La verdadera historia de la icónica falsa-foto de la dictadura

La foto de un “policía bueno” supuestamente abrazando a una madre de Plaza de Mayo en 1982 se volvió emblemática. Gran parte de la prensa local la usó para hablar de pacificación. La fotografía recorrió el mundo y recibió importantes premios. Todo fue falso. No hubo abrazo. Y el policía era un sanguinario represor que murió en 2021 cumpliendo una doble condena por delitos de lesa humanidad

En su desesperación, Susana Leguía se abalanzó sobre el represor Gallone, quien durante una milésima de segundo le puso la mano en la cabeza. Esa escena, que duró menos que un suspiro, alcanzó a ser captada por la cámara del fotógrafo Marcelo Ranea, de la agencia Diarios y Noticias. El resto es historia conocida (Crédito imagen: Vía País)

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Agencia Télam / Redacción 90 Líneas

En octubre de 2022 se cumplieron 40 años de una de las mayores mentiras montadas por la maquinaria propagandística de la dictadura cívico-militar. Seguramente, muchos recuerdan la emblemática foto de “un policía bueno abrazando a una madre de Plaza de Mayo”. Esa fotografía fue utilizada por los principales medios de prensa del país para hablar de “pacificación”; dio la vuelta al mundo y hasta ganó múltiples premios. Absolutamente todo fue falso.

El policía, llamado Carlos Enrique Gallone, de bueno no tenía un pelo. Era un feroz represor que en 2008 fue doblemente condenado por delitos de lesa humanidad: en un caso a prisión perpetua y en otro a 25 años. Y es que fue protagonista de la conocida como Masacre de Fátima, en Pilar, donde el 20 de agosto de 1976 se fusiló a 30 personas por su militancia política o social y luego se destrozaron los cadáveres con explosivos. Gallone murió en prisión en 2021, a los 76 años.

Y la madre de Plaza de Mayo, Susana Leguía, jamás lo abrazó. Ella le estaba reprochando que no la dejara pasar, junto a otras madres y ciudadanos en general, para participar en Plaza de Mayo de la denominada Marcha por la Vida, que los organismos de derechos humanos habían convocado para el 5 de octubre de 1982 y que el gobierno dictatorial había prohibido.

En su desesperación, Leguía se abalanzó sobre Gallone, quien durante una milésima de segundo le puso la mano en la cabeza. Esa escena, que duró menos que un suspiro, alcanzó a ser captada por la cámara del fotógrafo Marcelo Ranea, de la agencia Diarios y Noticias (DyN). El resto es historia conocida. Lo que no es tan conocido es que todo lo que sugiere la fotografía fue falso, y que la secuencia de imágenes que así lo demuestran, tomadas por el reportero Jorge Sánchez de la Agencia Télam, fueron censuradas. Y Sánchez y su familia amenazados de muerte.

Izquierda, la situación real reflejada por Jorge Sánchez. Derecha: La madre de Plaza de Mayo se abalanza sobre el represor, quien le pone su mano en la cabeza durante una milésima de segundo (Crédito imágenes: Télam)

“Por su bien y el de su familia”

El reportero gráfico Alejandro Amdan fue secretario de redacción de la sección fotografía de Télam durante 22 años. Se jubiló hace poco. Él también fue a cubrir la Marcha por la Vida de 1982. Y contó: “Recuerdo todo con detalles. Me acuerdo de ver toda la secuencia. Y la foto que representa lo que pasó es la de Jorge (Sánchez)”, afirmó.

Tras un exhaustivo trabajo de investigación, periodistas y fotógrafos de Télam recuperaron las copias de los negativos en el inmenso archivo que tiene la agencia pública de noticias. En rigor, se trata de seis fotogramas que revelan que no hubo abrazo de Susana Leguía ni empatía alguna por parte del represor. El material fue guardado con códigos y fechas distintas para, precisamente, evitar que se lo encuentre fácilmente.

