Sólo en 2023, los argentinos pagaremos 3 presupuestos anuales del FMI

Ello ocurrirá pagando solamente intereses que fija el acuerdo actual. ¿No es hora de plantarse, barajar y dar de nuevo? ¿Se puede dar ese lujo un país con 40% de pobreza y 105% de inflación?

Kristalina Georgieva y Christine Lagarde, actual y ex titular del FMI

En un artículo titulado “Faltan dólares y sobra el Fondo; el costo de intereses de los acuerdos Argentina-FMI”, y subtitulado “Lo que el FMI se llevó (desde 2018 hasta marzo de 2023)”, el integrante del consejo ejecutivo del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), el licenciado en Economía por la Universidad Nacional de Río Cuarto, Córdoba, doctor en Economía Aplicada por la Universidad Autónoma de Barcelona, España, y postgraduado del Instituto Torcuato Di Tella de Buenos Aires, Guillermo Oglietti, puntualizó que “en 2023, de continuar con el tipo de interés actual, los cargos totales que se pagarán al Fondo serán de 3,3 mil millones de dólares” y que “ese monto triplica el presupuesto anual de funcionamiento del FMI. Es decir que Argentina pagará tres veces el costo de funcionamiento de esta institución, que fue de U$D 1.180 millones en 2022”.

Visto desde otro ángulo: “Los costos del acuerdo para Argentina podrían reducirse a un tercio y (así y todo) el FMI seguiría contando con el financiamiento necesario para sufragar todos sus gastos, sin tener en cuenta otros ingresos derivados de los 33 préstamos vigentes con otros países”.

Crédito gráfico: Flourish / Chequeado

Vale recordar que tras la toma por parte del gobierno de Cambiemos (Pro-UCR-CC) del mayor préstamo de la historia -no sólo del país sino del propio FMI- por un valor de 57.000 millones de dólares y en tiempo récord en el año 2018, el actual Ejecutivo, con el ex ministro de Economía Martín Guzmán, refinanció el acuerdo Fondo-Macri pero no realizó una reestructuración que posibilite a la Nación crecer en forma integral.

En otras palabras, se achicó la cuota por un tiempo pero se extendió el plazo de pago. Así, Argentina quedó atada de pies y manos a un acuerdo inflacionario (casi 105% anual de marzo 2022 a marzo 2023), a la dificultad de mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores (17,5 a 18% de los trabajadores registrados están bajo la línea de pobreza), a la progresiva quita de los subsidios a los servicios esenciales para la población (requisito del acuerdo), y a la consecuente suba de la pobreza (casi 40% en el segundo semestre de 2022). Todo inadmisible con un gobierno peronista.

En la parte inicial de su artículo, el especialista Guillermo Oglietti detalla que “hasta la fecha (marzo 2023), los cargos por intereses que han generado los dos acuerdos firmados con el FMI (primero por Mauricio Macri y luego por Alberto Fernández) suman 6.457 millones de dólares. De esos 6.457 millones, el 21,6% (U$D 1.392 millones) se pagó en años de Macri y el restante 78,4% (U$D 5.065 millones) en años de Fernández. No debe menospreciarse esta sangría de divisas, subraya el economista, para ejemplificar: “De no ser por estos pagos de intereses al FMI, las debilitadas reservas disponibles (de la República Argentina) serían un 25% mayores”. Nada más y nada menos.

Lo que pagaremos los argentinos sólo por intereses de la deuda con el FMI durante 2023 equivale a: 3 presupuestos anuales de toda la estructura mundial del Fondo; 4 veces las importaciones de automóviles particulares importados (en 2022); el 80% de todos los tipos de gas natural importados (en 2022); el 40% de todos los bienes de consumo importados (en 2022), y el 26% de las importaciones totales de bienes de capital de 2022, en un país con 40% de pobreza, 105% de inflación y casi el 18% de los trabajadores registrados con ingresos por debajo de la línea de pobreza  

Volviendo a los 3 presupuestos anuales de toda la estructura mundial del FMI que serán solventados por las argentinas y argentinos durante este 2023, Oglietti apunta: “Es evidente que la magnitud y el peso que significan estos cargos para Argentina discrepan con los principios fundacionales del Fondo. El art. 1 del Convenio Constitutivo (del organismo) establece que entre sus fines están los de ‘…acortar la duración y aminorar el grado de desequilibrio de las balanzas de pagos de los países miembros’ y el de poner a disposición de los mismos ‘los recursos generales del Fondo, dándoles así oportunidad de que corrijan los desequilibrios de sus balanzas de pagos sin recurrir a medidas perniciosas para la prosperidad nacional o internacional’”.

