Mar del Plata: un edificio único en el mundo que podría desaparecer

Los enemigos del patrimonio no descansan jamás. En Mar del Plata hay una joya arquitectónica que al nacer, en 1947, y en los años subsiguientes fue estudiada en el mundo entero como una pieza única, notablemente avanzada para la época. La diseñó un discípulo de la icónica escuela de arte y arquitectura Bauhaus, la cual revolucionó el planeta. Hace años que está a punto de perderse para siempre. Por ello, iniciaron una movida para impedirlo

Crédito imagen: Luis Ridao - El Páis

Parador Ariston Mar del Plata

Corría 1947. El gobierno presidido por el general Juan D. Perón decidió impulsar la industria del turismo. En tal contexto, según nos contó el arquitecto Pedro Torrijos, uno de los proyectos que se pusieron en marcha fue el de “prestigiar la ciudad de Mar del Plata”, en particular, su zona sur. Y que en esa línea se le encargó a la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires (FADU) que “convenciese a Marcel Breuer, uno de los maestros de la Bauhaus (escuela alemana de arte, arquitectura y diseño que revolucionó al mundo, apuntan desde la cuenta de Instagram casas_de_mardel), para que diseñara un edificio que estaría ubicado junto a los acantilados de Playa Serena”.

El encargo lo recibió Eduardo Catalano, un bonaerense que se encontraba en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos. Freuer aceptó el convite. Y el resultado fue el parador Ariston. Una pieza arquitectónica única en el mundo: un trébol de hormigón con fachadas de vidrio sinuoso, con la cual “el arquitecto húngaro se anticipó a la propia modernidad, pues no se había visto algo así en ningún otro lugar”, destacó Torrijos.

El edificio, además, fue el único de América Latina realizado por un discípulo de Walter Gropius, el alemán fundador de la Bauhaus y considerado el padre de la arquitectura moderna.

Sólo es cuestión de mirar fotos del parador Ariston, que en principio funcionó como confitería, para imaginar el tremendo impacto que ese diseño debe haber causado en 1947, en los ‘50 e incluso en los ‘60, su época de oro.

Crédito imagen: casas_de_mardel
Crédito imagen: casas_de_mardel

No obstante, desde la década del ‘70 quedó a la buena de Dios. Pasó de dueño en dueño y de inquilino en inquilino, cada uno de los cuales lo deformó a placer. Un asesinato. Se le dio los más diversos usos, incluyendo una parrilla llamada Perico.

Desde hace muchos años, el Ariston pelea contra la desidia total de las autoridades. Una joya única en el mundo, surgida en los tempranísimos años ‘40 de la cuna que revolucionó el diseño y la arquitectura a nivel planetario, está a un pasito de desmoronarse por obra y gracia de la dejadez y la ignorancia.

Como bien dijo Torrijos: “Una vez terminado, el Parador Ariston, además de joya de la arquitectura mundial, sirvió como sala de baile, coctelería y bar para la élite de la época, y quizás de esa actitud semiaristocrática le viniese su nombre. Sin embargo, tras un par de décadas de esplendor, a partir de los años ‘70, el Ariston comenzó a caer en desgracia. Poco a poco, sus sucesivos dueños e inquilinos fueron destruyendo partes y añadiendo otras sin ninguna consideración ni pudor”. Y aclaró, para los malpensados de siempre: “El problema no era que el Ariston dejase de ser elitista, el problema es que no se le tuvo respeto”.

Parador Ariston Mar del Plata

Crédito imagen: casas_de_mardel
Crédito imagen: El País

“A partir de los años ‘70 el Ariston comenzó a caer en desgracia”, sentenció el arquitecto en el excelente artículo que publicó el 21 de marzo de 2021 en el diario El País de España, uno de los periódicos más prestigiosos e influyentes del mundo. Nos atrevemos a inscribir el hecho en una mirada más general: “A partir de los años 70, el país comenzó a caer en desgracia”. Pero esa es otra cuestión, por cierto.

En la cuenta casas_de_mardel afirman que “esta maravilla lleva años de un abandono inexplicable, sobre todo cuando fue declarada Monumento Histórico Nacional hace tres años (concretamente, en 2019)”.