Foto censurada a Jorge Sánchez por el interventor de la agencia Télam en octubre de 1982 (Crédito imagen: Télam)
Foto censurada a Jorge Sánchez por el interventor de la agencia Télam en octubre de 1982 (Crédito imagen: Télam)

Jorge Sánchez contó el momento que tuvo que vivir aquel 5 de octubre de 1982 al llegar a la agencia luego de cubrir el evento, y lo que le ocurrió tres días después (el tremendo relato da una idea acabada de la delgadísima línea que separaba la vida de la muerte durante el imperio del terrorismo de Estado).

“Cuando el jefe de fotografía de aquel momento vio la foto, la subió a la redacción. Allí la rebotó automáticamente el interventor de la agencia, que era el coronel Rafael De Piano, relató Jorge Sánchez, para agregar que “él pidió todos los negativos y los guardó. Después me llamó a mí a su despacho y me dijo: ‘Esto que no salga, porque puede tener consecuencias para usted y para su familia’. Por eso fueron separados esos negativos y, con el tiempo, seguramente los habrán puesto con distintas fechas para que nadie los encuentre”.

“(El coronel Rafael) De Piano estaba parado detrás de su escritorio, y yo enfrente. Lo último que me aconsejó fue que el material no saliera a la luz ‘por mi bien y el de mi familia’. Y finalizó: ‘Retírese’. Así que me fui”.

Foto censurada a Jorge Sánchez por el interventor de la agencia Télam en octubre de 1982 (Crédito imagen: Télam)
Foto censurada a Jorge Sánchez por el interventor de la agencia Télam en octubre de 1982 (Crédito imagen: Télam)
Foto censurada a Jorge Sánchez por el interventor de la agencia Télam en octubre de 1982 (Crédito imagen: Télam)

Secuestro y tortura

Poniendo en riesgo su vida, Jorge Sánchez, antes de subir al despacho del militar-interventor de la agencia Télam, resguardó el material. “En ese breve lapso alcancé a hacer una copia y la dejé mojada arriba de los armarios donde guardábamos los equipos. Al otro día llegué muy temprano, me guardé los originales y me los llevé a mi casa. Fue así como pude rescatar la foto”, rememoró.

Pero la amenaza de De Piano tenía sustento. Tal es así que el 8 de octubre, tres días después de la marcha, Jorge Sánchez pensó que no la contaría.

“En la mañana del 8 de octubre (de aquel 1982) me cruzaron un vehículo en la esquina de las calles Ceballos y General Paz; me subieron y me trasladaron a un centro clandestino de detención para hacerme un interrogatorio. Hubo maltratos verbales y físicos. Después de unas horas me dejaron en Nogoyá y General Paz”, describió. “Hoy me pregunto si esa imagen hubiese acariciado las rotativas… Ese día podría haber cambiado la historia”, reflexionó.

Tapa de Clarín del 6 de octubre de 1982. La foto fue usada por diarios locales y dio la vuelta al mundo. Hasta recibió importantes premios (Crédito imagen: Télam)

Una foto que desapareció dos veces

Alejandro Amdan, quien como dijimos era secretario de redacción de la sección de fotografía de Télam en 1982, contó que el año anterior un grupo de reporteros gráficos (denominado sencillamente Grupo de Reporteros) organizó una muestra con las fotos que los medios de comunicación no difundían. Corrieron un altísimo riesgo, pues en la puerta del local donde se hizo la muestra había más de un Falcon verde con militares o paramilitares dentro.

La cuestión es que en 1982 volvieron a organizar la muestra. “Y esa vez estuvo presente la foto de Jorge Sánchez, la que desmentía aquel abrazo del represor a la madre de Plaza de Mayo. Es más, Jorge había decidido publicar su foto de la madre llorando y al lado la otra, la del falso abrazo, obra que tituló ‘Cara y Ceca’”.

¿Qué ocurrió? “La noche de la inauguración de la muestra se robaron esa foto. ‘Tenemos una foto desaparecida’, dijo.

