Jujuy, hay una forma de frenar las protestas sociales

Gobernando para el pueblo trabajador y no para las corporaciones económicas nacionales y multinacionales. Generando trabajo genuino con buenos salarios. Garantizando cuatro comidas diarias para todas las familias, con los niños y niñas almorzando y merendando en casa y no en el comedor barrial ni en la escuela. Reconstruyendo una escuela pública de calidad (en los hechos, no en los discursos de campaña) y un sistema integrado nacional de salud que funcione. Promoviendo la industria nacional, el comercio justo, la defensa irrestricta de los recursos naturales, la permanente innovación científica y tecnológica. Y bregando sin cesar por la independencia económica

Crédito imagen: La Mañana

“Este sábado 17 de junio, desde antes de las 6 de la mañana, efectivos de Infantería llegaron a la zona de Purmamarca, en Jujuy, para desalojar a manifestantes. La represión se intensificó en distintos puntos de la provincia a lo largo de todo el día. Varias personas resultaron heridas y otras detenidas, incluyendo periodistas. Crecen las manifestaciones de repudio contra el gobernador Morales (JxC) en todo el país. Se está gestando un gran paro docente a nivel nacional» (De la Redacción de 90 Líneas y agencia Télam)

¿Es Jujuy un “laboratorio” para un próximo gobierno nacional de derecha ultra? Sin lugar a ninguna duda. Y el “experimento”, solo por ahora, parece dejar como mínimo dos enseñanzas.

La primera, que a mayor represión mayor será la respuesta social. Jujuy, la misma provincia donde en las postrimerías del menemismo se produjo una auténtica pueblada que solamente logró encarrilar -tras un durísimo trabajo de diálogo y negociación con un pueblo hastiado- el arzobispado de San Salvador de Jujuy, ahora le dijo alto y claro “hasta aquí” al patoterismo del gobernador radical (JxC) Gerardo Morales, quien como única respuesta a los justos reclamos de la docencia, primero, y del resto de los sectores populares, después, pegó golpes sobre la mesa e hizo aprobar de noche, a espaldas de la gente, una reforma constitucional “inconstitucional”. Entre otras cosas, aplica el código penal a las protestas callejeras y a las huelgas. El sueño derechista de regresar a la etapa previa a 1945.

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La policía política del radical cambiemita Gerardo Morales reprimió a mujeres, a menores, a periodistas, a adultos mayores. Indignación y un paro nacional docente en marcha (crédito imagen: Radio Kermes)

¿Y por qué decimos que se trata de un experimento de laboratorio para un futuro gobierno derechista desde el 10 de diciembre de 2023? Porque si uno es capaz de aislarse de la vorágine desinformativa con que lo bombardean 7×24, podrá comprobar que lo único que propone la derecha de cara a las elecciones es un ajuste brutal y represión, porque es imposible aplicar el ajuste que prometen sin una represión de consecuencias temibles.

En el norte de la Patria, los maestros llevaban varios días de paro y de movilizaciones en reclamo de mejores condiciones de trabajo y de salarios dignos. La respuesta de Morales -quien, hay que recordarlo, cuando asumió a finales de 2015 armó una Suprema Corte 100 por ciento adicta con una impunidad pornográfica– fue amenazar con encarcelar a todo el que proteste en la calle e inhabilitarlo para la función pública. La respuesta a nivel nacional fue tan contundente y las movilizaciones se multiplicaron de tal forma que, en medio del cierre de alianzas para las elecciones, dio un paso atrás. En los hechos, no en sus ideas. A tal punto que, un “rato” después hizo aprobar todo eso a la noche con el apoyo de un vergonzoso PJ (con honrosas deserciones) y todo el cambiemismo.

Fue peor: a los docentes se unieron todos los trabajadores estatales, los de los ingenios azucareros, las comunidades indígenas, los movimientos sociales y gremiales, y el 16 de junio, al cumplirse un nuevo aniversario del terrorista bombardeo a Plaza de Mayo de 1955, en numerosas ciudades de la provincia y frente a la sede de la Gobernación se reunieron multitudes como pocas veces se vio.

Traslademos el ajuste y la respuesta gubernamental a nivel nacional y tendremos una somera idea de lo que se viene con un gobierno de derecha ultra desde el 10 de diciembre de 2023.

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Reprimir, la vocación de la derecha argentina (Crédito imagen: Letra P)

No más

La segunda enseñanza que ha dejado Jujuy en estos días es que el pueblo no soporta más ajustes. Es un dato de la realidad que la economía no cesa de crecer y, al mismo ritmo, el empleo registrado (32 meses consecutivos de aumento). Pero también es un dato de la realidad que ese crecimiento fenomenal se los están llevando cuatro vivos, que los que deciden cuánto cuestan los alimentos y bebidas son 20 grandes empresas a las cuales nadie se les planta, y que el FMI que trajo Macri (y Larreta, Bullrich, Carrió, Morales, etc.) nos está poniendo condiciones imposibles de cumplir.

El acuerdo con el Fondo es inflacionario y obtura toda posibilidad de distribuir esa riqueza que se está generando, lo que deriva en trabajadores registrados pero con sueldos que no cubren la canasta básica, en servicios que aumentan porque el FMI obliga a bajar progresivamente los subsidios, y hasta en el tema alquileres. “El problema más grave del país es el acuerdo con el FMI”: se lo enfrenta o no hay salida.

“La presidencia de Mauricio Macri nos hizo un gran daño como sociedad. Un daño que transitaremos durante mucho tiempo … ‘Tocar Fondo’ es un análisis ofrecido desde la defensa de los derechos humanos de manera amplia, que es lo que hace la asamblea desde siempre. Es necesario dar la batalla para contar la historia, porque es un objetivo real que tenemos el que esta gente, la que gobernó con Macri, no vuelva nunca más. La Argentina no resiste otro gobierno como el de Cambiemos”. Lo dijo Norma Ríos, una de las vicepresidentas de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) en mayo de 2021, cuando el organismo presentó el trabajo Tocar Fondo, que 90 Líneas reprodujo el 1 de junio de aquel año.

Ahora, en el norte, hicieron una prueba de cómo sería volver y seguir haciendo lo mismo que hicieron entre 2015 y 2019 pero mucho más rápido y con represión a troche y moche. El pueblo jujeño les está diciendo que será fatal. Lo que no implica que vayan a dar marcha atrás en sus objetivos si obtienen el favor de las urnas.

Crédito imagen: Jujuy Dice

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