La trágica historia de La Bamba, el rock que nació hace tres siglos

Para hallar el origen de uno de los primeros temas de rock and roll hay que remontarse hasta 1683, a la ciudad portuaria de Veracruz, en el México colonial. Allí nació, en medio de seis días de terror, la letra de una de las canciones más festivas que se hayan compuesto. 275 años más tarde, quien la popularizó a nivel mundial encontró su final demasiado pronto y de una manera realmente increíble

La Bamba de Ritchie Valens, a pesar de estar cantada en castellano, llegó al lugar 22 de la lista de ventas musicales de EEUU e hizo bailar a medio país del norte (crédito imagen: Medium)

Sólo es cuestión de que suenen las primeras notas del riff de La Bamba para que estalle el baile. Y por si algo faltara, la letra de la canción empieza por el también irresistible estribillo. “Para bailar la bamba, para bailar la bamba se necesita una poca de gracia, una poca de gracia pa’ mi pa’ ti, ay arriba y arriba…”

Sin lugar a dudas, uno de los temas más festivos y, por ende, más bailados de la historia. ¿Es un rock and roll? Claro que sí. Pero sólo la versión más difundida comercialmente, la que inmortalizó en 1958 el californiano de padres mexicanos Richard Steven Valenzuela Reyes, conocido por su nombre artístico, Ritchie Valens, uno de los pioneros de este estilo musical y el primero en cantarlo en español en el corazón de los Estados Unidos. Por lo demás, la historia de La Bamba nos remonta al año 1683.

Si uno se pone a repasar las distintas versiones de la canción, siempre se encuentra con frases que parecen no tener ninguna conexión entre sí. Pero claro, a quién le importa cuando se trata de un tema concebido para bailar y no parar de bailar.

“Yo no soy marinero, por ti seré”. ¿Luego se arrepiente?: “Yo no soy marinero, soy capitán”. Hasta el sinsentido de “Para subir al cielo se necesita una escalera grande y otra chiquita”. Pues bien, todo nació a mediados de mayo de aquel 1683, cuando la pujante ciudad portuaria de Veracruz, en el México colonial, fue sitiada y saqueada por más de mil piratas que llegaron en once barcos.

¿No hubo resistencia? No. Y por una sencilla razón. Los invasores, comandados por el legendario capitán pirata holandés Laurent de Graff (Lorencillo), aparecieron en el horizonte “bajo el mando” de dos embarcaciones de bandera española que habían secuestrado. En Veracruz, puerto por el que entraban y salían valiosísimas mercancías, estaban esperando la llegada de una flota proveniente de Sevilla. Y si bien es cierto que aguardaban su arribo unos días más tarde, era común que los buques se atrasaran o adelantaran dependiendo del estado del mar.

Los más de 1.000 piratas, liderados por el legendario capitán holandés Laurent de Graff (Lorencillo), se camuflaron poniendo al frente de la flota a dos barcos de bandera española que habían secuestrado (crédito imagen: Diario Rumbo Nuevo)

Así las cosas, el 16 de mayo de 1683, los miles de habitantes de Veracruz se fueron a dormir con casi una docena de naves piratas cerca de la costa; supuestamente, atracarían al amanecer. Pero no. Lo hicieron a la madrugada. Y se desató una de las mayores tragedias que recuerda la historia de esa ciudad mexicana.

Tras sorprender a los guardias, se dedicaron a saquear viviendas particulares, depósitos, almacenes y todo lo que encontraron a su paso. El terror se adueñó del lugar. Además, sometieron a hombres, mujeres y niños, a quienes llevaron a la iglesia. Cuenta la historia que encerraron allí a más de 6.000 almas, que estaban muriendo por efecto del hacinamiento y la falta de aire.

Fue entonces cuando, luego de seis días sin comida ni agua, muchos decidieron utilizar “una escalera (grande)” para llegar hasta el techo, y una vez allí, “otra escalera (chiquita)” para alcanzar el campanario. Al ver que la ciudad estaba totalmente tomada y no había escapatoria alguna, no pocos se tiraban… “para subir al cielo”.

Cuenta el músico e historiador musical César Muñoz que en una hacienda cercana, cuya dueña era la condesa de Malibrán, los peones se armaron para defenderse. Pero la hacendada entró en pánico y les dijo “¡Qué van a hacer ustedes, si no son marineros!”. El líder de los trabajadores, un mulato llamado Málaga, supuesto amante de la mujer noble, le respondió: ‘Por ti seré marinero’”.

Ahora bien, cuando los piratas dieron por terminada la misión y las autoridades les ordenaron a los miembros del ejército destacados en Veracruz que se subieran a los dos barcos españoles y los siguieran, su jefe se excusó alegando: “Yo no soy marinero, soy capitán del ejército”.

