Escalera de San José: ¿La prueba de que los milagros existen?

Fue construida en 1872 en Santa Fe, Nuevo México, EEUU, por un hombre muy humilde que no dio a conocer su identidad y que se marchó sin dejar rastros. No tiene clavos ni pegamento. Está hecha con un tipo de madera que sólo se encuentra en Medio Oriente. Da dos giros perfectos de 360 grados. Y los ingenieros, arquitectos y científicos que la estudiaron una y otra vez coinciden en dos cosas: posee un punto de equilibrio “imposible según las leyes de la física” y es una joya única de la construcción. Creer o... subir la escalera

La perfecta y enigmática escalera de San José (crédito imagen: Aleteia)

Corría el año 1850, y el obispo Jean Baptiste Lamy fue asignado a Santa Fe, una pequeña población situada en el sudoeste de los Estados Unidos, con la finalidad de propagar la fe católica. El lugar estaba habitado, fundamentalmente, por indígenas y mexicanos. Para ponernos en contexto: había pasado más de medio siglo desde la revolución que creó los EEUU -la cual se desarrolló entre 1776 y 1783-, pero faltaba más de una década para que se desatara la guerra civil, conocida como Guerra de Secesión, que entre 1861 y 1865 enfrentó a los estadounidenses del norte (nacionalistas, industrialistas y antiesclavistas) y a los del sur (latifundistas, esclavistas y partidarios de que cada estado de EEUU se manejase en forma independiente). Ganó el norte. Pero ese no es nuestro tema.

Lo cierto es que aquel era entonces un lugar francamente inhóspito. No obstante, cuando el obispo comenzó a escribir cartas a distintas comunidades religiosas del país solicitando voluntarios para trabajar en el lugar, siete hermanas de la Congregación de Nuestra Señora de Loreto se pusieron en marcha desde el estado de Kentucky: la distancia a recorrer era de unos 2.240 kilómetros.

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La capilla de Loreto se halla en la ciudad de Santa Fe, en el estado de Nuevo México, Estados Unidos (crédito imagen: dreamstime)
Las hermanas de la congregación de Nuestra Señora de Loreto viajaron desde Kentucky hasta Nuevo México en el año 1852. Un muy peligroso recorrido de 2.240 kilómetros (crédito: Google Maps)

Las siete misioneras navegaron por el río Mississippi hasta el estado de Missouri -menos de un tercio del camino-, y luego tuvieron que continuar en carreta. Antes, una de ellas emprendió el regreso porque enfermó gravemente. Luego, en Kansas, otra murió súbitamente. Si bien habían sido acosadas por un grupo de indígenas, estos -increíblemente- no les hicieron nada, por lo que la historia no atribuye esa muerte a un ataque. Lo real es que a Santa Fe llegaron cinco, quienes crearon un convento de su congregación y una escuela para niños y niñas. Era el año 1852.

Dos décadas más tarde

En 1872 se decidió levantar una capilla anexa al convento para recibir a la cada vez mayor población católica del lugar. Habían pasado años muy duros, incluyendo la guerra civil.

La obra fue encargada al arquitecto francés Antonio Mouly, quien levantó una bellísima capilla de estilo neogótico, a imagen y semejanza de la iglesia Sainte Chapelle de París. Fue (casi) terminada en 1878. Y es que a Mouly lo asesinaron -algunas versiones hablan de “una cuestión de polleras”-, antes de que construyera la escalera que debía unir la base del templo con el entrepiso donde se hallaba el coro.

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La capilla de Loreto (arriba) y la iglesia de Sainte Chapelle, en París, Francia. El arquitecto Antonio Mouly se inspiró en esta última para diseñar la de Santa Fe, en los Estados Unidos (crédito imágenes: Wikipedia)

“Una de las características más notables de la escalera de Loreto es que todas las contrahuellas de los 33 escalones tienen la misma altura, lo que es un verdadero logro de la precisión en la construcción” (El Guarever)

Cuestión que las hermanas llamaron a artesanos, carpinteros y hasta arquitectos, pero nadie supo cómo hacerla sin ocupar gran parte de la nave, quitando un espacio vital y arruinando el hermoso diseño. ¿Y los planos? Mouly no dejó plano ni dibujo alguno. Al igual que “Antoni Gaudí con su obra cumbre, La Sagrada Familia”, nos recuerda el periodista Gustavo Londeix.

A rezar se ha dicho

Para subir al coro, religiosas, alumnas y voluntarias utilizaban una escalera de madera común y corriente, hasta que la cantidad de accidentes hizo que la quitaran. Como parecía que el coro quedaría toda la vida como algo decorativo, las hermanas de Loreto decidieron rezar una Novena.

En el Centro Académico Romano explican que la Novena de Preparación para la Navidad nació en España y Francia en la Edad Media, pero con el tiempo “surgió la costumbre de hacer novenas a la Virgen y a los santos por diversas intenciones”. Se trata de, básicamente, rezar durante nueve días consecutivos. Y las hermanas lo hicieron pidiendo la intercesión de San José, el carpintero padre de Jesucristo, para que las ayude a finalizar la capilla.