Luego resalta que “esos cargos equivalen a 4 veces las importaciones de automóviles particulares importados (en 2022); al 80% de todos los tipos de gas natural importados (en 2022); al 40% de todos los bienes de consumo importados (en 2022), y a un 26% de las importaciones totales de bienes de capital de 2022”.

Una deuda impagable “sin asumir grandes costos sociales”

En las “reflexiones finales” Oglietti asegura que se está ante “el peor escenario posible”. Y lo explica así (el punteo es de la Redacción):

“En diciembre de 2021 (desde el CELAG) advertíamos que la negociación con el FMI debería tener en cuenta el riesgo de que los bancos centrales del planeta iniciaran una senda de alzas de los tipos de interés para frenar la inflación incipiente”. La guerra en Ucrania comenzó una semana antes de que el Gobierno cerrara el acuerdo técnico con el FMI (3 de marzo de 2022) y, en efecto, ya era una certeza “la imposibilidad de cumplir los compromisos con el Fondo sin asumir grandes costos sociales”.

El peor de los escenarios no sólo se ha hecho realidad, sino que incluso se ve superado en 2023 como resultado del alza de las tasas y la sequía -que podría disminuir los ingresos por exportaciones en unos U$D 15 mil millones-. En este marco, apremiados por la necesidad de refinanciar los vencimientos de 2023 (vencen U$D 17,2 mil millones del acuerdo que firmó Macri), con un acervo de reservas internacionales anémico e incapaz de desalentar las expectativas de devaluación, es indispensable repartir las cartas de nuevo para que los costos de la crisis no los paguen las espaldas de los argentinos de siempre (Repartir las cartas de nuevo es un claro sinónimo de rever de la A a la Z el acuerdo con el FMI).

Es imperioso renegociar el acuerdo con el FMI

Desde el punto de vista del Fondo, ¿qué sentido tiene la política de debilitar las cuentas externas de Argentina con estos cobros exagerados, que triplican el presupuesto anual del FMI, que sólo contribuyen a deteriorar la balanza de pagos y a agravar la escasez de dólares y la inflación? ¿Qué beneficio obtendrá el Fondo al generar otra crisis de reputación por su conducción hacia el abismo de la economía argentina? Todo esto en el marco definido por el Convenio Constitutivo del Fondo que expresamente indica que debería apoyar a los países con problemas de balanza de pagos en lugar de liquidarlos”.

“Es difícil imaginar un escenario más lúgubre para justificar una renegociación inmediata del acuerdo con el Fondo. Ni intentarlo, ni conseguirlo, será mala praxis para las autoridades argentinas y las del Fondo”.

Christine Lagarde y Mauricio Macri (crédito foto: infobae)
Alberto Fernández y Kristalina Georgieva (crédito foto: infobae)

«Acuerdo ilegal»

“Hemos sostenido en varios artículos publicados en este medio que la deuda contraída por el gobierno macrista en el 2018 es ilegal y constituye, en consecuencia, un acto de nulidad absoluta, por cuanto ninguna de las partes -ni la República Argentina ni el FMI- ha cumplido con los requisitos formales y de razonabilidad”, escribió Jorge Elizondo el 19 de marzo último en el portal El Cohete a la Luna.

Y argumentó: “No hubo intervención alguna del Congreso de la Nación en la negociación y aprobación del acuerdo. Conforme al artículo 75 de la Constitución Nacional, son atribuciones del Congreso: 4) Contraer empréstitos sobre el crédito de la Nación. 7) Arreglar el pago de la deuda interior y exterior de la Nación. 22) Aprobar o desechar tratados concluidos con las demás naciones y con las organizaciones internacionales y los concordatos con la Santa Sede”.

“También el FMI ha violado su Convenio Constitutivo -recordó Elizondo-. El artículo VI de este dice que ‘ningún país miembro podrá utilizar los recursos generales del Fondo para hacer frente a una salida considerable o continua de capital’.

El FMI realizó una auditoría interna sobre el crédito otorgado y reconoció que se trataba de un tipo excepcional de acuerdo, equivalente a alrededor de un 1.110% de la cuota de nuestro país en el Fondo, pero no adoptó medida alguna contra los funcionarios responsables del otorgamiento y se negó a modificar las condiciones más desfavorables para nuestro país, tales como las sobretasas de interés”, dijo.

