer ni sus compañeros ni los hinchas del Lobo. Un asado y un traje de bombero, en el fondo de esta bellísima historia

Luis Ciaccia

De la Redacción de 90 Líneas.- Hay muchas cosas imposibles. Pero en la vereda azul y blanca del fútbol platense, hay una que ocupa por lejos la cima del podio, particularmente entre los que superaron los 70 años y acunan recuerdos imborrables del Gimnasia del 62, aquel equipo que dio a luz al “Lobo del Bosque” y que estuvo a un paso de ganarles el campeonato a Boca y River, algo impensable en aquellos tiempos. Hablamos de la que muchos definen como “la mayor locura del fútbol argentino”.

Vamos al grano. Es decir, al Cilindro de Avellaneda, donde Racing recibía al Lobo dirigido por el maestro Adolfo Alfredo Pedernera, quien había moldeado a aquel equipo a su imagen y semejanza, lo que es mucho decir si hablamos de uno de los mejores jugadores de nuestra historia, conductor natural de La Máquina riverplatense de los años 40.

Gimnasia era favorito por su gran fútbol y su enorme presente, aunque jugar contra Racing en su cancha no era para flojitos. Cuestión que el 25 de septiembre, albicelestes y albiazules se vieron las caras en el marco de la 17º fecha (vale aclarar que en aquellos tiempos los torneos argentinos eran bastante ‘normales’: 15 equipos que poco después pasarían a ser 20, todos contra todos, primera y segunda rueda e iban los hinchas visitantes).

El local salió a la cancha con Osvaldo Negri en el arco, Rubén Bertulessi, Norberto Anido, Federico Sacchi y Juan Mesías en defensa, Anacleto Peano y Jorge Marchetta en el medio, y Jaime Ramírez, Pedro Mansilla, Rubén Sosa y Raúl Belén en ataque.

El Lobo alistó a Carlos Minoián en la portería, Walter Davoine, Pedro Galeano, Domingo Lejona y José Marinovich en defensa, Carlos Bayo y Héctor Antonio en mediacancha, y Luis Ciaccia, Alfredo Rojas, Francisco Bayo y Oscar Gómez Sánchez en la delantera.

Daniel Carlos Bayo, hermano del goleador Francisco Bayo, contó que Gimnasia venía jugando en un gran nivel, de manera que a nadie sorprendió que a los 15 minutos del segundo tiempo estuviese 3 a 1 arriba, pese a que Racing abrió el marcador “desde el vestuario”, a los 2 minutos de iniciado el partido, el cual fue dirigido por el recordado Miguel Comesaña.

El delantero albiceleste Rubén Sosa aprovechó un pase corto de un defensor del Lobo al arquero Minoián, “robó” la redonda e hizo estallar a la hinchada racinguista.

A los 33, Alfredo Rojas capitalizó una asistencia de Francisco Bayo y marcó la igualdad. Pero el Lobo era más que Racing y, nueve minutos más tarde, fue el propio Francisco Bayo quien cambió por gol un claro penal de Sacchi a Rojas, por lo que Gimnasia se fue al descanso 2-1 arriba.

A los 15 del segundo, otra vez Rojas, esta vez con un perfecto cabezazo tras un centro de Davoine, alargó distancias: 3 a 1.

El Lobo del 62, uno de los mejores equipos de la historia. Abajo -primero desde la izquierda-, Luis «Loco» Ciaccia

¿4 a 1? Nada de eso

El partido entró en una meseta, donde Racing quería pero no podía y Gimnasia manejaba bien los tiempos. Hasta que llegó la mayor locura del fútbol nativo.

En aquel tiempo se jugaba con wines, algo parecido a los extremos de hoy en día, aunque más pegados a la raya de cal. Y el wing derecho del Lobo era el santafecino Luis Gregorio Ciaccia. Para todos, el Loco Ciaccia, por las “locuras” que hacía fuera y dentro de la cancha.

Habilidoso como pocos, en un momento se hizo con el balón a la altura del mediocampo, enfiló hacia el arco defendido por Negri y gambeteó a un rival, a dos, a tres. Lo esperaba el arquero, a quien también gambeteó, para dirigirse hacia el arco vacío con el balón dominado.

Los hinchas del Lobo ya estaban gritando el gol, al igual que los compañeros de equipo de Luis. Pero él decidió que ese jugadón no finalizaría en gol. Cuando llegó a la línea paró la pelota, se sentó sobre ella un par de segundos (que parecieron siglos), y cuando los defensores de Racing se acercaron a la carrera volvió hasta el mediocampo gambeteándolos a todos.

Nadie daba crédito a lo que había visto. Ni los hinchas de ambos clubes, así como tampoco los restantes 21 jugadores, el árbitro y hasta el DT albiazul.

El partido terminó 3 a 1 y Gimnasia siguió peleando mano a mano el campeonato contra los dos más grandes del fútbol argentino, Boca y River.

Un asado y un Loco Bombero

En el vestuario, Adolfo Pedernera le preguntó: “¿Qué hiciste?”. La respuesta fue tan natural y simple que desató las risas de todos: “Mire Maestro… Es que jugué un asado a que ganábamos 3 a 1, así que si convertía el gol perdía la apuesta”.

Increíble pero real. Y hermoso. Una anécdota que habla de otros tiempos y de otro fútbol. Pero la bronca de los hinchas cuando sentían que les mojaban la oreja era la misma de siempre, y como los de Racing tomaron la actitud de Ciaccia como una cargada, el Loco tuvo que salir del estadio camuflado con una traje de bombero.

Aquel campeonato finalmente lo ganó Boca con 43 puntos, tras una definición para el infarto con River, subcampeón con 41. Gimnasia terminó tercero con 38.

Muchos años después, entre aquellos nostálgicos del Lobo del 62, solía haber diferencias “por culpa” del Lobo del 96, obra de otro maestro, Carlos Timoteo Griguol. “Se parece al Lobo del 62”, tiraba uno en la popular del Bosque. “Igualito”, subía un escalón otro hincha. “Para mí, este equipo es mejor”, se animaba un osado. Pero ese es otro cantar.

Luis Gregorio «Loco» Ciaccia (6 de enero de 1936 – 12 de julio de 2019)
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