Milagro en el Teatro Argentino

Después de casi seis años volvió la ópera al Teatro Argentino de La Plata. La temporada 2023 comenzó con la puesta de un clásico de Giusseppe Verdi realmente espectacular

Por Nora Lafón*

Realmente lo que se vio en escena fue un verdadero milagro. Paso a contarles.

El teatro Argentino de La Plata había sido totalmente devastado por la administración de María Eugenia Vidal. Los cuerpos estables no trabajaban y los talleres estaban parados (cabe recordar que en este teatro se pueden realizar escenografías, vestuarios, calzados, sombreros y hasta joyas si la puesta en escena lo requiriera). Hasta la totalidad de las butacas habían desaparecido.

Sin embargo, el sábado 21 de mayo, cuando comenzó la temporada 2023, se ofreció una “Aida“, de Giusseppe Verdi, realmente espectacular. Lo primero que se advertía era que la sala lucía con todo su esplendor.

Pero el milagro se inició cuando la orquesta estable dirigida por el maestro Carlos Vieu comenzó la ejecución de la obertura de la ópera en medio de aplausos estruendosos.

Las transparencias de los telones anticiparon lo que vendría. Como el talento desplegado por María José Besozzi, quien diseñó con grandes columnas e inmensas escalinatas lo que sucedería a continuación cuando la escena indujo a ver el vestuario. Pocas veces se vio tanta creatividad en el diseño de la ropa del grandioso coro, de los soldados y de los protagonistas, todo producto del genio de Stella Maris Müller.

Y ahora sí las voces. El coro dirigido por Santiago Cano con su brillante sonoridad trascendió el escenario. Pero hubo mucho más: para destacar la puesta en escena de las directoras María Concepción y María de la Paz Perre, inteligente y al servicio de la acción. ¿Y las voces? Eiko Senda cantó una “Aida” (la esclava etíope) conmovedora; Gustavo López Manzitti se lució al ponerle voz a su Radamés, el general egipcio. Por su parte, Guadalupe Barrientos cantó una contundente Amneris, la hija del faraón. Amonasro, Rey de Etiopía padre de Aída convertido en esclavo, contó con la voz de Leonardo López Linares. Ramfis, Sumo sacerdote del Dios Amon, fue cantado por uno de los predilectos del público: Hernán Iturralde. Finalmente, Faraón Rey de Egipto estuvo a cargo de Emiliano Bulacios; el Mensajero contó con Raúl Iriarte y la Sacerdotisa la estrenó María del Rocío Giordano. Todos excelentes.

La función del sábado, que también pudo disfrutarse el domingo a las 17, el martes a las 20 y a la que también se podrá acceder el sábado 27 (a las 20) y el domingo 28 (a las 17) tiene responsables de todo lo que estamos celebrando: la presidenta del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, Florencia Saintout; el director General  y Artístico del Teatro Argentino, Ernesto Bauer, y todos sus colaboradores que han logrado recuperar un grandioso teatro no sólo para la Provincia de Buenos Aires sino para todos los que quieran disfrutarlo.

Las ovaciones en la sala así lo demostraron. El público que colmó la totalidad de la sala Ginastera así lo vivió. Gracias a todos por un esfuerzo titánico -si se tienen en cuenta las dificultades económicas- a favor de pensar la cultura para todos.

*Agencia Télam

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