El canje de 2005 implicó una quita del 66% de la deuda por reestructurar, que estaba en default desde la crisis de 2001. Roberto Lavagna, entonces ministro de Economía, y el presidente Néstor Kirchner encabezaron las negociaciones de un proceso que logró una aceptación del 76,07%. Además, el Gobierno saldó la deuda con el FMI (crédito imagen: Wikipedia)

La BBC informa

¡Y claro! ¡¿Qué van a decir en El Cohete a la Luna?! … Seguramente ya más de uno se hizo esa pregunta. Pues entonces veamos qué dice la BBC de Londres.

En un análisis titulado “Quién es responsable de la enorme deuda de Argentina (la más grande de América Latina)”, en febrero de 2020 Verónica Smink apuntó que “apenas asumió en diciembre pasado, Alberto Fernández y su ministro de Economía, Martín Guzmán, debieron ponerse a negociar con los acreedores del país para ver cómo afrontan los más de U$S 320.000 millones que se le deben a bonistas, organismos de crédito y agencias del sector público”, y subrayó que entre los principales acreedores del país “está el Fondo Monetario Internacional (FMI), que entre 2018 y 2019 le entregó al gobierno anterior, liderado por Mauricio Macri, uno de los préstamos más grandes de su historia, por más de U$S 44.000 millones”. Cabe recordar que lo que restaba hasta completar los 57.000 millones pactados en principio, el Gobierno del Frente de Todos decidió no cobrarlo para no abultar la ya impagable deuda.

Unitarios y liberales: endeudadores seriales

Pero es muy interesante leer el apartado histórico acerca de la deuda externa argentina que realiza el medio estatal británico.

Inicia diciendo que “el primero que pidió un préstamo en moneda extranjera fue Bernardino Rivadavia, quien fue el primer presidente de Argentina. Ocurrió antes de asumir ese cargo, cuando era ministro de Gobierno de Buenos Aires, en 1824, cuando Argentina todavía ni siquiera se llamaba así, sino Provincias Unidas del Río de la Plata. El país tardó más de un siglo en poder cancelar esa deuda con la Baring Brothers de Inglaterra por 1 millón de libras esterlinas (de las cuales, tras una serie de deducciones, solo recibió la mitad). En el interín, los sucesivos gobiernos continuaron endeudándose. En 1880, la élite gobernante, conocida como la ‘Generación del 80’, casi triplicó la deuda extranjera, que pasó de 14 a 38 millones de libras. Ya no solo se le debía a los ingleses, sino también a los franceses y alemanes”. Vale destacar que tanto Rivadavia como los integrantes de la Generación del 80 fueron constructores medulares de la Argentina latifundista, unitaria y liberal.

Bernardino Rivadavia fue el inventor local de “la deuda externa”. En 1824, siendo Ministro de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, autorizó pedir un préstamo a la Baring Brothers (Inglaterra) por un millón de libras esterlinas (crédito imagen: HoraCero)

Después, bajo el subtítulo “La problemática historia con el FMI”, la BBC relata: “Si bien el gobierno de Juan Domingo Perón se rehusó a formar parte de los flamantes FMI y Banco Mundial en los años de posguerra, los militares que lo sacaron del poder a mediados de la década de 1950 firmaron el ingreso argentino a ambos organismos. Durante los tres años que gobernaron, la deuda creció de U$S 57 millones a más de U$S 1.000 millones (es decir, se multiplicó por 18). Pero las cosas empeorarían aún más con el regreso de los militares en los años ’60 y ’70 (pues) el FMI no sólo le prestó dinero a estos gobiernos de facto, (sino que) también empezó a tener injerencia en las decisiones económicas argentinas. Y eso está vigente hasta hoy, huelga decirlo.

En 1952, el Gobierno peronista saldó completamente la deuda externa con el pago de más de m$n 12.000 millones, cancelando así el pacto Roca-Runciman de 1933, y se negó a integrar el flamante FMI y el Banco Mundial (crédito imagen: FP)

Recordemos que Perón, en 1952, salda completamente la deuda externa con el pago de más de m$n 12.000 millones pertenecientes a las dos últimas cuotas del empréstito argentino-británico contenido en el pacto Roca-Runciman de 1933. Desde la etapa anterior al acuerdo de 1824 con la casa Baring Brothers no había sucedido una situación similar en la historia argentina, es decir,​ que el país se situara como acreedor en lugar de su tradicional posición de deudor.

Cuando llega a los primeros años de la década del 2000, la BBC realza que “el presidente Néstor Kirchner realizó un gesto de fuerte valor simbólico: pagó toda la deuda con el FMI (U$S 9.800 millones), poniendo fin a la injerencia de ese organismo en el país”.

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