Visitas a Videla, contacto de Etchecolatz: la temible ‘agenda’ de Victoria Villarruel

Hija y sobrina de represores, la candidata a vicepresidenta de Milei es una activa militante pro-dictadura y pro-genocidas. Su CV hizo saltar todas las alarmas tras el resultado de las PASO, teniendo en cuenta que en un eventual gobierno de La Libertad Avanza estaría a cargo de las FFAA y de todas las fuerzas federales de seguridad. Detalles más que preocupantes de su pasado y presente

Javier Milei y Victoria Villarruel (crédito imagen: notitdf)

De la Redacción de 90 Líneas.-

En principio, la candidata a vicepresidenta de La Libertad Avanza, Victoria Villarruel, apareció como una integrante del partido militar -hija y sobrina de dos integrantes de las FFAA que participaron de la represión ilegal entre 1976 y 1983- que había fundado el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (CELTYV), con el propósito de lograr lo que desde ese sector llaman “memoria completa”, es decir, que sienten en el banquillo de los acusados a quienes ellos denominan lisa y llanamente “terroristas” (no hablan de guerrilleros, que es algo completamente distinto), equiparando el terrorismo de Estado que inició el 24 de marzo de 1976 con la guerrilla de Montoneros y ERP.

De los desaparecidos, de los centros clandestinos de detención, de las torturas, de los robos de bebés, de las violaciones, de los empalamientos, de los vuelos de la muerte, de los simulacros de fusilamiento, de los fusilamientos clandestinos, etcétera, ni una palabra.

Hasta allí, las diferencias de pensamiento con los militantes por los derechos humanos eran abismales. Pero hasta el secretario de DDHH de la Nación, Horacio Pietragalla Corti, admitió que “la diputada de La Libertad Avanza puede, desde su opinión personal, defender si quiere ese tipo de visiones”, aunque marcó una clara línea divisoria: Villarruel no es una mera negacionista -lo cual ya es grave-, sino que es una activa militante pro-genocidas y pro-dictadura, a punto tal que “organizaba charlas con (Jorge Rafael) Videla cuando tenía arresto domiciliario. Llevaba jóvenes para poder charlar con el dictador. Es un personaje muy peligroso”, puntualizó el funcionario.

«Se torturaba con picanas eléctricas, hubo robos de bebés, violaciones a adultos, a mujeres de la tercera edad (…) Hubo asesinatos, se tiraron personas drogadas desde aviones, fusilamientos y fosas comunes. Hay que estar demente para reivindicar a quienes llevaron adelante esos actos» (Horacio Pietragalla Corti, secretario de DDHH de la Nación)

Asimismo, para desarmar aquello de la “memoria completa”, concepto tan parecido al desafortunado “los dos demonios” del ex presidente Raúl Alfonsín, Pietragalla le recordó a la candidata a vicepresidenta de Javier Milei el “abecé” de la política de derechos humanos: “Sabemos que también hubo lucha armada y acciones violentas, pero el Estado tenía toda la facultad para detener a los responsables, procesarlos con todas las garantías y juzgarlos hasta con cadena perpetua (o sea, tal como se hizo y se sigue haciendo con los genocidas). Pero no, pusieron en marcha la maquinaria de la muerte”, de los secuestros, desapariciones, torturas y asesinatos clandestinos. No hay equiparación posible.

La militancia pro-genocidas de Villarruel viene de lejos. En un artículo impecable firmado por la colega Luciana Bertoia, se cuenta que “para finales de 2001 empezó una serie de reuniones que llevaron a que en 2003, tras la llegada de Néstor Kirchner al gobierno, se conformara Jóvenes por la Verdad. Este grupo procuraba apoyar a los genocidas: juntaban cartas para el represor de la ESMA Ricardo Cavallo mientras estaba preso en España, u organizaba visitas al dictador Jorge Rafael Videla. (El esposo de la mediática activista pro-dictadura Cecilia Pando, el mayor retirado Pedro Rafael) Mercado contó en un posteo de Facebook que él conoció a Videla a través de Villarruel, detalló Bertoia.

Una nota sobre «Jóvenes por la Verdad», la agrupación que a inicios del siglo XXI organizaba visitas a Jorge Rafael Videla. En la foto, segunda desde la derecha, Victoria Villarruel (crédito imagen: P12)

El paradójico caso de Etchecolatz

Cuando se reabrieron los juicios contra los genocidas, tras la anulación de las leyes de obediencia debida y de punto final el 21 de agosto de 2003, Miguel Etchecolatz, jefe de inteligencia de la Policía bonaerense y mano derecha del jefe de esa fuerza durante la dictadura, el general Ramón Camps, fue juzgado y condenado a prisión perpetua por múltiples delitos de lesa humanidad el 19 de septiembre de 2006. Entre ellos, el secuestro y la tortura del albañil y militante peronista Jorge Julio López. Un día antes de la condena, el 18 de septiembre de aquel año, López fue desaparecido; hasta hoy.