Los piratas sometieron a toda la población de Veracruz durante seis días. Hombres, mujeres y niños fueron llevados a la iglesia. Cuentan que encerraron a más de 6.000 almas, que estaban muriendo por la falta de aire, comida y agua (crédito imagen: Mexicanísimo)

La palabra bamba tiene más de un significado. Es sinónimo de celebración, pero también se utiliza como insulto: un bamba es un tonto. Por ello, a través de los años, décadas y siglos, durante los cuales la letra de la canción cambió una y mil veces, aunque conservando sus tramos medulares, algunos sostuvieron que bamba refiere al baile y la fiesta que se armaron en el pueblo cuando los barcos piratas se fueron, mientras que otros afirmaron que fue el modo en que los jarochos (como se llama a los nacidos en Veracruz) se refirieron al virrey mexicano Tomás de la Cerda y Aragón, cuyos hombres llegaron a la ciudad portuaria cuando ya no quedaba pirata por combatir.

“En el camino de regreso, los piratas se encontraron con la flota proveniente de España, la cual ni se inmutó ante su presencia, dejándolos huir con sus riquezas”, contó el historiador Alejandro Trejo Martín en Mexicanísimo.

El día que murió la música

Cuando el adolescente mexicano-estadounidense Richard Valenzuela se convirtió en Ritchie Valens por sugerencia de Bob Keane, el presidente de la discográfica Del-Fi Records que lo descubrió en mayo de 1958, exactamente 275 años después del asalto a Veracruz, creó con su guitarra uno de los riff más sencillos y populares del naciente rock and roll: el que inicia la versión rockera de La Bamba. Algunos músicos lo ubican en el estrado de los “riffs imprescindibles”.

The Big Bopper Richardson, Buddy Holly y Ritchie Valens (crédito imagen: Garaje del Rock)

En noviembre de 1958, Valens grabó su primer disco sencillo con el tema Come On, Let’s Go en el lado A y Framed en el lado B. Ese mismo mes y año grabaría su segundo simple y firmaría su paso a la fama: la canción romántica Donna (lado A), que cantó por primera vez en un teléfono público al dedicársela a su novia Donna Ludwig, alcanzaría el puesto Nº 2 del Billboard Hot 100, la lista de ventas de discos de los Estados Unidos; en tanto, La Bamba, a pesar de estar cantada en castellano, llegó al lugar 22 de esa lista e hizo bailar a medio país del norte.

Con sus dos primeros discos recién salidos del horno, Ritchie Valens participó de la gira denominada Winter Dance Party (Fiesta de baile de invierno), nada menos que junto con The Big Bopper Richardson y con Buddy Holly, considerado uno de los músicos de la primera camada del rock and roll más influyente de la historia, al punto que The Beatles, Freddie Mercury, The Rolling Stones, The Hollies y Bob Dylan, entre muchos otros, reconocieron su influencia.

Afiche promocional de la Winter Dance Party (Fiesta de baile de invierno), la gira de la que participaron Buddy Holly, Big Bopper y Rictchie Valens a inicios de 1959 (crédito imagen: Garaje del Rock)

Viajaron kilómetros y kilómetros en un micro en mal estado y sin calefacción en pleno invierno. Debían actuar en 24 ciudades. Entonces Holly, luego de que tocaran en Clear Lake, en el estado de Iowa, decidió alquilar un pequeño avión para ir a la próxima localidad.

Pero sólo entraban el piloto y tres personas. A Valens le daba temor volar, pero como el frío en el micro era insoportable, aceptó jugar a cara o seca por un lugar en el avión con Tommy Allsup, otro músico de la gira. El sorteo favoreció a Ritchie. En la madrugada del 3 de febrero de 1959, en medio de una tormenta de nieve, la aeronave cayó en picada. Buddy Holly (22), Big Bopper (28), Ricthie Valens y el piloto murieron en el acto. El creador de la versión rockera de La Bamba tenía solamente 17 años.

Desde entonces, el 3 de febrero fue nombrado como El día que murió la música. Y numerosos artistas han dedicado letras de canciones al trágico suceso (como Don McLean en American Pie). En el lugar del accidente se ha montado una suerte de santuario.

Video.- La Bamba con la estrofa de “las escaleras” (Mariachi Los Caballeros)

En el año 1939, la grabación del grupo folklórico veracruceño El Jarocho incluía la picaresca con la parte “en mi casa me dicen el inocente, porque tengo muchachas de quince a veinte”. Valens no incluiría ni ese fragmento ni el de “las escaleras”, quizás para lograr un tema de no más de 2 minutos (2:04), lo que mandaba la industria musical cuando nació el rock and roll.

El 29 de agosto de 1987, la versión del grupo Los Lobos -idéntica a la de Valens, pues la compusieron para la banda de sonido de la película que cuenta la historia del músico- se convirtió en el primer tema en español de toda la historia en llegar al puesto Nº 1 del Billboard Hot 100. Todo un homenaje al joven californiano.

Así, La Bamba es un tema de origen popular que se fue construyendo a través de generaciones y generaciones, durante tres siglos.

Así quedó el pequeño avión en el que viajaban Buddy Holly, Big Bopper y Ritchie Valens «el día que murió la música» (crédito imagen: El Mundo)   

Audio.- La Bamba (Ritchie Valens – 1958)

 

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