Medios nacionales e internacionales

El diario Clarín y el diario La Voz publicaron en tapa la foto del falso abrazo. El primero tituló, utilizando una tipografía gigante, “Pacífica concentración en el centro”. Al día siguiente usó la misma foto para un editorial que hablaba de la “pacificación”.

La fotografía dio la vuelta al mundo. Fue replicada por The New York Times, uno de los diarios más influyentes del planeta; por el también estadounidense Miami Herald; por periódicos latinoamericanos como El Excelsior de México, entre muchos otros, y por El País de España, donde la foto recibió tiempo después el Premio Rey de España.

Marcha por la Vida (Crédito imagen: Télam)
Marcha por la Vida (Crédito imagen: Télam)

“Fue un gesto de desesperación”

Nora Cortiñas, testigo directo de aquel momento y referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, comentó que “no era habitual que Susana Leguía viniera a las marchas porque trabajaba, atendía una peluquería. Entonces no conocía nuestros códigos, que eran no tocar ni dejarse tocar nunca por un policía. Pero en su desesperación, se le fue encima a Gallone, quien aprovechó el momento para abrazarla y que pareciera que la policía trataba bien a las madres. Pero el gesto de Susana era de desesperación y de furia”, subrayó.

Las periodistas Romina Calderaro y Analía Garelli, autoras de la nota donde se cuenta la verdad acerca de la emblemática y falsa fotografía, hablaron de los cables de noticias que aquel 5 de octubre de 1982 acompañaron a la foto de la gran mentira.

Escribieron: “La foto mentirosa fue acompañada por cables, que también pudo recuperar la sección archivo de Télam. En ellos se advertía, desde antes de su realización, que la movilización no estaba autorizada por el ministerio del Interior”.

“Un cable fechado el 4 de octubre de 1982 decía: ‘El gobierno nacional dispuso no autorizar la realización de un acto programado para mañana por distintos nucleamientos, indicando que esa reunión no conlleva fines auténticos de bien común, pues apunta a ahondar las heridas causadas por la guerra terrorista que asoló la república en la década pasada’”.

“Otro cable daba cuenta de lo sucedido después de la movilización. Puede leerse lo siguiente: ‘Sin desórdenes ni detenciones, finalizó a las 19 horas, en Avenida Belgrano y Paseo Colón, la marcha organizada por entidades de derechos humanos que no lograron el propósito inicial de llegar a la Plaza de Mayo. La marcha no había sido autorizada por el ministerio del Interior, no obstante lo cual las autoridades policiales concedieron que un grupo de diez personas accediera a la Casa de Gobierno para entregar un memorial’”.

Gallone y el “inútil” uso de la foto para defenderse

Calderaro y Garelli puntualizaron que “no conforme con haber simulado un abrazo con una Madre de Plaza de Mayo, el represor Gallone intentó utilizar la foto de la mentira para conseguir su impunidad”.

“En 2008, el represor fue condenado a cadena perpetua por lo que se conoció como la Masacre de Fátima: el 20 de agosto de 1976, 30 personas fueron fusiladas y sus cuerpos luego dinamitados en Pilar”.

“En su defensa, Gallone esgrimió la foto del falso abrazo como prueba de la ‘buena relación’ que lo unía con la sociedad en general y con los organismos de derechos humanos en particular. Pero no logró imponer esa mentira”.

“A veces es necesario que el tiempo haga su trabajo para que la verdad salga a la luz. En este caso, 40 años para que la sociedad argentina y el mundo puedan ver las seis fotos que le censuraron a Jorge Sánchez y le costaron el maltrato y la indignación de asistir al dantesco espectáculo de una mentira que recorrió el mundo”.

“Porque no es cierto que una imagen valga más que mil palabras”, remataron.​

Marcha por la Vida (Crédito imagen: Télam)
Marcha por la Vida. Con el megáfono, el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel (Crédito imagen: Télam)
Marcha por la Vida (Crédito imagen: Télam)
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