Y al noveno día golpearon la puerta…

En el último día de oración, alguien golpeó la puerta. La hermana superiora, Magdalene, abrió la puerta y se encontró con un hombre mayor, canoso, que había llegado en burro. Sólo traía consigo una bolsa con herramientas de carpintero. “Yo les construiré la escalera”, le dijo, al tiempo que le puso dos condiciones innegociables: que le llevaran mucha agua y que lo dejaran solo en la capilla durante tres meses.

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Capilla de Loreto (crédito imagen: Descubre tu mundo)

Convencidas de que el humilde hombre era un enviado de San José, o el propio San José reencarnado, las religiosas cumplieron a pie juntillas sus deseos. Al finalizar los tres meses, se encontraron con una maravillosa escalera en espiral que unía la base de la capilla con el coro. Quisieron festejar y pagarle al constructor, pero jamás lo hallaron. Se había ido. Preguntaron en todo Santa Fe, sobre todo a quienes vendían madera o trabajaban con ella, algo muy común en aquel tiempo, y todos les respondieron lo mismo: no lo habían visto jamás.

“Desafía las leyes de la física”

Más allá de que las hermanas y los creyentes no tuviesen dudas sobre el autor de la obra, la cuestión comenzó a desvelar con el tiempo a constructores, ingenieros, arquitectos, maestros artesanos, científicos. Pero hasta hoy en día nadie ha podido explicar cómo alguien construyó esa “joya de la arquitectura”, sin un solo clavo, sin ningún tipo de pegamento, y, menos aún, sin herramientas eléctricas.

La escalera tiene 33 escalones (la edad de Cristo), una altura de 6,50 metros, da dos vueltas completas y perfectas de 360 grados, y es insuperable por donde se la mire: solamente consta de maderas de todos las formas y tamaños encastradas entre sí. ¿Y qué tipo de madera? De un abeto que en el planeta solamente se halló en Medio Oriente. “No existe esa madera en otro lugar del mundo”, han dicho creyentes y ateos tras investigar el tema una y otra vez.

Londeix resalta que ingenieros, arquitectos y científicos han coincidido en algo: “El cuerpo de la escalera posee un punto de equilibrio ‘imposible’ según las leyes de la física”.

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La escalera da dos giros perfectos de 360 grados y, según los científicos, su punto de equilibrio desafía las leyes de la física (crédito imagen: YouTube)

Otra cosa tremendamente desconcertante de la escalera es “la perfección de las curvas de los largueros. La madera se corta y empalma a lo largo de los lados de los largueros con nueve empalmes en el exterior y siete en el interior, cada uno encajado con la mayor precisión”, explican en el sitio Conclusión.

Añaden que “profesionales de todo el mundo han ido a ver esta obra maestra y no dejan de maravillarse ante su fortaleza y belleza”. ¿Cómo soporta tanto peso?, se preguntan, entre un millón de cosas. Nadie lo sabe. Pero “los escalones fueron utilizados cada día por más de 85 años, y allí está. Asimismo, cuando uno pisa cada uno de ellos tiene una sensación de movimiento vertical, como si la escalera fuera un resorte en espiral de gran tamaño”, tal como lo cuenta el video del canal History (al pie del artículo).

En 1887 se le construyó una barandilla de seguridad, aunque el hombre a cargo, el artesano Phillip Hesch, tuvo el cuidado de no interferir en absoluto en la estructura original

El colega Gustavo Londeix describe una explicación de no creyentes. Dicen, sin pruebas, que “la escalera vino de Francia ya fabricada y desmontada. En Santa Fe ensamblaron las piezas y la montaron con una velocidad increíble. Esta hipótesis añade que la estructura interna que soporta la escalera es una celosía de acero con remaches, parecidos a los de la Torre Eiffel, sobre la que se habría colocado un contrachapado que la hace invisible”.

En fin, más inverosímil que la idea de un milagro.

Crédito imagen: Conclusión

En venta

En el año 1971 la congregación tuvo que poner en venta el lugar, que fue comprado por privados. La Iglesia Católica, que nunca se pronunció sobre el tema, la desacralizó, por lo cual de inmediato se generó un movimiento pidiendo que mantengan el lugar intacto. Y así fue. Actualmente es punto de peregrinación turística y también suele usarse para bodas (no católicas, claro).

“La escalera de la capilla de Loreto es un misterio para arquitectos, ingenieros, científicos y maestros artesanos. Esta obra maestra es impresionante por su diseño y construcción, ya que tiene más de dos giros completos de 360 grados, mide 20 pies de altura (6,50 metros) y no tiene ningún soporte central. En cambio, se apoya únicamente sobre su base y contra el coro, lo que es un logro impresionante de la ingeniería” (El Guarever)

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