Dicen que actualmente “hay una movida para intentar salvarlo de su desaparición” e invitan a sumarse a la misma por distintas vías. Una de ellas es “change.org salvemos el Ariston” en Google.

“No hace falta ser un erudito en temas arquitectónicos para enorgullecerse de tener una obra de esta importancia en la ciudad (nota de la redacción: y en el país), ni para avergonzarse de haber permitido que llegue a semejante estado de abandono”, agregan.

Parador Ariston Mar del Plata

Crédito imagen: casas_de_mardel
Crédito imagen: casas_de_mardel

En casos como estos, no suele faltar aquel o aquella que diga: “Con todo lo que hay para hacer, estos se preocupan por salvar un edificio”.

Es una de las expresiones más hipócritas que he escuchado. Y la escuché lamentablemente muchas veces tras realizar notas sobre la negligencia permanente que pesa sobre el invalorable patrimonio arquitectónico, histórico, cultural y verde de la ciudad de La Plata.

¿Hipócrita suena duro? Pues mejor. Porque así es. A punto tal que siguiendo esa extraña forma de pensamiento, un día alguien llegó a decir “con todo lo que hay para hacer, algunos se preocupan por salvar edificios”, y eran edificios escolares. Y los niños y niñas tenían que salir de las aulas cuando llovía porque se mojaban. En fin…

Parador Ariston Mar del Plata

Crédito imagen: Luis Ridao – El País
Crédito imagen: casas_de_mardel

Un poco de historia

La que supo ser “una obra maestra con mayúsculas de la arquitectura moderna que se construyó en ese costado del segundo mundo, como decía el gran Quino en la boca de sus personajes”, escribió el arquitecto Pedro Torrijos, nació, como se dijo, de la cabeza del húngaro Marcel Breuer, a quien el fundador de la escuela Bauhaus, Walter Gropius, “convenció para abandonar Alemania tras la llegada al poder de Hitler. Fue la mejor decisión que pudo tomar, no solo para su integridad física, ya que era judío, sino también para su futuro profesional”.

En 1937 “emigró definitivamente a Cambridge, Massachussets, donde comenzó a dar clases en la Universidad de Harvard. Allí conoció a un alumno argentino muy brillante: Eduardo Catalano”.

“Catalano, bonaerense de nacimiento, a poco de terminar la carrera en 1945 comenzó a construir obras notables, tanto en Argentina como en Estados Unidos. Entre estas últimas estaría la torre Eastgate del MIT (Instituto Tecnológico Massachusetts, por sus siglas en inglés).

Cuando Catalano tuvo que convencer a Breuer de hacer un diseño en Mar del Plata, “le dijo que el edificio debía ser un ícono de la arquitectura moderna y que no debía haber ninguno igual en el mundo”, contó Torrijos. Y así fue.

¿Luna de miel? En Mar del Plata

Las obras empezaron en 1947 y se prolongaron durante más de un año. Contó Torrijos que Eduardo Catalano acababa de casarse, pero “decidió arrastrar a su esposa para pasar la luna de miel en Mar del Plata y así poder ir con frecuencia a Playa Serena, ya que si bien el proyecto era de Breuer, la supervisión siempre fue responsabilidad del bonaerense”.

Una vez que terminó su era dorada, el Ariston “pasó a ser la discoteca Maryana, y en la época del esplendor surfero de principios de los ‘80 fue el café-bar Bruma y Arena”.

A finales de esos años ochenta se convirtió en la Parrilla Perico. “Y después ya no fue nada. Abandonado desde 1993, el Parador Ariston vive una muerte lenta de la que solo parecen separarlo los esfuerzos individuales de unos pocos enamorados de este edificio. Esfuerzos que, al menos, consiguieron que fuese declarado Monumento Nacional en 2019”.

Ahora, como dijimos, se ha iniciado una movida para evitar que desaparezca.

Fuentes utilizadas para realizar esta nota:

-“Parador Ariston, la triste historia de una joya de la arquitectura que agoniza en los acantilados de Mar del Plata”, por Pedro Torrijos – 21 de marzo de 2021 – El País de España

-Cuenta de Instagram: casas_de_mardel

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