La hija de Etchecolatz, Mariana Dopazo (hasta se cambió el apellido), hace tiempo que dice ser “la ex hija” del represor. Fue una de las fundadoras de la agrupación Historias Desobedientes, conformada por hijos e hijas de represores que condenan públicamente lo hecho por sus padres, a punto tal que desde hace tiempo participan de las marchas que realizan las agrupaciones de derechos humanos cada 24 de marzo.

Pero mientras Mariana ahora es Dopazo y está en las antípodas de su padre, en los últimos días salieron a relucir, merced a Guadalupe Godoy, abogada querellante en causas de lesa humanidad, dos documentos que figuran en el expediente de Miguel Etchecolatz y que demuestran el vínculo entre Victoria Villarruel y el temible represor.

En caso de llegar Milei a la Casa Rosada, su vicepresidenta Victoria Villarruel se hará cargo del ministerio de Defensa (del que dependen las Fuerzas Armadas) y del ministerio de Seguridad (al que responden todas las fuerzas nacionales de seguridad)  

“La candidata a vicepresidenta de Milei, como sabemos, es una militante pro-genocidas que apoya activamente a los imputados en los juicios desde sus inicios”, posteó Godoy en su cuenta de Twitter el 30 de agosto último. “Por ejemplo, su nombre está en el cuaderno en el que Etchecolatz se organizaba para el juicio del año 2006”, añadió la letrada y subió una copia de una lista de nombres que hizo el represor cuando estaba armando su defensa; el nombre de Villarruel y su número de teléfono aparecen justo encima de Cecilia Pando.

Luciana Bertoia hizo notar, además, que dichos nombre y número se encuentran “junto con la sigla COFA, que es el Centro de Oficiales de las Fuerzas Armadas”, para explicar que “durante los primeros años de este siglo, las organizaciones pro-impunidad tenían una mesa de articulación que se reunía en el COFA”.

«Acá, por ejemplo, está su nombre (el de Villarruel) en el cuaderno en el que Etchecolatz se organizaba para el juicio del año 2006», posteó la abogada querellante en juicios de lesa humanidad, Guadalupe Godoy

Pero hay más. Guadalupe Godoy tuiteó que Villarruel visitaba en la cárcel de Marcos Paz a “Beto Cozzani, integrante de la patota de Etchecolatz y con un nefasto rol en el caso Graiver”. También adjuntó una copia del registro de visitas, donde la candidata a vicepresidenta de la Argentina figura, nuevamente, junto a Cecilia Pando.

Villarruel en la lista de visitas a Norberto «Beto» Cozzani, mano derecha de Miguel Etchecolatz, cuando ya estaba preso por crímenes de lesa humanidad (crédito imagen: agencia Télam)

“No hay que tener miedo, no hay que generar miedo, hay que compartir información”

Con la consigna “No hay que tener miedo, no hay que generar miedo, hay que compartir información”, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) compartió un video por Twitter donde explica quién es Victoria Villarruel. Y debajo del eslogan figuran los hashtags #MásQueNunca y #40AñosDeDemocracia.

El CELS -según la agencia Télam- afirma que “el padre de la compañera de fórmula de Milei (Eduardo Villarruel) fue integrante del Ejército que participó del llamado ‘Operativo Independencia’ llevado a cabo en Tucumán desde 1975, donde se asentó el primer centro clandestino de detención del país, ‘La Escuelita’ de Famaillá, lugar en el que estuvieron secuestradas 3.000 personas.

Su tío, Ernesto Villarruel, fue capitán del Regimiento III de La Tablada, “y a pesar de haber sido detenido en 2015 por orden del juez Daniel Rafecas, acusado de delitos perpetrados en el centro clandestino de detención ‘El Vesubio’, no fue juzgado por ser declarado incapaz por cuestiones de salud”.

“Sabemos que también hubo lucha armada y acciones violentas, pero el Estado tenía toda la facultad para detener a los responsables, procesarlos con todas las garantías y juzgarlos hasta con cadena perpetua (o sea, tal como se hizo y se sigue haciendo con los genocidas). Pero no, pusieron en marcha la maquinaria de la muerte”, de los secuestros, desapariciones, torturas y asesinatos clandestinos. No hay equiparación posible

Si bien el CELS aclaró que Victoria Villarruel nació en 1975, por lo que “no hizo nada de todo esto”, subrayó su participación en distintas organizaciones que defienden el accionar de los miembros de las Fuerzas Armadas durante el Terrorismo de Estado.

“Como muestra la película 1985 de Santiago Mitre, en la Argentina los militares fueron llevados a la justicia y los familiares de estos militares se organizaron para impedirlo”, explicó de manera didáctica el CELS, haciendo la salvedad de que no se trata de la totalidad de los familiares, sino que “algunos cuestionan lo que hicieron sus padres, como es el caso del colectivo Historias Desobedientes.

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